Absolución para el joven que mató a su capataz en un tajo de aceituna
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirma la sentencia de la Audiencia de Jaén
Foto: EXTRA JAÉN
Imagen del juicio
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado en todos sus términos la sentencia de la Audiencia de Jaén en la que se contemplaba la eximente completa de legítima defensa para el joven, de 25 años, juzgado en 2023 por matar a su capataz en un tajo de aceituna de la capital jiennense en noviembre de 2021.
Tras el veredicto unánime del jurado, el joven, tal y como venía sosteniendo el Ministerio Fiscal y la defensa, quedó exonerado de responsabilidad en la muerte de esta persona al entender el jurado que actuó en legítima defensa cuando le propinó una única herida de arma blanca que acabó costándole la vida a un hombre de 27 años.
En su declaración durante el juicio, el acusado dijo que su intención no fue la de matar a la víctima sino que únicamente buscó defenderse. "Eran tres contra mí, sólo quería salir corriendo", dijo el acusado al jurado.
Asimismo, declaró que el día en el que ocurrieron los hechos era su primer día de trabajo en el tajo. Por la mañana el acusado tuvo un enfrentamiento con un miembro de la cuadrilla que le acusó de haberle arrojado aceitunas. "Yo no le tiré nada, pero el pensó que había sido yo", relató el acusado, que reconoció que acabó dándole un puñetazo y que dio por zanjado el asunto.
Al poco rato, cuando estaba comiendo, fue cuando el acusado contó que escuchó un Quad que se acercaba a toda velocidad y ya fue cuando sobre él, según su testimonio, se echaron encima tres personas, una de ellas el fallecido, armado con un cuchillo jamonero. "Lo único que quería era salir corriendo porque sabía que me iban a matar", señaló el acusado, que acaba de ser declarado no culpable.
Manifestó ocurrió durante la comida, que él tenía abierta la navaja con la que se estaba cortando el chorizo y que lo único que hizo fue defenderse cuando vio que lo atacaban. "No me lo esperaba. Se tiraron directamente hacia mí. Lo único que quería era quitármelo de encima, en ningún momento me abalancé sobre él, yo solo veía palos y cuhillos", contó el acusado. Fue en este contexto donde el enmarcó la puñalada que dio a la víctima y que acabó con su vida.
Este extremo también fue corroborado por los testigos que relataron cómo la víctima y otras dos personas se abalanzaron sobre el acusado, lo que ha pesado también a la hora de avalar la eximente completa de legítima defensa.
Tras la puñalada, el joven salió corriendo y recorrió unos diez kilómetros hasta que la Guardia Civil le localizó en el teléfono móvil y sobre las 18:30 horas, se personó en el cuartel acompañado de su padre.
Tanto la defensa como el Ministerio Fiscal fueron de la mano en esta causa donde han abogado por la legítima defensa, mientas que la acusación particular reclamaba una condena de 12 años y medio de prisión como autor de un delito de homicidio.
Fue la acusación particular la que recurrió al TSJA solicitando la nulidad de la sentencia y del juicio 'tanto por la falta de motivación del veredicto como por error en la apreciación de la prueba practicada'.
Ahora, el TSJA en una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima los motivos esgrimidos. Sobre la falta de motivación del veredicto, el TSJA dice 'no llegar a comprender el reproche del recurrente' ya que el jurado 'no dice que el acusado no mató a la víctima (está expresamente probado que sí), sino que no es culpable del delito de homicidio por concurrir una eximente completa de legítima defensa'.
Sobre el error en la valoración de la prueba, el TSJA señala que la acusación particular 'puede mantener intacta su convicción de que las cosas ocurrieron de otra manera', pero el jurado 'no presenció los hechos, sino las pruebas que se practicaron en el juicio, de las que obtuvo una conclusión que no puede sino calificarse como razonable'.
El suceso tuvo lugar el 30 de noviembre de 2021, en la finca El Brujuelo, en Jaén capital. Fue sobre las 13:30 horas cuando, a la hora de la comida, un grupo de jornaleros "habían estado jugando tirándose aceitunas" y algunas de ellas alcanzaron a un compatriota del fallecido que se encaró con ellos.
El acusado en el momento de la agresión se encontraba comiendo "con una pequeña navaja en las manos" que acabaría clavando al capataz, "ocasionándole una herida en el hemitórax izquierdo de unos dos centímetros" y que le causó la muerte de forma "casi inmediata" al perder una gran cantidad de sangre.
El fallecido, de nacionalidad marroquí, residía en Jaén con su mujer y un hijo de dos años. El joven participó en los programas de la Fundación Don Bosco Salesianos Social en Jaén, formando parte de una de las primeras generaciones de su proyecto Buzzetti.