Jaén abraza la Cuaresma con la imposición de ceniza
El Cristo de la Vera Cruz ha sido la imagen escogida por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Jaén para presidir el solemne Vía Crucis
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
Foto: DIÓCESIS DE JAÉN
Miércoles de Ceniza.
La Catedral de Jaén ha acogido la celebración del Miércoles de Ceniza, en una tarde con tiempo invernal y con la aparición de una débil lluvia a la llegada del Cristo de la Vera Cruz a la seo jiennense. Esa ha sido, este año la imagen escogida por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Jaén para presidir el solemne Vía Crucis, posterior a la solemne celebración.
Con este signo, el de la imposición de la ceniza, arranca un tiempo de preparación espiritual hacia la Pascua. Un camino de cuarenta días, que concluirá el Jueves Santo, y que pretende rememorar el paso de Jesús por el desierto antes del inicio de su vida pública, a la vez que ofrecer la posibilidad real de conversión y preparación de los cristianos para vivir el misterio central de la fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Los cofrades han sido protagonistas de esta Eucaristía, presidida por el Obispo de la Diócesis, Monseñor Chico Martínez, que han querido comenzar desde la conversión, la penitencia y la limosna, este tiempo litúrgico. También, han acudido a la celebración el alcalde de la ciudad, Julio Millán; miembros de la Corporación Municipal; así como otras autoridades civiles y militares de la provincia.
Cuando daban las 7:30 de la tarde, hacía su entrada en la Catedral la imponente talla del Cristo que tiene su sede canónica en la Basílica de San Ildefonso y que da nombre a su Cofradía, la de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores. El crucificado ha sido ubicado en el presbiterio para la celebración.
Junto al pastor diocesano, miembros del Cabildo Catedral; el neo diácono permanente, Manuel Rico y los seminaristas. Al inicio de la celebración, el Obispo ha querido tener un recuerdo para el Santo Padre y ha pedido oraciones por él, a la vez que ha recordado su solicitud a toda la comunidad cristiana jiennense, para que las celebraciones de este día en la Diócesis se ofrezcan por la salud del Papa Francisco. Las lecturas han estado participadas por miembros de distintas Cofradías y Hermandades de la capital y el Evangelio proclamado por Rico Teba. La Escolanía de la Catedral, bajo la dirección de Cristina García de la Torre y al órgano de Alberto de las Heras, han acompañado musicalmente el inicio cuaresmal.
Homilía
El significado de la Cuaresma y la esperanza han marcado la homilía pronunciada por el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez. “Hoy iniciamos la Santa Cuaresma, un tiempo de conversión y gracia, marcado por la llamada a la penitencia, la oración y la caridad. Este año, además, vivimos este tiempo dentro del Año Santo Jubilar 2025, bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, que nos recuerda que nuestra vida es un camino hacia Dios, una peregrinación hacia la plenitud de su amor y misericordia”, ha comenzado diciendo.
Para después hacer un recorrido por los textos sagrados de este día, en los que la conversión, la limosna y el ayuno son los rasgos más definitivos. En este sentido, Don Sebastián ha explicado que “la ceniza que hoy recibimos es un signo de humildad, de reconocimiento de nuestra fragilidad, pero también de esperanza: Dios está dispuesto a renovar nuestro corazón si nos dejamos transformar por su amor”.
Don Sebastián ha querido tener muy presente en sus palabras al Santo Padre, y ha hecho referencia a su mensaje para esta Cuaresma. “El Papa Francisco, en su mensaje para esta Cuaresma, nos invita a ‘caminar juntos en la esperanza’. Esta llamada resuena profundamente en este Año Jubilar, recordándonos que la Cuaresma es un peregrinaje de conversión y confianza”, ha aseverado. Asimismo, ha tomado como referencia los tres aspectos esenciales del camino cuaresmal: “El Santo Padre destaca tres aspectos esenciales en este camino: Caminar: Reconocer que somos peregrinos en esta vida, siempre en movimiento hacia una meta trascendente. Hacerlo Juntos, en sinodalidad, en comunidad, apoyándonos mutuamente y construyendo lazos de fraternidad y solidaridad. Y teniendo la esperanza como una promesa. Que nos sostiene y nos impulsa a seguir adelante, incluso en medio de las dificultades”, ha expresado el Pastor del Santo Reino.
A los cofrades, también ha querido dirigirse, Don Sebastián, para que su vivencia de hermandad se traslade a la sociedad y sean con su vida, reflejo de Evangelio. “Vuestra presencia es un testimonio de la riqueza de nuestra fe y de la tradición que, generación tras generación, habéis sabido custodiar y transmitir”. Para añadir, “La Cuaresma es un tiempo privilegiado para que, como cofrades, renovéis vuestra vocación evangelizadora. No sois solo guardianes de la tradición, sino instrumentos vivos del primer anuncio, aquellos que con vuestra entrega y testimonio podéis hacer que muchos, que quizás se han alejado de la Iglesia, vuelvan a mirar a Cristo con ojos nuevos. Nuestras hermandades y cofradías no son solo, o no deben ser solo, instituciones de devoción, sino escuelas de vida cristiana, donde la oración, la fraternidad y la caridad deben manifestarse con fuerza”.
Para finalizar su predicación, el Obispo diocesano ha pedido a los fieles congregados, de manera especial a los cofrades, que este tiempo de Cuaresma “os ayude a prepararos espiritualmente para acompañar con verdadera fe y conversión a vuestros Sagrados Titulares en la Semana Santa. Vivid este tiempo con profundidad, recordando que cada paso en la procesión, cada golpe de tambor, cada cirio encendido, solo tiene sentido si es expresión de un corazón convertido. La Cuaresma es un tiempo para romper la rutina, para salir de la indiferencia y despertar a una vida nueva. Hoy, más que nunca, el mundo necesita testigos de esperanza, cristianos que con su vida reflejen la alegría del Evangelio”.
Al concluir la homilía se ha llevado a cabo el rito de la imposición de la ceniza. Tras la bendición de la misma, el Obispo ha sido el primero en recibirla de manos del Deán, Martínez Rojas. A continuación, él ha hecho lo mismo con los canónigos, seminaristas y acólitos, así como con el pueblo fiel congregado en la Catedral. Este símbolo va acompasado de la frase que motiva ese ardor de arrepentimiento y conversión: “Conviértete y cree en el Evangelio”
Cuando ha concluido la celebración eucarística ha dado comienzo el solemne Vía Crucis, organizado por la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén, acompañada por su Consiliario, el Vicario territorial, Jesús Millán. Las primeras estaciones se han rezado dentro del templo catedral, para después iniciar un recorrido catequético por la Pasión y Muerte del Señor desde la Plaza de Santa María hasta la Basílica de San Ildefonso.