
Hay partido (y II)
El espíritu profético, adivinatorio, de pitonisas y pitonisos siempre fue un ejercicio de prestidigitación, una engañifa, no exenta, eso sí, de cierta espectacularidad escénica. Elucubrar acerca de un próximo otoño electoral, producto de la confluencia de corruptelas varias, o de aritméticas imposibles, ya sea en Sevilla o en Madrid, no deja de ser para algunos actores y analistas políticos más un deseo vehemente que una posibilidad cierta. El arbitrario trato de favor a allegados que cercaría, acorralaría, a Pedro Sánchez o Juanma Moreno, forzando la calenturienta hipótesis de un adelanto coincidente de elecciones generales y autonómicas antes de acabar el año, se antoja cortina de humo que esconde la incapacidad manifiesta de los respectivos detractores en su empeño de descentrarles de su principal objetivo: perpetuarse. ¿Una convocatoria conjunta, producto de la caída en intención de voto de la marca ‘Juanma’ y de una sucesión de derrotas judiciales y parlamentarias del sanchismo? O cuando el deseo supera a la razón. Como quienes oyen llover, Pedro Sánchez asiste, este lunes, en París, a la cumbre de urgencia de mandatarios europeos convocada por Macron para hablar sobre el futuro de Ucrania, mientras Juanma Moreno no estará en el pleno del Parlamento del miércoles puesto que acudirá ese día, presto y gozoso, a la sesión del Comité de Regiones de la Unión Europea, órgano que presidirá hasta mediados de 2027. ¿Elecciones en otoño? Fíjense cómo tiemblan.
En la desembocadura de la semana naciente, por lo demás, se despejarán las incógnitas en torno a la composición del equipo de trabajo de la flamante, y constipada, lideresa del PSOE andaluz, María Jesús Montero. Como no tiene pensado dejar de ser la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del Gobierno de España, Montero, tras batirse en duelo interno con Yolanda Díaz por la tributación aplicable a los beneficiarios de la subida del SMI que superen el tramo de mínimo exento, advierte que necesita en la nueva dirección del socialismo regional dirigentes a tiempo completo, tarea incompatible con otro tipo de importantes responsabilidades orgánicas e institucionales. Por eso, si Pedro Fernández formalizara finalmente su aspiración a la secretaría general del PSOE de Granada es porque ya sabe que no va a seguir como delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma. Del mismo modo que la renuencia de Juanfran Serrano a dejar de ser el adjunto de Santos Cerdán en Ferraz le excluye de la sala de máquinas de la ejecutiva regional. Lo tomas o lo dejas. Proliferaron, en las últimas horas, rumores al respecto. ¿Te vienes o te quedas? El bedmarense lo tenía meridianamente claro hasta que Ángeles Férriz, en el comité del 8 de febrero, montó el pollo. A partir de ahí, un antes y un después. Escenificaciones varias. La primera. La menos meditada. La más impulsiva. La de Paco Reyes, precipitándose al reaccionar con un “Si ella se presenta, yo también lo haré”. El arrebato del veterano timonel no solo desairaba sin quererlo a su delfín, Juan Latorre, sino que reactivaba las pilas contestarias de “no menos de 30 agrupaciones locales”, señalaban incluso personajes cercanos al actual secretario general del PSOE de Jaén. La segunda. Manuel Lozano, otrora precandidato alternativo a Reyes allá por septiembre de 2021. El alcalde de Marmolejo oficializaba, el miércoles pasado, que no ambicionaría el cargo en beneficio de Férriz, siguiendo la estela de la propuesta de consenso que había formulado la actual portavoz parlamentaria del PSOE andaluz. En realidad, ahora como hace 40 meses, Lozano y Férriz responden a una estrategia común y unívoca, clausurar el liderazgo de Reyes, pero igual que entonces la carolinense prefería no abandonar Sevilla, impulsando en la batalla de Jaén a un afín, hoy confía todo su futuro político a la ejecución de una estrategia ajedrecística que protagonizaría ella, ejerciendo de reina, claramente al ataque, basada en la verticalidad de sus dos torres y en la labor gregaria de un buen número de peones, en su mayoría damnificados del reyismo, cuyo desenlace no podría ser otro que el jaque mate. Nadie se retira, pues, solo cambia de papel.
En la sólida alianza entre Sevilla y Jaén que gestiona la mala salud de hierro del psoísmo andalú volverá a basarse la conformación del equipo de trabajo que arropará desde San Vicente 37, “a tiempo completo”, a María Jesús Montero a partir del congreso regional de este fin de semana. El alcalde de Dos Hermanas, el ayuntamiento de mayor población que conservan los socialistas en Andalucía, Francisco Rodríguez, comanda los contactos previos con los jefes provinciales de delegación. Por Jaén, obviamente, negocia Paco Reyes. Si Juanfran no baja, ni se baja del burro, la jugada de cara a ocupar uno de los tres puestos más relevantes de la oficina pasaría por otro tándem, también de torres, José Latorre o Víctor Torres, mejorando lo presente, Jacinto Viedma, en el ida y vuelta constante, de Sevilla a Jaén, de uno de los más fieles colaboradores del jefe Reyes. Designaciones inminentes para la portavocía parlamentaria y la delegación del Gobierno en Andalucía. Suenan, sobre todo, Josele Aguilar y María Márquez. Salvado el trámite de unanimidades de Armilla, llegará la hora del anuncio de las precandidaturas a la secretaría general del PSOE de Jaén, con la exigencia de algo menos de un millar de avales. ¿Paso al lado o paso al frente? ¿Paco Reyes o Juan Latorre? ¿Férriz o Férriz? ¿Demasiada erre, quizás? ¿Una tercera vía, impulsada por Jaén capital? ¿Jaén estaría más de moda que nunca en el PSOE jaenita? ¿Julio o Millán? La verosimilitud de los primeros presupuestos municipales de la entente PSOE/JM+, por cierto, adquiere forma. Dame pan y dime tonto.