Dos años de cárcel por agredir sexualmente a su prima de diez años

La sentencia también le impone libertad vigilada durante cinco años y cinco años de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima

 Dos años de cárcel por agredir sexualmente a su prima de diez años

Foto: EXTRA JAÉN

El acusado, ahora condenado, durante el juicio.

La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a dos años de prisión a un hombre de 31 años por agredir sexualmente a su prima cuando esta tenía diez años y él 15 años más que ella. Por estos hechos, el Ministerio Fiscal le reclamaba seis años de prisión.

Además de la pena de prisión, la sentencia, a la que ha accedido Europa Press a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), le impone libertad vigilada durante cinco años y cinco años de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima. En concepto de responsabilidad civil, indemnizará a la menor en 3.000 euros por los daños ocasionados. Además, se le impone la inhabilitación especial durante cinco años para cualquier profesión u oficio directo con menores de edad.

Según relató la víctima por videoconferencia durante el juicio y que la sentencia recoge ahora como hechos probados, todo ocurrió en una fecha indeterminada de 2016, en el domicilio de su abuela, en una pedanía de un municipio jiennense al que la menor solía ir con frecuencia. En el momento de los hechos, la menor tenían 10 años y su primo 25 años.

Fue en un momento en el que colocaba sus cosas en una habitación de casa de su abuela, cuando el acusado se abalanzó sobre ella para besarle en el cuello. La joven, ahora con 16 años, dijo que no sabe cómo pero logró soltarse y salió corriendo hacia donde estaba su abuela, aunque en ese momento no contó nada porque "tenía miedo".

Declaró ante el tribunal que su primo la amenazó con "matar" a las personas que ella más quería si contaba lo sucedido por lo que optó por el silencio. Cuatro años tardó en contar lo que le había pasado. Se lo contó primero a sus amigas y después a un profesor de su instituto que fue el que finalmente avisó a la madre, que acabaría interponiendo la denuncia en diciembre de 2020.

La madre declaró como testigo en el juicio y manifestó que su hija desde entonces ha precisado asistencia psicológica y que su comportamiento y rendimiento escolar se han visto afectados.

El tribunal concluye que la declaración de la menor "reúne todos los requisitos exigidos por la jurisprudencia para la destrucción de la presunción de inocencia del acusado", de ahí la sentencia condenatoria que no es firme y que se puede recurrir en apelación ante el TSJA.