Una veintena de seminaristas se forman en el Seminario Diocesano de Jaén

La falta de vocaciones es uno de los retos que tiene la Iglesia Católica, que celebra este domingo la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

 Una veintena de seminaristas se forman en el Seminario Diocesano de Jaén

Foto: EXTRA JAÉN

Vista del Seminario Diocesano de la Inmaculada y San Eufrasio de Jaén.

Un total de 18 seminaristas se forman en el Seminario Diocesano de la Inmaculada y San Eufrasio de Jaén, donde deben pasar por varias etapas durante siete años para culminar con su ordenación como sacerdotes.

"Cada año no es igual al anterior, pero se ha ido creciendo en los últimos años. Ahora mismo, en vocaciones, en porcentaje a la población de la provincia, la verdad es que estamos bastante bien", ha indicado a Europa Press el rector del centro, Juan Francisco Ortiz.

La falta de vocaciones es uno de los retos que tiene la Iglesia Católica, que celebra este domingo la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. Por ello, además, durante toda la semana ha habido actos para pedir tanto por la llamada al sacerdocio como por las vocaciones en general, a la vida religiosa, ya "hay muchas dentro de la vida cristiana".

En la actualidad, hay en el centro jiennense 18 seminaristas. "De ellos, quince son de aquí y se preparan para ser sacerdotes en la Diócesis. Hay tres que son de dos diócesis de Tanzania, que nos los han confiado para que los formemos, pero luego regresarán a su país y se ordenarán allí", ha comentado Ortiz, quien ha añadido que es "una forma de colaborar con iglesias que tienen menos medios".

Tienen un amplio abanico de edad, desde "jóvenes con 20 años y algunos ya con 50 y muchos", puesto que "el señor llama cuando quiere" y "no se le pueden poner condiciones". Su formación se lleva a cabo durante siete años con estudios que están configurados en cuatro etapas.

Comienza con la introductoria o propedéutica, con un curso que supone "el inicio en la vida de comunidad y en algunas cuestiones esenciales antes de la formación". Después hay dos años en la denominada etapa discipular, que "también antes se conocía como los estudios de filosofía".

"Estudian, sobre todo, la asignatura de Filosofía para prepararse, de modo que luego puedan entender mejor la teología. Y, al mismo tiempo, hay unos itinerarios de formación como discípulos de Jesús porque, antes de ser sacerdote, uno tiene que ser primero un buen cristiano", ha comentado el rector.

La tercera etapa, durante tres años, es la configuradora o de estudios teológicos, donde profundizan en "las características esenciales de un sacerdote, tomando como ejemplo la actitud de Jesucristo, buen pastor".

Finalmente, la etapa pastoral viene a ser "como las prácticas". Incluye el periodo entre el fin de la estancia en el Seminario y la ordenación presbiteral, pasando a través de la recepción del diaconado.

Se centra en la experiencia práctica del ministerio en alguna parroquia y la recepción de las Sagradas Órdenes, que precisamente recibirán este domingo tres de los actuales seminaristas. Será en la misa prevista a las 19,00 horas en la Catedral, presidida por el obispo, Sebastián Chico Martínez.

Con respecto a la situación de las vocaciones en el contexto general de España, Ortiz ha valorado que se ha "ido creciendo en seminaristas en los últimos años" y ha manifestado que el Seminario Diocesano de Jaén "tiene futuro".

Al hilo, ha apuntado que "hay seminarios que tienen más vocaciones, pero también porque son de provincias con muchísima más población", y "también otros de alrededor, de diócesis de poblaciones muy grandes, que sin embargo tienen igual seminaristas, incluso menos", que Jaén. "No se trata de compararse, aunque dentro de lo que es la media, estamos por encima de la media de las vocaciones al sacerdocio en España en general", ha comentado.

Pese a ello y aunque "no es algo frecuente", se puede dar el caso de que los propios centros consideren que alguien no reúne los elementos necesarios para se sacerdote, de manera que "se trata también de ayudar a que de verdad escojan el camino que Dios quiere" y que "no siempre coincide con lo que uno quiere".

"En la vocación hay dos discernimientos, el del propio joven, que tiene que discernir si el Señor lo quiere para esto o no, pero también el discernimiento de la Iglesia a través de los formadores, que también tenemos que ver si se dan los elementos que se tienen que dar", ha dicho el rector, quien ha destacado que el objetivo es también "que la persona pueda ser feliz en el ministerio".