El Expositor: Yo y mi sombra

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

 El Expositor: Yo y mi sombra

Yo y mi sombra. Escultura, creada por el artista Thomas Lerooy.

PSOE y PP apuran el curso. Exámenes postreros, a trompicones, de malos estudiantes, con la playa al fondo y la mochila a cuestas, todo julio y agosto. Las barcas de dos en dos, que cantara Altolaguirre, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Que os den, a los dos, o de uno en uno, regeneración. Es el término en boga. Regenerarse da derecho a reinventarse. Cuca Gamarra se inmola, anunciando con sentido de antelación su salida de la secretaría general, y Alberto Núñez Feijóo la premia con una vicesecretaría de Regeneración. No hay nada tan admirable como practicar con el ejemplo. Dos tazas.

La autoinmolación también está de moda. El sevillano Paco Salazar, a la fuerza ahorcan, renuncia a seguir formando parte del núcleo de confianza de Pedro Sánchez, así en Moncloa como en Ferraz (iba ser uno de los adjuntos a la secretaría de Organización que ya dirige la valenciana Rebeca Torró), tras denunciarse públicamente sus “comportamientos inadecuados hacia las mujeres”, “babosos”, a decir de una de las denunciantes. Otro de los que auparon al líder socialista que tenía una doble vida sin que el ‘boss’ se coscara. Manda güevos. Juanfran Serrano, el jiennense de Bedmar que sobrevive en la cúpula psoística, pese a los malos augurios propalados en las horas previas al cónclave, dando por segura su salida del staff, reconocía su estado de shock al conocer por el informe de la UCO, como casi todo el mundo, que la persona con quien había trabajado, codo a codo, durante los dos últimos años y medio, Santos Cerdán, era la piedra angular de una supuesta trama de cobro de comisiones a constructoras-licitadoras de obra pública. El ‘yo’ oficial, o alter ego honorable, de Cerdán enseñó a Juanfran cuanto sabe políticamente respecto a la resolución de conflictos internos. Como adjunto federal de Organización, Serrano tuvo que lidiar, como enviado de Ferraz, en crisis, zapatiestas y capitulaciones domésticas de la más diversa índole: “Costaba un trabajo enorme decirle a alguien que te doblaba la edad y llevaba un montón de años ocupando un cargo público en un ayuntamiento, en representación del partido, hasta aquí hemos llegado, tienes que irte”. Es el perfil, la experiencia, que Sánchez Pérez-Castejón valora para mantener a Juan Francisco Serrano en la dirección, secretaría unificada de Política Municipal (antes eran tres: Política Municipal, Municipios del Litoral y Ciudades y Áreas Metropolitanas, y ahora se funden en una), confirmando su confianza en el joven dirigente y, de paso, remarcando la complicidad-identificación, conjetura teorizante de cara a la opinión pública, con alguien que, como él, aun estando tan cerca de Santos Cerdán, fue incapaz de darse cuenta de la movida promovida presuntamente por el compadre/padrino/MacGyver/ amigo para siempre. La política es un deporte de resistencia. Asaltos y prórrogas. En la semblanza del boxeador ‘tocado’, que es hoy por hoy el PSOE, Juanfran ha pasado el corte, sobreponiéndose a ‘el antes y el después’ del duelo y la duda razonable, ante el riesgo de que el entrenador le hiciera desaparecer de la esquina de un campeón que continúa tambaleándose en medio del ring, conscientes -todos y todas- de que el noqueo, de producirse, no provendrá del púgil-rival, sino del juez-árbitro. Mantenerse en el equipo, así las cosas, cubo y esponja, ya es un éxito, según mostraban, al conocerse el desenlace orgánico, Paco Reyes, Juan Latorre y compañía.



