Mismo perro, mismo collar

Carlos Oya

Gripe

Durante tres días mi cama se convirtió en un microcosmos

Mis obligaciones laborales y para con Extra Jaén la semana pasada no fueron atendidas debido a la visita (“epidemia” significa “visita” en griego) “non grata” de una gripe de muy señor mío con todos los complementos de serie (fiebre, cansancio, cefaleas, tos de tuberculoso del Neveral…) Durante tres días mi cama se convirtió en un microcosmos y en mis delirios observaba las constelaciones de jarabes, parcetamoles y expectorantes que me rodeaban. Intentas aprovechar el tiempo leyendo pero la atención se disipa pues uno termina siendo un cóctel farmacéutico con patas. Si el sofá hubiera estado más lejos hubiera tenido que hacer noche en mitad del trayecto. Así estaban los cuerpos. Me llegaban mensajes del “Más Allá” mezclados en mis sueños febriles y sudorosos de una feria interminable. Llegó un momento en que me despertaron vientos soplados por el mismísimo Satanás. Pasaba del frío al calor en cuestión de segundos y empapaba la almohada con sudores febriles. Me puse a Sinatra (exactamente el “Swing easy”) y el pequeño aspirante a gangster cantaba “All of me”. Su letra se me tornó siniestra: “¿Por qué no me llevas del todo?”. Las dimensiones de mi habitación cambiaban al albur de un dios estúpido y me sentí encerrado en un cuento de Edgar Allan Poe sin intoxicación etílica como peaje. Como uno no daba para más me tragué una película de ésas que dan guantazos sobre guantazos. Un somero vistazo a las redes para sorprenderme de cuanta gente es experta en el tema palestino-israelí. Vuelta al sopor. Eludo el enfrentamiento con el espejo, no reconozco mi voz, cánticos de borrachos de madrugada entran desde el balcón y me arropan. Muchas condolencias pero nadie me trae churros. Escucho el nuevo disco de los Rolling Stones y es sólo Rock and Roll pero me gusta (aunque no para tirar cohetes) y me pregunto si alguna vez Keith Richards ha contraído la gripe aunque imagino que su pellejo lleva décadas con el cartel de “No vacancy” para más mierdas. Sólo confío en el tiempo, inexorable, que se lleve el morbo como una sábana una ventolera y reencontrarme con el que fui hace una semana.