Muere Virtudes Segovia, el emblema del folclore cazorleño

Su inquietud y amor por la danza la llevó a recuperar los bailes de la Sierra de Cazorla

 Muere Virtudes Segovia, el emblema del folclore cazorleño

Foto: Extra Jaén

Virtudes Segovia

Virtudes Segovia, la que fuera conocida como profesora de baile de la Escuela Municipal de Cazorla desde 1993 hasta aproximadamente 2003, falleció el pasado 25 de octubre en Alemania.

Como su propio nombre indica contaba con muchas virtudes y entre ellas la pasión por las tradiciones cazorleñas, que desarrolló a través de la danza a partir de la década de los setenta. Pasión que supo transmitir a sus alumnos y alumnas.

Durante aquel tiempo su clases tocaban casi todos los palos de la danza, desde el ballet clásico, a las sevillanas o el flamenco pasando por las bulerías o las rumbas. Pero estaba llamada a rescatar del olvido la rica tradición del folclore de la Sierra de Cazorla, convirtiéndose en una experta en los bailes típicos de jotas y fandangos serranos.



Su colaboración con la Asociación Lola Torres de Jaén fue decisiva para la recuperación de los bailes tradicionales a nivel provincial.

Su talante simpático y eterna sonrisa hicieron que Virtudes poco a poco se fuera haciendo un hueco en esta disciplina y ganándose el respeto no solo de su pueblo sino de quienes se preocupaban como ella de recuperar las ricas tradiciones jiennenses.

Para Virtudes la danza era algo tan inspirador como beneficioso a cualquier edad y creaba coreografías en las que integraba a personas de todas las edades, desde los más pequeños hasta la tercera edad, y en las que también participaban músicos en directo.

Algunas de sus coreografías, como “La Boda Serrana”, fueron presentadas en Alemania y en congresos internacionales de folklore, llevando las raíces serranas más allá de nuestras fronteras.

En uno de esos viajes conoció a quien sería su marido y padre de su hijo, momento que marcó su traslado definitivo a Leipzig (Alemania), donde continuó difundiendo y enseñando la cultura tradicional de Cazorla.

En 2015, sus antiguos alumnos y alumnas, con la colaboración del Ayuntamiento de Cazorla, le rindieron un emotivo homenaje por su trayectoria. Aquella noche, Virtudes volvió a subir al escenario del Teatro de Cazorla, brindando la que sería su última y entrañable actuación.

Hoy sus alumnos y alumnas como Ana Belén Aivar la recuerdan con cariño y emoción , porque como dice “aprendimos a bailar muchos cazorleños y cazorleñas, pero, sobre todo, aprendimos a sentir el baile”.

Su método de enseñanza fue su seña de identidad creando una comunidad unidad “donde los alumnos formaban parte de una gran familia que recorría los pueblos mostrando con orgullo nuestros bailes típicos”, recuerda Aivar.

Para Cazorla, Virtudes Segovia ha dejado una huella imborrable no solo en la cultura cazorleña, sino también en el corazón de todos los que compartieron con ella la pasión por el baile.