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Paqui Medina, Juan Espadas, Manolo Lozano, Paco Reyes y Micaela Navarro, de izquierda a derecha. 11/12/21
La gripe A, en plena eclosión festiva de la Navidad, afectaba, sin encamarla, a media España. Urgencias, saturadas, colapsadas, exangües. Restaurantes, bares, pubs y discotecas, hasta la bandera. El caso era no parar: el indesmayable ansia de aprovechar, de exprimir, de apurar, a pesar de la fiebre, la tos y el malestar general. ¿Variabilidad genética, capacidad mutante, que relativiza la eficacia de las vacunas? A ver quién se aclara. El tocomocho de la providencia. Año Nuevo, en Sevilla. Se suceden los encuentros entre dirigentes socialistas en torno a la estrategia más aconsejable para abandonar el tedio y la conmiseración. La catarsis como método científico para superar una coyuntura crítica, que diría Albert Einstein. "Callarse en la crisis es exaltar el conformismo. No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo". Esto es, para cambiar las cosas, para reconquistar la Junta, el PSOE está obligado a reinventarse. Su particular ‘Cuento de Navidad’.
Todos los iniciados saben que Juan Espadas está amortizado como líder regional: perdió sin paliativos hace año y medio, y, en Madrid, incluso, agradeciendo su inquebrantable lealtad, ya reconstruyeron su perfil útil como portavoz en el Senado. ¿Que la identidad del relevo cae por su peso? Ni que decir tiene que nunca debiera descartarse, antes de hacer otras cábalas y especulaciones, a la súper ministra andaluza, '2' del partido, María Jesús Montero, el valor más cotizado, aunque se antojen hoy sus metas inmediatas bastante alejadas de la Bética. De la prestidigitación sanchista, no obstante, puede esperarse cualquier sorpresa en el último suspiro. Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, los ojos del presidente al sur de Despeñaperros -medio paisano, toda vez que su pareja es jiennense, como la de Mario Jiménez o la del propio Espadas-, maneja otras candidaturas menos recurrentes, tipo Carmen Castilla, la ex secretaria andaluza de la UGT, diputada socialista al Congreso por Sevilla. En contra, su condición de diana fácil para la caverna ultra, dado el juicio pendiente a su antecesor, Francisco Fernández Sevilla -y 14 personas más-, por una presunta trama de facturas falsas en los cursos de formación a ocupados y parados para financiar el gasto corriente del sindicato. Desde que el caso del supuesto fraude de 40 millones de euros se retomara en la Audiencia Provincial de Sevilla, a mediados de 2019, Carmen Castilla, sustituta de circunstancias, tuvo que apechugar con la defensa pública de la presunción de inocencia. Y ello, a la larga, condiciona, quema. La opción Carmen Castilla, en el delfinario psoístico de recambios de Juan Espadas, podría diluirse atendiendo a la lógica aplastante de no dar cuartos al pregonero: difícilmente logrará socavarse la solidez de la marca Moreno Bonilla, "Llámame solo Juanma", adoptando todavía la actitud defensiva del superviviente. Un lustro después de llegar al poder, el PP-A sigue justificando su ineficiencia en la herencia recibida.
La segunda del PSOE-A, jiennense de La Carolina, Ángeles Férriz, a la sazón portavoz parlamentaria, no se borra del ramillete de aspirantes, por más que sepa mejor que nadie que su territorial, la de Jaén, ni olvida ni perdona la afrenta que supuso forzar aquella impostura de consenso con que se cerró, el 11 de diciembre de 2021, el 15º congreso provincial del PSOE de Jaén, predestinando al líder alternativo, el alcalde marmolejeño Manuel Lozano, a una vicesecretaria general que nunca llegó a ocupar. Renunció a ser efigie silente a las pocas semanas del cónclave. Mejor una vez rojo que ciento colorado. "Cuando te metes en charcos, los pies tardan mucho tiempo en secarse". La sabiduría popular de los escarmentados. Lozano encabezó un movimiento renovador que, asegurábase en la trastienda, impulsaba decididamente Ferraz. Felipe Sicilia, en el papel de profeta -un simple mandado-, vino a Andalucía a proclamar una nueva era que sacaría de escena, de un solo plumazo, a Susana Díaz y Paco Reyes, como parte consustancial e inseparable del problema, pero luego, súbita e inesperadamente, cambiaron las tornas y él fue precisamente uno de los damnificados. En su descargo, el pecado original de la inocencia. Ni sospechaba el advenimiento de una suerte de gatopardismo que supliría piezas básicas en el tablero del 40º Congreso Federal -incluida la salida de su mentora, Adriana Lastra- para que, en realidad, no cambiase sustancialmente nada. 11 de diciembre de 2021. Juan Espadas, el elegido por el aparato para poner fin al liderazgo autonómico de Susana Díaz, refrendaba con su presencia en Jaén la reelección consensuada de Paco Reyes, 11 años ininterrumpidos -13 ya-, al frente de la secretaría provincial -otros tantos secundando en la sede de Hurtado a Gaspar Zarrías y Pepe Pliego-.
