Chilluévar homenajea a su farmacéutico tras 38 años de trayectoria

Lo bueno de los pueblos, de la España rural, es que las personas no son seres anónimos, sino que se les conoce y reconoce en sus profesiones. Las personas no pasan desapercibidas y, tras su trayectoria profesional, reciben el cariño de sus vecinos.

Es lo que ha sucedido con el farmacéutico de Chilluévar, Miguel Pérez Salas, que ha recibido un sencillo y caluroso homenaje en el Ayuntamiento del pueblo a causa de su jubilación. Pérez Salas ha estado arropado por un gran número de vecinos que le han agradecido el haber estado llevando la farmacia durante 38 años “de una manera ejemplar”, según ha matizado la alcaldesa Mairena Martínez.

Lo que en un principio iba a ser algo protocolario de entrega de una placa como agradecimiento a sus años de servicios, finalmente se convirtió en un multitudinario acto donde muchos de los habitantes del municipio han querido mostrarles su afecto y agradecimiento por su labor constante.

Algo por lo que la primera edil ha reconocido sentirse gratamente sorprendida: "Nos vimos algo desbordados en el salón de plenos pues han querido demostrarle que le estamos muy agradecidos por esos 38 años y para nosotros ha sido un honor tenerle como hijo adoptivo”. Además, ha indicado que Miguel “ha cumplido de forma sobresaliente con su trabajo, estando siempre disponible para dar respuesta a las necesidades de los vecinos”.

Natural de Cazorla, implantó la farmacia en Chilluévar convirtiéndose en un hijo adoptivo más de la localidad. Ejemplar por tener disponible su teléfono los 365 días del año ante cualquier urgencia, ahora sus hijos, también farmacéuticos, tomarán el relevo para seguir atendiendo a los vecinos del municipio.

La farmacia es y seguirá siendo uno de los lugares más visitados de un pueblo. Un servicio tan necesario como valorado por los habitantes de los municipios. Mucho más ahora que asistimos a la pérdida de otros también necesarios como bancos y cajas de ahorros o servicios de correos.