Condenado por agredir sexualmente a una menor tras un botellón

La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a un hombre de 32 años a ocho años de cárcel por agredir sexualmente a una menor de 14 años

 Condenado por agredir sexualmente a una menor tras un botellón

Foto: E.P. / Archivo

El acusado frente al biombo que protegió a la menor durante su declaración.

La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a un hombre de 32 años a ocho años de cárcel por agredir sexualmente a una menor de 14 años tras haberla conocido en un botellón.

El fallo le impone también cinco años de libertad vigilada, diez años de prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima, así como 13 años de inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio directo con menores de edad. En concepto de responsabilidad civil, se establece que indemnizará a la víctima en 18.000 euros por los daños morales ocasionados.

La sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, recoge que el acusado "conocía la edad" de la víctima y que si receló en algún momento sobre la misma, "lejos de realizar una actividad tendente a despejar toda clase de dudas, le resultó indiferente y realizó con ella los actos sexuales descritos y que desde el momento en que la conoció deseaba llevar a cabo".

Aunque la defensa planteó que no hubo ataque a la libertad sexual de la menor porque ella consintió en todo momento los actos sexuales realizados, el tribunal rechaza esta cuestión argumentando que la voluntad de la menor carece "de la necesaria formación para poder ser consideraba libre y aunque acceda o sea condescendiente con el acto sexual, no determina, en forma alguna, la voluntad". De esta forma, el tribunal concluye que es "irrelevante el posible consentimiento de la menor que es alegado por el acusado".

La sentencia también rechaza que el acusado utilizara la violencia para vencer la resistencia de la víctima y lo hace basándose en la declaración de la joven que "en su relato no expone la realización de actos violentos por parte del autor para vencer su resistencia".

Los hechos enjuiciados se remontan a la noche del 9 de junio de 2023 cuando acusado y víctima se conocieron en un botellón. Según la menor, actualmente con 16 años, ella y su amiga dijeron al acusado la edad que tenían, extremo que él negó en su declaración.

"En ningún momento dijo su edad, yo pensaba que tenía 17", dijo el acusado, que desde junio de 2023 se encuentra en prisión provisional por estos hechos.

En lo que sí coincidieron víctima y agresor es que esa noche, la menor y su amiga de 15 años acabaron junto con otros dos amigos más en la casa del acusado donde se encontraba la madre de éste. La joven relató que su amiga se acostó porque "se encontraba mal" y que el resto de amigos se fueron yendo hasta que ella se quedó a solas con él en el salón.

A partir de aquí ella contó que cuando ella quiso acostarse, el acusado la tumbó sobre el sofá y la violó. "Yo le decía que no, pero él se hizo el sordo. Hizo todo lo que quiso", dijo la joven en la sala, protegida por un biombo que le separaba del presunto agresor.

Tras la agresión, la joven se fue al baño y seguidamente a la habitación donde se encontraba durmiendo su amiga. "Me sentía aturdida, como si me hubiera caído una avalancha de una tonelada", indicó la menor. En ese momento se lo dijo a su amiga, pero no entró en detalles.

Ya por la mañana ella y su amiga abandonaron la casa y no fue hasta dos días después cuando ya en el instituto le contó a una profesora lo ocurrido. El centro educativo llamó a sus padres, poniendo así en marcha el protocolo previsto en estos casos.

El acusado admitió ante el tribunal que mantuvo relaciones pero se defendió diciendo que fueron consentidas. Que en su casa estaba su madre y que él no usó la fuerza. "Fueron besos duraderos, en ningún momento aprecié que estuviera incómoda, si no, yo hubiera parado", afirmó el acusado.

La amiga que la acompañaba y que estaba durmiendo, declaró que esa noche la despertó llorando para decirle que "se había acostado con el acusado", pero que por la mañana se despidió de él con un beso. Ya en la calle, según la testigo, la menor "estaba muy nerviosa" porque "no se creía lo que había pasado".

Las psicólogas de Márgenes y Vínculos manifestaron que el testimonio de la menor es "probablemente creíble" y que, junto a la sintomatología que presentaba, era compatible con haber sido víctima de una agresión sexual.

La sentencia no es firme y puede recurrirse en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.