Contemplan la legítima defensa para el joven que mató a su capataz
El joven ha quedado exonerado de responsabilidad en la muerte de esta persona de 27 años que falleció en un tajo de aceituna de la capital jiennense
Foto: EXYTRA JAÉN
El acusado durante su declaración en el juicio.
Los nueve miembros que conforman el jurado han contemplado por unanimidad la eximente completa de legítima defensa para el joven, de 25 años, que ha sido juzgado esta semana en la Audiencia de Jaén por matar a su capataz en un tajo de aceituna de la capital jiennense en noviembre de 2021.
De esta forma, el joven, tal y como sostenía el Ministerio Fiscal y la defensa, ha quedado exonerado de responsabilidad en la muerte de esta persona al entender el jurado que actuó en legítima defensa cuando le propinó una única herida de arma blanca que acabó costándole la vida a un hombre de 27 años.
En su declaración ante el jurado, el acusado dijo que su intención no fue la de matar a la víctima sino que únicamente buscó defenderse. "Eran tres contra mí, sólo quería salir corriendo", dijo el acusado al jurado.
Asimismo, declaró que el día en el que ocurrieron los hechos era su primer día de trabajo en el tajo. Por la mañana el acusado tuvo un enfrentamiento con un miembro de la cuadrilla que le acusó de haberle arrojado aceitunas. "Yo no le tiré nada, pero el pensó que había sido yo", relató el acusado, que reconoció que acabó dándole un puñetazo y que dio por zanjado el asunto.
Al poco rato, cuando estaba comiendo, fue cuando el acusado contó que escuchó un Quad que se acercaba a toda velocidad y ya fue cuando sobre él, según su testimonio, se echaron encima tres personas, una de ellas el fallecido, armado con un cuchillo jamonero. "Lo único que quería era salir corriendo porque sabía que me iban a matar", señaló el acusado, que acaba de ser declarado no culpable.
Manifestó ocurrió durante la comida, que él tenía abierta la navaja con la que se estaba cortando el chorizo y que lo único que hizo fue defenderse cuando vio que lo atacaban. "No me lo esperaba. Se tiraron directamente hacia mí. Lo único que quería era quitármelo de encima, en ningún momento me abalancé sobre él, yo solo veía palos y cuhillos", contó el acusado. Fue en este contexto donde el enmarcó la puñalada que dio a la víctima y que acabó con su vida.
Este extremo también fue corroborado por los testigos que relataron cómo la víctima y otras dos personas se abalanzaron sobre el acusado, lo que ha pesado también a la hora de avalar la eximente completa de legítima defensa.
Tras la puñalada, el joven salió corriendo y recorrió unos diez kilómetros hasta que la Guardia Civil le localizó en el teléfono móvil y sobre las 18,30 horas, se personó en el cuartel acompañado de su padre.
Tanto la defensa como el Ministerio Fiscal han ido de la mano en esta causa donde han abogado por la legítima defensa, mientas que la acusación particular reclamaba una condena de 12 años y medio de prisión como autor de un delito de homicidio.
El suceso tuvo lugar el 30 de noviembre de 2021, en la finca El Brujuelo, en Jaén capital. Fue sobre las 13,30 horas cuando, a la hora de la comida, un grupo de jornaleros "habían estado jugando tirándose aceitunas" y algunas de ellas alcanzaron a un compatriota del fallecido que se encaró con ellos.
El acusado en el momento de la agresión se encontraba comiendo "con una pequeña navaja en las manos" que acabaría clavando al capataz, "ocasionándole una herida en el hemitórax izquierdo de unos dos centímetros" y que le causó la muerte de forma "casi inmediata" al perder una gran cantidad de sangre.
El fallecido, de nacionalidad marroquí, residía en Jaén con su mujer y un hijo de dos años. El joven participó en los programas de la Fundación Don Bosco Salesianos Social en Jaén, formando parte de una de las primeras generaciones de su proyecto Buzzetti.
La defensa del acusado, ejercida por el letrado Francisco Gárate, ha mostrado su satisfacción por un veredicto que respalda lo que ha venido sosteniendo como es que su cliente actuó en legítima defensa.