El Expositor: Yo no lo hubiera hecho

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

 El Expositor: Yo no lo hubiera hecho

Yo no lo hubiera hecho.

Yo no lo hubiera hecho y, sin embargo, no solo lo hago, sino que lo defiendo a capa y espada en círculos íntimos y restringidos de mi nomenclatura, e incluso me conmino, y a Dios pongo por testigo, a no discutir con mi mujer/marido por el trato de privilegio que pudiera recibir por parte de atentos conseguidores, siempre interesados en seguir sobrevolando las inmundas y suculentas entretelas del poder político a beneficio propio. No me estaba refiriendo al núcleo irradiador de todos los machismos encubiertos, de todas las contradicciones andantes, que ha mandado, esta semana, definitivamente al ostracismo a una de las más preclaras promesas de la nueva izquierda heredera del 15-M, Íñigo Errejón, sino a esos prohombres y esas promujeres (sic) de la cosa pública, llámenles Pedro o Isabel, un poner, que tanto montan, montan tanto que otros tantos del entorno más cercano, de Sevilla a Jaén, de Juan Manuel a Francisco, que se dejan engatusar/embaucar por quienes acostumbran a pescar en el río revuelto de las prebendas y las prerrogativas mediante el habilidoso ardid de facilitar la inserción de las parejas de aquéllos en el mundo laboral y de los negocios. Y conste que la Justicia, perdón por la mayúscula, casi nunca tiene la última palabra. Yo no lo hubiera hecho y, sin embargo, lo hago, claro que lo hago, aunque mirando para otro lado. Y desde la más estricta legalidad. Ningún reparo. ¿O es que, acaso, el sol no sale para todos, creyentes y paganos?

Los fondos de inversión, el capitalismo más pragmático, impulsa magnánimo la sostenibilidad del planeta: las energías renovables. Lo explicaba, enfático, el otro día, en un desayuno informativo en Jaén, patrocinado por Greenalia, promotora de las macroplantas solares en la Campiña Norte jiennense, al sol que más calienta, el consejero de Industria de la Junta, Jorge Paraleda. La alianza andaluza en pos del biogás y el biometano en Jaén, que verá la luz oficialmente en el inminente noviembre con la presencia del presidente Moreno Bonilla, a la altura de la alianza andaluza para el desarrollo del hidrógeno verde en Huelva. Valles o Clúster. Familiarícense con la terminología. Megaconvocatorias públicas a raíz del nuevo PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) 2030, con fondos europeos Feder, primas y cazaprimas, para impulsar la transición energética y descarbonizar España, a través de ayudas, incentivos y modificaciones regulatorias. El problema, otrora, del alperujo, por ejemplo, junto a restos forestales y de poda, la biomasa, convertido hoy en oportunidad de negocio en Jaén para las grandes energéticas, partiendo en primera instancia de la petición expresa de almazareros industriales y cooperativas aceiteras de la provincia: “Para que Jaén aproveche uno de sus principales recursos, los residuos de la producción agrícola, produciendo energía renovable gracias al biogás”, subrayaba Paraleda, muy didáctico respecto a que el truco y el trato pasan por la retroalimentación: “No se trata de elegir entre energías renovables o agricultura. Lo que queremos es que estos dos sectores se retroalimenten aquí en Jaén, generando nuevas oportunidades industriales y fortaleciendo el sector agrícola con la valorización de los subproductos del aceite de oliva". Ostras, no sé en qué estaríamos pensando hasta ahora. 23 proyectos contabilizados de biogás y biometanización en la provincia en fase de autorización ambiental integrada. “Es el mercado, amigo”, como expresara tan gráficamente en su descargo Rodrigo Rato, en 2018, en comisión parlamentaria de investigación del Congreso de los Diputados sobre la crisis financiera, 9 meses antes de ingresar en prisión por el uso indebido de su tarjeta ‘black’. Inmaculada Nieto, portavoz parlamentaria de Por Andalucía, desde Lopera, aseguraba a propósito de las macroplantas fotovoltaicas: “Este despliegue salvaje lo que trae es paro y ruina”.  



¿Quién dijo miedo? Aquí el que no corre, vuela, como drones y antidrones, como el Cetedex y la adjudicación de sus obras, cuyo licitador (UTE Extraco Construccions e Proxectos, S.A. – Vivendio Sostenibilidad Energética, S.L.) era el décimo en puntuación técnica y el primero en apretar al máximo su propuesta económica sin caer en la baja temeraria, es decir, en no superar en diez unidades porcentuales de reducción el promedio del resto de ofertas. De las 10 que pasaron el primer corte, 5 eran UTEs con empresas de Jaén y la elegida finalmente no es una de ellas. Porca miseria. El alcalde jaenero, Agustín González Romo, en línea con su hoja de ruta, acaba de presentar un proyecto de centro de ocio en la actual estación de autobuses interurbanos de la Plaza de la Libertad, antigua Coca de la Piñera, que incluye la rehabilitación del hotel Rey Fernando y 220 plazas de aparcamiento subterráneo, promovido por el Grupo Alvores, el mismo que gestiona el centro comercial Jaén Plaza. ¿En qué intrincado vericueto de la novedosa iniciativa se halla la prometida protección/revitalización del pequeño y mediano comercio tradicional del centro urbano de Jaén? Antes del inevitable crowdfunding financiero entre inversores interesados que haga posible la intervención, tendría que afrontarse una modificación puntual del PGOU. “Largo me lo fías, querido Sancho”. Un trecho. Diciembre. Fomento maneja animosamente los últimos compases de 2024 para realizar las primeras pruebas de reactivación del sistema tranviaria de Jaén. ¿Cuento de Navidad? Del dicho al hecho.