El Expositor: La libertad al carajo

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

 El Expositor: La libertad al carajo

Foto: Captura X

Íker Jiménez.

Vivimos sumidos, por culpa de la ciberdelincuencia informativa, en la confusión más absoluta. Nos bombardean, a través de las redes sociales, con toda suerte de bulos, fake news, medias verdades, medias mentiras y otras distorsiones esperpénticas de la realidad hasta hacernos comulgar/militar en una comunidad mundial que “sabe algo más que nadie más sabe o que se dio cuenta de algo que nadie más se quiere dar cuenta”. ¡Viva la libertad, carajo! Esto es, mismamente, la libertad al carajo. El andamiaje ideológico de un exitoso nuevo trumpismo que convierte en rabia desmedida, presentándola grotescamente como cultura woke, la supuesta supremacía moral de la izquierda. No hizo falta que estuviera ya presente Javier Milei, ponente-estrella para la clausura, en el Madrid Economic Forum, porque Íker Jiménez, libelático gurú hoy del conspiracionismo global, gustosamente, ejercióle de telonero en Vistalegre. So pretexto del fenómeno de las criptomonedas/cleptomonedas, un youtuber, Víctor Domínguez, alias Walt Street Wolverine, con domicilio fiscal en Andorra, y el asesor fiscal Marc Urgell, autor del podcast de apología neoliberal Spicy4Tuna, promovieron, este fin de semana, la reedición de un evento sobre ultraliberalismo y demolición/trituración de los últimos muros en pie de keynesianismo (de la insostenibilidad del sistema público de pensiones a la inmigración irregular, del concepto cultural y político de hispanidad a la necesidad urgente de reformar las instituciones europeas, del seguro privado de salud a la minoración de la oferta educativa pública), cuyo origen/estreno tuvo lugar, en ediciones sucesivas, 2023 y 2024, en el microestado/paraíso fiscal del Principado. Sesiones de sábado y domingo, con un elenco sideral de intervinientes del anarcoliberalismo/ultraderecha libertaria donde no podían faltar Iván Espinosa de los Monteros, Marcos de Quinto, Ramón Tamames, Albert Rivera, Álvaro Nieto, José María Vallejo o la simpar Esperanza Aguirre, única fémina entre los conferenciantes. El exbanquero Mario Conde se sumó a priori a los créditos, aunque finalmente sin pronunciar charla (Está anunciado, no obstante, muy pronto, aquí, en Andújar, este 19 de junio, como protagonista de una cena-coloquio que organiza el empresario Fernando Sáenz de Tejada).

El broche crepuscular de Milei, no impedía, a efectos prácticos, asistir por la mañana, en Plaza de España, a la manifestación convocada por el PP de Feijóo contra el sanchismo. Era mejor, recomendaban, no enarbolar enseñas del partido para así no generar recelo/rechazo entre los simpatizantes de otras organizaciones/tendencias de la derecha/ultraderecha. No fue Jaén, como suele ocurrir, la provincia que más autobuses fletó, pero, cumpliendo tan insoslayable directriz, allí estuvieron, en cuerpo y alma, los que son, están y se les espera, los que pasan cada fin de mes por caja y se alinean disciplinadamente, bailoteando en los prolegómenos a los sones electrónicos y consignas del DJ Pulpo y, luego, como el resto, pasando mucho calor por mor de la pesada sucesión de discursos y la escasez de paraguas.  “Cerca de 50.000 personas bajo un mar de banderas, dos días después de la Conferencia de Presidentes que voló todos los puentes entre PP y PSOE”, subrayaba en portada digital ‘El País’, el primer finde sin Pepa Bueno al frente, una damnificada más de la perestroika (“El mes de los diez cambios”) que el mandamás de Grupo Prisa, el francoarmenio Joseph Oughourlian, fundador de Amber Capital, consolidando su control tras un presunto intento fallido de sectores próximos al Ejecutivo de moverle el sillón, emprende en pos de una renovación integral de la cúpula de la empresa, a la que no son/serán ajenos los principales hacedores/conductores de los contenidos/línea editorial de la compañía, y que supone/supondrá una “gestión más vertical y controlada de los medios del grupo”. Menos seguidismo gubernamental a partir de ahora, interpreta maliciosamente la competencia. Pareciera la campaña publicitaria de Cepsa/Moeve despidiéndose cariñosamente de sus (combustibles) fósiles. ¿Más cambios inminentes, de arriba a abajo? “Ríndase a la democracia. Convoque elecciones, las queremos ya, porque nadie le voto para hacer esto; nadie, ni los suyos”, exigía Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez, imbuido de una autoridad que no hubiera superado, un rato antes, Emiliano García-Page. Y, por supuesto, no podía faltar, pretextando su mutis por el foro barcelonés del viernes, el arreón nacionalpatriótico de la lideresa madrileña, Isabel Díaz Ayuso: “España no es plurinacional. No somos extranjeros en nuestra casa”. Con las encuestas profetizando una alternativa de poder que superaría en las urnas, conjunción PP-Vox, los 190 escaños, y ante el miedo a la piscina sin agua de una infructuosa moción de censura, no cabe otro recurso tan fétidamente efectivo en las redes sociales como el de las cloacas del Estado, las de Villarejo y la policía patriótica, ahora torpemente emulado por aprendices de bruja/o como Leire Díez y Javier Pérez Dolset (no confundir con su hermano Ignacio, productor de la legendaria película de animación digital ‘Planet 51’, tan jiennense como él), las del expolicía Enrique García Castaño, el Gordo, y su amigo del alma Sabiniano Gómez, empresario de derechas de saunas/puticlubs, suegro del actual inquilino de La Moncloa. “Ni mafia ni sanchocracia” era una de las pancartas más extendidas en la concentración pepera de este domingo. Sanchocracia, el Gobierno de Sánchez, como vocablo acuñado con prisas y a lo loco no tiene precio, pues funde inconscientemente la figura quijotesca del presidente con los rasgos populacheros que adornan el pragmatismo rudo de su fiel escudero, Sancho Panza o Santos Cerdán, tal para cual. Sanchocracia, o el gobierno de los sanchopanzas que inunda, en todas las familias, incluida la socialista, el panorama político nacional de panegiristas, de Óscar Puente a Óscar López, de María Jesús Montero a Pilar Alegría, de Juanfran Serrano a Paco Reyes



Este 21 de junio, sábado, en el complejo Juleca, la ejecutiva provincial del nuevo PSOE de Juan Latorre promueve comida-homenaje al último gran dirigente provinciano, saliente de guardia, sí, en efecto, Paco Reyes. Nada original, por cierto. 15 años (menos 4 días) antes, un viernes, almuerzo asimismo, la dirección entrante celebraba en idéntico marco un acto de confraternización-reconocimiento a Gaspar Zarrías, que acababa de cerrar 16 años de permanencia ininterrumpida en la secretaría general del psoísmo jaenciano. Está visto, y demostrado, que donde las dan, las toman. “Haz el signo de la fe y terminarás creyendo”, había dicho Blaise Pascal, la famosa falacia del falso dilema sobre la existencia de Dios: Incluso si la existencia de Dios no se puede probar de manera definitiva, es racional creer en Él porque las posibles recompensas de creer son infinitas, mientras que las posibles pérdidas de no creer son limitadas. No sé qué pensarán al respecto, visto lo visto cuando dejas de ser, mejorando o empeorando lo presente, Gaspar Zarrías y Paco Reyes.