Los primeros aceites de oliva de Portugal se sitúan en 4’15 €/Kg

Los primeros aceites de oliva de la temporada de Portugal han alcanzado ya en el mercado los 4’15 euros el kilo, una circunstancia que marcará tendencia en los precios en España, sobre todo, si como se espera, con las previsiones más optimistas, lloviendo en los meses de septiembre y octubre unos 40 litros por metro cuadrado cada mes, la producción de aceite de aceite de oliva se sitúa en poco más de un millón de toneladas, un 30% menos que los 1,5 millones de la actual, en el caso de la provincia de Jaén, apenas 180.000 toneladas.

Esta circunstancia provocaría que el virgen extra superara al máximo histórico que alcanzó en 2015, cuando llegó a 4,20 euros el kilo en origen.

Actualmente, según la Fundación Estrategias, basándose en los datos ofrecidos por la Fundación para la Promoción y el Desarrollo del Olivar y del Aceite de Oliva, el precio del aceite de oliva siguió al alza en el mes de agosto, alcanzando los 3,81 €/Kg de media. Estas expectativas de una producción a la baja, entre otros factores, han hecho que el aceite de oliva registre un precio que no se alcanzaba desde la campaña 2016/17, cuando se llegó incluso a vender a 3,97 €/kg de media, en el mes de mayo.

Por categorías, todas han aumentado el precio respecto a julio. El virgen extra se ha vendido a 3,84 €/Kg (a 3,60 el mes anterior), el oliva virgen a 3,76 €/Kg (a 3,57 en julio) y el lampante a 3,75 €/Kg (a 3,48 un mes antes).

Por tanto, el precio alcanzado por los nuevos aceites de oliva de Portugal de 4’15 euros el kilo, son para el sector una premoción de cómo se va a comportar el mercado, con precios históricos en origen y muy elevados en los lineales.

¿Por qué está el lampante por las nubes y casi igual que el virgen extra?
Hay que recordar que el aceite de oliva lampante estaba la primera semana del mes de enero a 3,00€/kg y hoy el abanico de precios se mueve entre los 3,80€/kg e incluso 3,85€/kg. Esta circunstancia se debe a la escasez de aceite de oliva para refinar y a la creciente demanda para producir aceite refinado que supla el déficit de aceite de girasol con aceite de oliva como consecuencia de la guerra de Rusia y Ucrania.