Mediodía en la provincia de Jaén

Benita Campos

Sobre el olivar

Opinión de Benita Campos

Machado decía Sobre el olivar, se vio a la lechuza volar y volar. Campo, campo, campo. Entre los olivos, los cortijos blancos.


Hace unos días conocimos que colonos israelíes en Cisjordania asesinaban a campesinos palestinos mientras estos recogían aceituna; de esta salvajada de guerra y del genocidio de Israel a Palestina, salí pensando en la paradoja de la ramita de olivo, como símbolo de paz y de ahí, porque el pensamiento vuela, me fui a mis primeros años de niña, cuando iba a coger aceituna con mi familia.



Una visión aérea de la provincia de Jaén, que nunca se hizo por aquel entonces, me lleva a mis años de estudiante de magisterio, y leer al profesor Tamames que nos avisaba del peligro del monocultivo para la economía.

Luego, como si estuviera en una noria de vivencias, llego a mis años como maestra en educación de personas adultas en Ibros, cuando gracias a una información que aparecía en las guías telefónicas de los noventa, nos enteramos de los millones de árboles que siempre hemos llamado olivas y recuerdo que mucha gente culta y productora de aceite no sabe que la flor de la oliva es la rapa. ¡Desconocemos tanto! como si no viviéramos con sesenta y seis millones de olivas y como si no supiéramos que han desaparecido otros cultivos herbáceos y de legumbres, que se han perdido zonas históricas dedicadas a cereal de secano, estepas de esparto, zonas de bosque en pendiente con árboles y ecosistemas forestales...

Es como si viviéramos una guerra contra el medio ambiente y contra nuestra economía, con el todo vale para plantar olivar de regadío se sobreexplotan acuíferos, se contamina el suelo, se aumenta la erosión, se reduce el almacenaje de agua en los embalses por la colmatación de la tierra fértil que se pierde en suelos arados y cuando llega la sequía, nos acordamos del andaluces de Jaén del poeta Miguel Hernández y del no vayas a ser esclava con todos tus olivares y de como nos vamos haciendo más pobres con todos estos
olivares...

Y con esta tristeza vuelvo irremediablemente a quienes hoy en Palestina intentan sobrevivir. Y levanto mi bandera de la paz con una ramita de olivo y un basta ya.