El Expositor: El sombrero de tres picos

Crónica política de la semana de Manuel Expósito

 El Expositor: El sombrero de tres picos

Edición del libro de Pedro Antonio de Alarcón, "El sombrero de tres picos".

Del bicornio al tricornio, como todo en la vida, sólo hubo un paso, principios del siglo XIX, siempre osado, atrevido, rompedor: el ala ancha, doblada hacia arriba, buscando la copa, formando tres picos. Tres cuernos teóricos que, luego, en el tocomocho de la practicidad, se redujeron a dos. Un sindiós, esnobista por definición. 'El sombrero de tres picos' de Pedro Antonio de Alarcón, un relato realista que versionó musicalmente para ballet y orquesta Manuel de Falla. Un clásico de la Andalucía rural, profunda, impregnado de sus consabidas pulsiones y chanzas: El molinero y la molinera, el corregidor y el alguacil, una tertulia amable y la ruin estratagema del poderoso que, al fin, se le vuelve en contra, como sucede exclusivamente en este tipo de ficciones moralizantes. La vida, en sus lances, avatares cotidianos, resulta bastante más cruda, retorcida e injusta. A la postre, el instinto básico de dos burras desentrañaría el misterio sobre el papel de cada cual en una infidelidad en grado de tentativa.

'El sombrero de tres picos', sin sorna ni congoja, osado, atrevido, rompedor, reaparecía esta semana en Jaén y Baeza, a propósito de la negociación de Jaén Merece Más, bilateral, a dos bandas y tres picos, en pos de la investidura en la sesión de constitución de ambos ayuntamientos, fijada para el próximo sábado. JM+, frente a PSOE y PP, secuenciando los encuentros, marcando la cadencia, resaltando la estrategia irrenunciable de un partido que hace de la transversalidad reivindicativa no sólo su  razón de ser, sino una razón de Estado. 3.500 millones de euros de deuda histórica, implicando a las dos administraciones públicas superiores, a través de ingentes inversiones autonómicas y estatales repartidas en sucesivas legislaturas. Demasiada carga para tan pobres alforjas. ¿Acordar una cifra milmillonaria por el sillón de alcaldía de un consistorio arruinado? Ni sumándole Baeza, Santisteban del Puerto y Santiago-Pontones. ¿A cuenta de qué ensalmo de discriminación positiva u obra de hechicería de la nueva escolástica política, nacida del movimiento de la España Vacía? 'El sombrero de tres picos' resurge icónicamente del discurso de JM+ cuando la terna negociadora, compuesta por Juanma Camacho, Javier Marín y Manuel Carlos Vallejo, anuncia, en rueda de prensa, su intención de presidir un gobierno tripartito de concentración.



Antes muerto que sencillo, el socialista Julio Millán habría mentado ya la bicha, sustentando la verosimilitud de un pacto entre PSOE y JM+, previamente, al ofrecer la alcaldía al profesor Vallejo. Esta mañana de lunes, a las 10, el alcalde en funciones salta, de nuevo, al ruedo. Sin tripartido que valga, a decir de socialistas y populares, y toda vez que la montaña no viene a Mahoma, es decir, que Juanma Moreno no viajara/viajará a Jaén a escenificar la entente cordiale con JM+, Mahoma, encarnado en la terna negociadora del partido-plataforma, junto a Erik Domínguez y José Agustín González Romo, podría desplazarse aún en las horas venideras a Sevilla para ser recibido por el presidente andaluz, fuera de San Telmo. No confundir la velocidad con el  tocino, lo institucional con lo orgánico, el culo con las témporas, las presidencias del PP-A y de la Junta de Andalucía.

En el tira y afloja, parecieran oír cantar a Alejandro Sanz, "No es lo mismo", en Úbeda, después del chaparrón, la noche del jueves: "Vale, que a lo mejor me lo merezco, bueno, pero mi voz no te la vendo, ¡puerta!, y lo que opinen de nosotros, léeme los labios, yo no estoy en venta". Y sí, ciertamente, no es lo mismo ser que estar, ni estar que quedarse. Paco Reyes, con la listas del 23-J, hechas, refrendadas (Juanfran Serrano, Ana Cobo y Jesús Cózar, al Congreso; José Latorre, Manuel Fernández Palomino y Pepa Jurado, al Senado; Felipe Sicilia y Laura Berja, à la rue), haciendo de tripas corazón, intermedió infructuosamente en Baeza, porque Bartoli Cruz, un 'ex' altanero y belicoso, hoy líder local de JM+, se pide la alcaldía, o no hay trato. Suena a danza ensayadísima de 'El sombrero de tres picos', porque al PP también se la reclama, aunque la investidura del popular Pedro Cabrera -"No es lo mismo ser justo que ¡qué justo te va!"- caiga por su peso al ser la lista más votada.

Burda trama dieciochesca similar, in extremis, a regañadientes, convirtió en electoralmente posible, el viernes, el más difícil todavía de la confluencia de Podemos en Sumar, pese a que las cañas de la no inclusión de Irene Montero y Pablo Echenique, mera proporcionalidad representativa, se volvieran inmediatamente lanzas en forma de vehemente acusación de veto. Yo te veto, tú me vetas, él me veta, nosotros nos vamos -todos- a la mierda... Precisamente, nunca se olvide, la división entre pudiendo y sumando, o sea, entre 'Para la Gente' y 'Podemos y Jaén, Sentido y Común', facilitó, a golpes inmisericordes de Ley d'Hondt, 2 de los 3 concejales que creció el PP en Jaén capital, así como la multiplicación por cero de la izquierda a la izquierda del PSOE. Rebuznos en el campo a deshoras, mantas de palos a siniestro y ultrasiniestro, esto es, el desenlace de 'El sombrero de tres picos', pero ellos, inasequibles al desaliento, dada su inquebrantable fe revolucionaria, jamás aprenderán, ¡arre! que te ¡arre!, a bajarse a tiempo de la burra.