Carmina Martínez: "Espero que Jaén se eche a la calle con ilusión"
La pregonera de la Noche de San Antón, responsable de "Carmina en la cocina", asegura que le gustaría quemar en las lumbres la enfermedad y la guerra
Foto: Juan Antonio García.
La pregonera de San Antón, Carmina Martínez.
San Antón contará este año con un pregón para todos los paladares. Carmina Martínez, apasionada de la gastronomía jiennense y la persona detrás del blog “Carmina en la cocina”, será la pregonera de las fiestas de San Antón 2023.
¿Qué es lo primero que piensa cuando le ofrecen ser la pregonera de unas fiestas tan queridas en Jaén?
-Que estaban de broma. Cuando me llamó el concejal de Cultura, José Manuel Higueras, para darme la noticia, no me lo podía creer. Es algo tan grande que jamás me pude imaginar verme en mi ciudad de pregonera y de San Antón. Sigo en una nube. Los pregoneros de años anteriores son gente a la que admiro y ahora la responsabilidad ha caído en mí, intentaré quedar a la altura.
Siendo jiennense, tiene que ser un verdadero orgullo…
-Totalmente. Soy una enamorada de mi tierra. Sobre todo, en el tema de la cocina. Estoy indagando mucho en la historia de nuestra gastronomía. Y conforme más conozco nuestras tradiciones, más orgullosa me siento. No puedes sentirte orgulloso de algo que no conoces… Y de esto hablaré en mi pregón. En Jaén, tenemos una gastronomía increíble y si viajas, te das cuenta de que aquí se siguen manteniendo muchos platos tradicionales, cosa que en otras ciudades se ha ido perdiendo un poco.
¿Ese interés por la historia es también la pieza fundamental de tu blog de recetas “Carmina en la cocina”?
-Sí, me da mucha pena que se puedan perder ciertas tradiciones. “Carmina en la cocina” es muy tradicional y algo que le debo a mi madre. Ella es la que me ha inculcado el recoger esos platos y hacer que no se pierdan.
Tendrás muchas historias en torno a las fiestas de San Antón a lo largo de los años, ¿algún recuerdo preciado?
-Muchos. El estar haciendo guardia en la lumbre para que los del barrio de al lado no vengan a robarnos, hacer rosetas, ver a mi madre hacer la calabaza en el horno… Pero, sobre todo, el juntarnos todos los vecinos. Era un hermanamiento, una convivencia muy bonita.
¿Había un poco de competición a la hora de la lumbre?
-Evidentemente. Cada barrio se encargaba de que su lumbre fuera la más grande o su monigote, el mejor. Pero, luego te vas a la lumbre de otro barrio y te acogen igual. Si yo me llevo una cosa, el otro se lleva otra. Todos vamos compartiendo, nada es mío. Y creo que esa tradición se está recuperando. Hubo una época que parece que este sentimiento se perdió un poco. Pero ahora, la gente tiene muchas ganas de San Antón, de lumbre y de carrera.
¿Qué esperas de las primeras fiestas ya más alejadas de la pandemia?
-Espero que Jaén se eche a la calle como siempre ha hecho, pero con más ilusión y ganas. Veo que la gente este año está ilusionadísima, tengo familiares que están locos por correr, se empiezan a notar los nervios… La carrera me emociona mucho y es precioso ver a la gente con las antorchas. No sé si en otras ciudades tendrán algo tan llamativo y entrañable. Es cierto que San Antón es el 17 y siempre se ha celebrado la noche de antes. Pero, todos queremos que a la carrera venga el máximo de corredores posibles y puedan pernoctar. El que se celebre en fin de semana creo que ha sido un acierto y le ha dado mucha vida.
¿Algo que quieras echar a la lumbre para empezar el año?
-Hay que tener en cuenta que el origen de esta fiesta era pagano y como pasa con San Juan, se quemaba todo lo malo, lo viejo. El monigote representa eso, al maligno. Yo quiero quemar la enfermedad, la guerra, los momentos malos. Lo que nos tiene que quedar es disfrutar y que compartamos una noche de ilusión y alegría.