El Expositor: Morder, o no morder, la mano que te da de comer
Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno
Foto: Ayuntamiento de Jaén
El alcalde de Jaén y el de Córdoba en una reunión.
A perro flaco, todo son pulgas. Y cuanto más te rascas, más te pica. Las desgracias tienden a venir acompañadas. La clase política de Jaén anda sempiternamente a la gresca, perros cortijeros, enfrascada en el mortecino y desquiciante “Y tú, menos”, que es la versión pobretona del “Y tú, más”, como si no supiésemos, a ciencia cierta, que detrás de tanto ladrido, vano, hueco, cansino, está su sino, que es el nuestro: son incapaces de morder la mano que les da de comer. Bajo el auspicio de la Fundación de la Cámara de Comercio hispalense, los alcaldes de Málaga y Sevilla, Francisco de la Torre y José Luis Sanz, esta semana, debatían lisonjeramente acerca de la necesidad de avanzar hacia una mayor alianza entre ambas ciudades para converger mejor con Europa. La pedante galantería entre ricos tendrá réplica/continuidad, en breve, en la capital de la Costa del Sol, en la misma línea de confraternidad correligionaria: comparten carné de partido con el inquilino de San Telmo que, además de ser malagueño, ejerce como tal siempre que tiene ocasión. El regidor sevillano abogaba por “dejar atrás rivalidades y solucionar deficiencias como las infraestructuras, cuya desidia y dejadez por parte del Gobierno central no merecemos”. Por su parte, el alcalde malacitano, 24 años ininterrumpidos en el poder, hizo hincapié en la virtualidad de una mayor cercanía, física y socialmente, entre las dos capitales más potentes de Andalucía: “la obra eternizada del AVE Sevilla-Málaga y el bypass de Almodóvar que ningún gobierno quiso hacer y lleva acumulados muchos retrasos”, poniendo el foco en la alineación de astros peperos, merced al empuje del nexo Juanma Moreno, en aras de la complementariedad para que “lo que es bueno para una ciudad, sea bueno para la otra”, caso de la sede de la Agencia Espacial Española a la que también aspiraba Málaga pero se quedó en Sevilla, de modo que “Málaga cree un ecosistema de trabajo complementario para poder participar de alguna manera en esta Agencia, desarrollando así un clúster espacial importante para que, de cara a Hamburgo y a otros inversores vean en Andalucía un espacio positivo y capaz en el sector aeroespacial para invertir”. ¿Se dan cuenta de lo fácil que lo ven todo quienes tienen históricamente el viento a favor? Los alcaldes de Córdoba y Jaén bien podrían emular a sus colegas, que son asimismo del PP y le hacen la ola a Moreno Bonilla cada vez que se digna visitarles, a propósito de las sinergias posibles entre el COLCE y el CETEDEX, y, sin embargo, parecen ensimismados todavía en el ladrido bronco de dos perros de cortijos linderos, atrapados en el día después de la determinación gubernamental para el emplazamiento de la sede concentrada de órganos logísticos centrales del Ejército, compartiendo amo sin querer enterarse, condenados a poner una falsa distancia entre ellos. Si la Torredonjimeno-El Carpio, la A-306, recién charipeada, sigue siendo una carretera autonómica convencional, no una moderna autovía, la complementariedad entre Jaén y Córdoba, el CETEDEX jiennense y el COLCE cordobés, resultará una quimera que Agustín González Romo y José María Bellido Roche, hace meses, tendrían que haberle echado en cara al presidente de todos los andaluces. ¿Y el bypass de Montoro? Licitable, en un pispás.
Jaén capital, Jaén ciudad, aunque arreglen la calle Álamos y esté de vuelta al cortijo Antonio Sanz, consejero de la Presidencia, para repetir machaconamente lo del compromiso inalienable, continúa dejada de la mano de Dios, entendiendo como Dios -perdón por la mayúscula- al Gobierno andaluz, que para eso tiene infinitamente más roce competencial compartido con los ayuntamientos que ese Gobierno central que dejaba a entrever, hace nada, que si los suyos recuperaban la alcaldía, habría plan de salvamento financiero para el arruinado consistorio jaenero, aunque, de chafarse el invento, pues no, sin mayor ni mejor miramiento. Consumada la recomposición del Ejecutivo de coalición, nada nuevo bajo el sol, no hay mal que por bien no venga, cuatro concejales asumen un rol más relevante. Una tenencia de alcaldía más, la sexta, con potestad, la que se otorga al nuevo responsable de Hacienda, Chema Álvarez, la que se le negó a María Segovia hace quince meses cuando el alcalde le propuso un cargo para el que parecía predestinada, pero sin firma, es decir, sin tenencia de alcaldía, dependiente en todo momento del mandamás del macro-área económica, Francisco Joaquín Martínez. Con la salida del sobrino carnal de Joaquín Sabina, dos ediles rasos del PP pasan a tener galones de teniente-alcalde, promocionan/ascienden los dos gregarios más activos del anterior grupo municipal, en ejercicio paradigmático de necesidad hecha virtud: Antonio Losa Valdivielso y el citado Álvarez Barrientos. El núcleo duro primigenio de González Romo se resquebraja con la salida de Curro y el paulatino alejamiento espiritual del titular de Recursos Humanos, Vicente Oya, achicharrado literalmente por la concatenación de conflictos laborales con los que está obligado a lidiar: ora los letrados consistoriales, ora la policía local, ora pro nobis. Hombre de fe y palabra, en principio, por principios, resistirá, por más que la paciencia tenga un límite. En cambio, cómodamente instalada entre bastidores, Mónica Moreno, en la toma de decisiones domésticas, cuentan, cada día es más influyente, o lo que es lo igual, posee mayor ascendencia en el alcalde. En Jaén Merece Más, otrosí, María Espejo se convierte en indiscutible jefa de filas, arropada ahora como concejal por uno de sus más estrechos colaboradores en Cultura, el arquitecto -tasador, en ejercicio- José María Cano Ayllón. No dio el paso, como se preveía, el presidente de JM+, Juanma Camacho, virtuoso de la retaguardia, que se someterá a escrutinio interno este martes. Asido muy digital y recientemente a la portavocía municipal de los provincialistas/localistas, Luis García Millán, concejal del IMEFE, secundado por el cerebro gris del partido, José María Mesbailer, erigidos en tándem, ávido de reconocimiento público, se vanaglorian de haber atraído, en solo un año, 5 millones de euros hacia su departamento. El que se consuela con la capacidad de trabajo de un abnegado y solitario project manager, empero, espera una buena nueva este mismo miércoles. Frente a las malas pulgas, el ansia de gloria e ingreso estable. ¿Saben el único y discreto acuerdo en Diputación con que estrenaron PSOE y PP el vigente mandato municipal 2023-2027? La ampliación proporcional del volumen de liberados de cada cual. Desde una justa y ponderada dedicación, parcial o exclusiva, hambre que espera hartura no es hambre alguna.