Entre tanto, y tan poco, en el álbum futbolístico de este PP que persigue la gloria de la centralidad de los 10 millones de sobres/votos en una inminente ‘Liga de Panini’, vaya usted a saber cuándo, toda vez que esta temporada no parece tener fin, los dos cromos que aportó Juanma Moreno en su día a la plantilla del gallego, Juan Bravo y Elías Bendodo, continuarán en la alineación titular. Y Juanele, ni que decir tiene, a los efectos chovinistas del PP provinciano, quien tuvo, retuvo, véase el palmito que conservan todavía en la estructura actual tanto Agustín González Romo como Raúl Caro-Accino, es cuota de Jaén. Cien por cien, porque el que no se conforma es porque no quiere. El proceso congresual se completará, en breve, con la celebración sucesiva de los congresos regional y provincial, y blablá. Lo de menos constituiría, de Sevilla a Despeñaperros, el refrendo del papel de Erik Domínguez para de ese modo despejar previamente incógnitas. ¿Lina García? ¿Marino Aguilera? ¿Paco Miralles? ¿Chiqui Camacho? Rafa García, el enviado plenipotenciario, el gurú, el coach, en cualquier caso, sostendrá la tutela. ¿Autonomía? Una agrupación provincial, de facto, intervenida por la dirección andaluza. No se os puede dejar solos. ¡Si don Ramón (doRamone, del romaní carolinense) Palacios levantase la cabeza!

El PP juntero, en relación a Jaén, a propósito de Jaén, en tanto que Jaén le quita el sueño, no culmina semana de dicha plena. Una de cal y otra de arena. Titular del viernes. La Junta licita el primer contrato de mantenimiento para la puesta en marcha del tranvía de Jaén. Fomento destina 3,2 millones de euros para la conservación de la señalización ferroviaria por un periodo de 4 años más una prórroga. Antes, el martes, el agravio comparativo sangrante. La Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (ACCUA) informaba desfavorablemente sobre la implantación, en el próximo curso, del grado en Ingeniería Biomédica, tanto en la Universidad de Jaén (UJA) como en la Universidad de Granada (UGR), ambas públicas y complementarias, al tiempo que lo hacía positivamente en el caso de una privada, la Universidad Loyola de Andalucía. “Daño reputacional”. “Absoluta indefensión”. La respuesta, airada, justificada, del rector de la UJA, Nicolás Ruiz, no se hizo esperar. La comunicación oficial de la evaluación se produjo tarde, una vez finalizado el periodo de preinscripción (eran casi 800 estudiantes para la UJA), y a menos de una semana de abrirse la matriculación. ¿Cómo manejar tamaña incertidumbre, rayana en el despropósito? A la UGR, asimismo, se le niegan tres títulos más, entre ellos el de Inteligencia Artificial, estratégicos para el desarrollo del proyecto de acelerador de partículas, IFMIF-DONES. Revelada la afrenta, el consejero del ramo, José Carlos Gómez Villamandos, como si el hecho le cogiera por sorpresa y el ente evaluador ‘independiente’ no formase parte de la estructura administrativa de su departamento, adoptaba una actitud de perplejidad y extrañeza, mostrando su “solidaridad” con las dos instituciones académicas afectadas. Fuentes consultadas dejaban caer, incluso, que el titular de Universidad, Investigación e Innovación del Gobierno andaluz, a bote pronto, habría sugerido a la UGR, en contacto directo con su rector, Pedro Mercado, proseguir con el trámite de admisión de matrículas para las 4 nuevas titulaciones en cuestión de cara al próximo curso 2025-2026, formalizada la preceptiva reclamación ante el Consejo (estatal) de Universidades, dada la posibilidad cierta, a la postre, de una suerte de laissez faire que se asemejara al silencio administrativo. Nada más lejos de la prudencia y la cautela con que, en semejante tesitura, están obligados a obrar los responsables últimos del proceso de matriculación. Sería el colmo: informar tarde a los preinscritos y luego proceder en base a subterfugios y medias verdades. La oferta pública de Ingeniería de la Salud se desarrolla conjuntamente ya en Sevilla y Málaga y se había programado extenderla a Granada y Jaén, campus de Linares. La evaluación a favor de la Universidad (privada) de Loyola supondrá la impartición del grado en Ingeniería Biomédica en su campus de Córdoba.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Desde que la gestión de la educación superior depende del PP, Andalucía ha pasado de 1 a 6 universidades privadas. ¿Y cuál ha sido la reacción particularizada de la sociedad de Jaén, del martes/miércoles a esta parte? Jaén es lo primero, por supuesto, ¿quién lo duda?, pero, dejémonos de paños calientes, ¿Jaén y Linares, todos a una por la UJA? ¿Decidido paso adelante o cultivo profuso de ambigüedades, en función al signo del representante político de turno? Cada cual, de uno en uno, consumado el ultraje, se retrata. O de dos en dos: la sombra cuenta. UJA vs. Junta. El maestro Altolaguirre, camino de la playa, bajo el brazo: Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.