Suscrito el pacto -deseo expreso de la superioridad- para que concurrieran candidaturas de unidad en cada provincia, celebrado el congreso del PSOE de Jaén, el sector renovador se redujo a la individualidad del que se atrevió a dar el paso, en carne y hueso, más solo que la luna. Confirman ahora algunos de los conjurados, dos años más tarde, que, en aquella operación concebida para que Paco Reyes diese un paso al lado, Felipe Sicilia y Ángeles Férriz, "Suaviter in modo, fortiter in re", ejercieron de elefantes blancos. Flanqueándoles, en un segundo nivel jerárquico, Laura Berja, Dani Campos y un generoso etcétera de alcaldes y alcaldesas, sumados a la causa, pueblo a pueblo, por la ley del mínimo esfuerzo. Recapitúlese, pues, transcurrido solo el bienio 2022-2023, quiénes quedan políticamente vivos. Ejercieron de mediadores, en pos del acuerdo en el otoño de 2021, Julio Millán, Víctor Torres, Valeriano Martín y Yolanda Reche. Salvo Valeriano, recién jubilado, el resto se halla en un meritorio plano activo, cerca, muy cerca, del jefe Reyes.
Quiso el destino, asimismo, nada casual, que el nuevo hombre fuerte en el remozado staff de Ferraz fuese Santos Cerdán, nexo fundamental para entender la familiaridad existente entre los socialistas de Navarra y Jaén, que alcanza su cénit escenográfico, más o menos por esas fechas, en el banquete de boda del delfín bedmarense de Reyes, el diputado jiennense Juanfran Serrano, y de la ex europarlamentaria navarra (congresista también desde hace 4 meses) Adriana Maldonado. Desde entonces, el sector crítico o renovador del PSOE de Jaén retornó a las catacumbas. Bien es cierto que Férriz sigue pateando su circunscripción, arropando a quien se deja arropar, consciente de que mañana no es ayer. Resulta una obviedad que Ángeles, Mariquilla para sus íntimos, sin el chubasquero del ‘Estilo Jaén’ en Sevilla, más pronto que tarde, terminará resfriándose. Su apuesta para relevar a Espadas, bisbisean, sería su alter ego María Márquez, parlamentaria onubense. Por su parte, los sanchistas de primera hora, orillados, no resignados, reclaman su espacio propio en el debate mediante la plataforma de 'Reconstrucción PSOE-A' que alienta el profesor Luis Ángel Hierro, tercera vía en las tensas primarias que dirimieron Susana y Espadas.
El PSOE-A, desde luego, está obligado a recuperar la iniciativa. Montero, Castilla, Gómez de Celis... Los nombramientos del Gobierno de España, asimismo, encierran mensajes cifrados en el ámbito doméstico. La llegada a la Subdelegación del Gobierno de uno de los colaboradores más cabales de Paco Reyes en Jaén capital, el ex senador y funcionario de la Diputación Manolo Fernández Palomino reafirma la confianza plena de Ferraz en Hurtado. Sale Catalina Madueño, en expectativa de destino gubernamental o, en su defecto, de retorno a su plaza en la plantilla de la Junta. ¿Y en el PSOE de la ciudad de Jaén? ¿Cambios a la vista o la firme convicción de que la mejor baza electoral continúa siendo Julio Millán? Se cruzan apuestas. La hipervisibilización de su '2', África Colomo, diputada de Cultura y Deportes, obligada a no perder detalle del proceso hacia el nuevo modelo de gestión de la reconvertida institución ferial provincial, es decir, Ifeja + Olivo Arena'2024, donde jerárquicamente es la segunda del presidente, resulta sintomática.
Dos años después de aquel congreso del PSOE de Jaén que marcara aparentemente un punto de inflexión, un 'antes' y un 'después', ni siquiera una velada alusión a la cacareada estipulación de que en el ecuador del mandato orgánico, o sea, en este 2024, a los 2 años de firmar en barbecho, la renovación prometida ofrecería realidades incontrovertibles. La magia del mago Reyes –“Nada por aquí, nada por allá”-, se traduce en ignorar a los dos años del sortilegio los presentes ofrecidos a unos meritorios enfurruñados que en dos años dejaron de ser meritorios y de estar enfurruñados. Dos años son un mundo en política. El discurso de la urgente renovación del PSOE de Jaén de 2021, a la postre, quedó en ensoñación dickensiana, duermevela desasosegado, sobre los tres fantasmas de la Navidad: pasada, presente y futura. Despertaron a los 2 años y allí estaba, frente a ellos, tal cual, Paco Reyes, el presidente-secretario general, sin novedad, inasequible al desaliento, como si aquel movimiento contestatario solo hubiera sido un ‘Cuento de Navidad’.