La crisis provocada por la COVID-19 afectó menos a la economía de Jaén que a las de Andalucía y España. El Producto Interior Bruto andaluz y español cayeron en 2020 más de un 10%, mientras en Jaén esta reducción fue del 8%.
La caída más moderada de la economía jiennense se justifica, fundamentalmente, por tener un sector agrario con más peso, y que no se vio afectado por la pandemia, y un sector turístico con una importancia relativa menor en nuestra economía que en las de nuestro entorno y con un carácter fuertemente nacional (aproximadamente el 85% de los turistas eran residentes en España).
Era de esperar, por tanto, que en 2021 Jaén creciera, pero lo hiciera menos que a nivel estatal, al haberse contraído su economía también menos que la del conjunto de provincias andaluzas y españolas.
La economía jiennense y la del país han continuado creciendo desde la vuelta a la “normalidad”, tras la COVID-19, pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia y los efectos que ello ha provocado sobre los combustibles y los alimentos están hipotecando esta buena evolución. Los indicadores de coyuntura del Observatorio económico de la provincia de Jaén nos describen, en el momento actual, un sector exterior fuerte (las exportaciones jiennenses han tenido un crecimiento interanual de un 25% en los siete primeros meses del año, y el dato de 2021 ya fue bueno), un sector turístico bastante recuperado (de enero a agosto pernoctaron en establecimientos hoteleros de Jaén 3.549 personas más que en los mismos meses de 2019), un tejido empresarial que resiste por el momento (el número de empresas jiennenses inscritas en la Seguridad Social en agosto de 2022 son aproximadamente las mismas que había en agosto del año anterior) y un mercado laboral con un paro registrado en septiembre ligeramente inferior al de ese mes en 2021 (un -0,83%) y más afiliaciones en alta laboral a la Seguridad Social (un 0,42%). Sin embargo, los precios, que ya empezaron a subir en 2021, en 2022 lo han seguido haciendo y parece que, a corto plazo, no nos van a dar mucha tregua.
El cómo evolucione nuestra economía a partir de ahora va a depende de factores internos, como la cosecha de aceituna o lo que seamos capaces de hacer desde aquí, pero en gran medida, de factores que son exógenos: de cómo transcurra la guerra; de la evolución de la demanda externa, es decir, del consumo de las economías que compran nuestros productos en el exterior; del crecimiento de los tipos de interés y de los precios, que reducen el poder adquisitivo de las familias y encarecen los costes de las empresa; de la evolución del crédito o, sin ir más lejos, de que llueva.