Rafael Latorre: "Se ha perdido esa visión mágica de la Naturaleza"

El escritor acaba de presentar su novela 'La Línea de Kármán', una historia fantástica con esencia jiennense

 Rafael Latorre: "Se ha perdido esa visión mágica de la Naturaleza"

Foto: EXTRA JAÉN

El autor Rafael Latorre Ramiro

Como no pocos, Rafael Latorre Ramiro, ha aprovechado la jubilación para dar rienda suelta a las historias de fantasía épica que luchaban por salir de su cabeza en los tiempos en que el trabajo ponía candados a su pasión. Quizá lo que más asombre sea la temática de su literatura, cosa de las etiquetas, sin duda. Por lo pronto, ha optado por una autoedición en Amazon de su última obra: Hace sólo unos días, presentaba su novela ‘La línea de Kármán’ en la Biblioteca Provincial del Jaén, rodeado de sus fieles. Latorre recomienda la lectura a los jóvenes de ahora, por coincidir en edad con los protagonistas, y a los jóvenes de antes, los que sí conocieron los años 70 y 80, en los que transcurre la historia y quieren recordar.

Es un cuento de 352 páginas que para el autor tiene “su chispa de romanticismo, de ingenuidad, desenfado, aventura y, sin lugar a dudas, un derroche de fantasía”. Y es que es justo la fantasía lo que le ha acompañado desde pequeño, igual que los cómics, ambos formatos que le han servido para contar la realidad "de una forma más amable y también más soñadora".

‘La Línea de Kármán’ llega después de ganar el primer premio de relato corto en el IV Certamen Literario Isabel Jiménez con ‘Hojas de Otoño’, que pretende hacerlo crecer a novela “antes de que el futuro distópico que plantea se convierta en realidad”. Este relato corto “se cruzó como un chispazo –dice Latorre- y pedían una extensión a la que podía comprometerme" sin que alterara su proceso creativo con la novela que acaba de presentar. Ésta también tendrá recorrido, el escritor quiere convertirlo en trilogía, si el tiempo se lo permite.



El autor habla de su libro con humildad, de su esfuerzo por superarse en la escritura y deja claro su respeto a los lectores, entendiendo la literatura como un encuentro con éstos, con la fantasía como herramienta de diálogo.

‘La línea de Kármán’, esa que divide la atmósfera del espacio, sirve a Latorre para marcar la separación invisible entre la realidad y la fantasía, entre lo que vivimos y lo que soñamos, y aprovecha para recordar la importancia de respetar la Naturaleza y las consecuencias irreversibles del cambio climático. Dice que se ha perdido “esa visión mágica de la Naturaleza” y es justo la fantasía una herramienta instrumental de reconciliación “en un siglo donde la realidad nos desborda y es increíble de aceptar”. Uno de los capítulos está enmarcado precisamente en los cañones de Río Frío, lugar muy reconocible por los jiennenses, que encontrarán en sus páginas no sólo duendes, hadas, gigantes y otras criaturas, sino mucho de lo que es ser de Jaén, mucho del sentir de Jaén y de la época en que se desarrolla la trama.

La novela también es el resultado de un empeño personal. Comenzó a escribirla “en un momento en el que violencia contra la mujer era de escándalo y parecía que estábamos destinados al desencuentro entre hombres y mujeres. Este es un intento de hacer ver que nos complementamos y dar testimonio de que la vida no es sólo lo que vemos en los medios. Es posible vivir en paz y el primer sitio donde buscar la paz es en una pareja”. De ahí lo de los años 70 y 80, cuando su mujer y él eran jóvenes: “Una etapa entre la adolescencia y la juventud donde adolecemos de muchas cosas”, dice. Ese era el escenario en el que quería dar comienzo a esa historia, donde los dos fueran los protagonistas y el desenlace de los acontecimientos dependiera de su trabajo en común.