Arquillos homenajea a los colonos con la Feria de los Pueblos de ASODECO

La localidad del Condado se engalana del viernes 23 al domingo 25 de mayo y programa decenas de actividades en un claro homenaje a los colonos fundadores

Arquillos rendirá un sentido homenaje a los colonos fundadores este fin de semana con la Feria de los Pueblos, una iniciativa de la Asociación para el Desarrollo Rural de la Comarca de El Condado (ASODECO), con la colaboración de la Consejería de Agricultura y fondos de la Unión Europea.

Según explica el alcalde de Arquillos, Miguel Ángel Manrique Peinado, han querido hacer coincidir la feria de ASODECO con las fiestas de los Colonos. “Hay que aplaudir la iniciativa de la asociación para el desarrollo ya que da a conocer una de las comarcas más desconocidas de la provincia y de la que debemos sentirnos orgullosos todos”, asegura el alcalde.



La Feria de los Pueblos del Condado y la de los Colonos se celebrará en Vilches del viernes 23 al domingo 25 de mayo y contará, además de los stand que acogerán al tejido productivo y asociativo de la comarca en la plaza de los Colonos y sus calles aledañas, con numerosas exposiciones y actuaciones, entre las que Miguel Ángel Manrique destaca el mercado medieval, el encendido de velas, baile flamenco, teatro y la elaboración de una caldereta típica de la comarca que organiza el Ayuntamiento y cuya recaudación irá íntegra para la Asociación Española Contra el Cáncer.

“Tenemos una historia de la que sentirnos orgullosos, la de los colonos que levantaron estas Nuevas Poblaciones y que son tan desconocidas como fascinantes”, apostilla el alcalde.

Visitas obligadas

Aprovechando la estancia en Arquillos, el alcalde recomienda no perderse la antigua posada del siglo XVII en la plaza de Carlos III, que servía por aquel entonces de hospedaje a los visitantes que se encaminaban hacia la meseta y que cuenta con 365 pesebres. “Se trata de una edificación que pone en valor el trabajo que realizaron los colonos y el esfuerzo de los pobladores”, enfatiza Miguel Ángel Manrique.

Además invita a visitar:

Iglesia de la Inmaculada Concepción. Construida en 1769, presenta una fachada típica de los poblados de colonización del siglo XVIII. Cuenta con una sencilla portada neoclásica coronada por frontón que estiliza al máximo sus líneas rectas. Sobre ella se alza una airosa espadaña que tiene la particularidad de articularse en dos cuerpos: en el inferior se abren dos huecos gemelos para voltear campanas, mientras que el cuerpo superior, con un solo hueco de campana, va perdiendo grosor para culminar en un frontón triangular que, a su vez, acoge una minúscula campana. En este vértice culmina el riguroso eje vertical que arranca desde la línea de confluencia de las hojas de la puerta.

Torre del Reloj. La torre es de planta cuadrada y arranca desde un zócalo. Toda la fábrica es de cantería. De sus dos cuerpos, el primero tiene el doble de altura y en él se abre un arco de medio punto con dovelas almohadilladas. Sobre esta puerta se abre una ventana saetera que da luz a su interior y se repite en los otros tres lados. Una triple moldura separa el primero del segundo cuerpo, en el que aparecen el reloj, una pequeña ventana cuadrada y pilastras dóricas en los extremos. Sobre la cornisa se levanta una estructura artesanal de hierro, añadida en 1884 para albergar la campana y la veleta.En el siglo XVIII las horas las marcaban las campanas de las iglesias. Levantar una torre municipal con la sola función de indicar las horas era algo inusual en la época y simboliza el enfrentamiento entre los poderes civil y eclesiástico que protagoniza el reinado de Carlos III.

El Porrosillo. Aldea situada a 6 km. de Arquillos, se fundó también en el siglo XVIII. Sus calles mantienen el trazado ortogonal de la época colonial y en ella destaca su ermita.Una excursión a la pequeña aldea de El Porrosillo situada al norte del núcleo principal, no dejará impasibles a los que gusten de disfrutar de suaves paisajes y nuevos encuentros con la arquitectura nacida de la intención de Carlos III de hacer brotar asentamientos y repoblar estas zonas. La pequeña carretera que durante cinco kilómetros serpentea entre un hermoso paisaje alomado, nos permitirá ir descubriendo esa bella transición que se produce del olivar a las dehesas de grandes encinas. En la base de estos viejos encinares luce el cromatismo de los sembrados, especialmente en primavera cuando el verde del trigo festonea y se ilumina el paisaje con los arbustos en flor. El olor de las jaras y lavandas; el amarillo de los jaguarzos, y la imagen plácida de los rebaños de ovejas, hacen que el recorrido merezca del todo la pena.

La aldea de El Porrosillo rebosante de tranquilidad, está presidida por la iglesia de la Purísima Concepción situada al final de la arteria principal del caserío, dispuesto éste siguiendo el trazado en cuadrícula de la época colonial.Una vez vista esta encantadora aldea, conviene continuar por una pequeña carretera asfaltada hacia el paraje de Las Dehesas, donde además de seguir deleitándonos con el paisaje, podemos disfrutar del área recreativa de "Las Peralejas", instalada junto a las aguas del río Guadalén. En este paraje la vegetación de ribera, constituida por fresnos, sauces, adelfas y zarzas, contribuye a pasar un buen día de campo. Los amantes de la caza (jabalíes, liebres y perdices), de la pesca y del senderismo, tienen desde este enclave, estupendas oportunidades para disfrutar de sus aficiones.