El Hospital Alto Guadalquivir entrega a las madres su placenta impresa
Un grupo de matronas desarrolla una iniciativa voluntaria que busca dar mayor calidez, cercanía y humanización al nacimiento de un bebé
Foto: Extra Jaén
Matronas que han llevado a cabo esta actividad como recuerdo del parto.
Un grupo de matronas del Hospital Alto Guadalquivir de Andújar ha puesto en marcha una iniciativa singular para que las familias tengan un recuerdo del parto, si así lo desean. Ésta consiste en colorear la placenta de sus hijos e imprimirlas sobre un papel. El resultado es una imagen que completan con el nombre del bebé, su peso y su talla, así como el día del nacimiento.
La supervisora del Bloque Quirúrgico del Hospital Alto Guadalquivir, Eugenia Muñoz, ha indicado que “llevamos desarrollando esta acción aproximadamente ocho meses. La idea partió de un grupo de matronas, algunas de ellas relativamente nuevas en nuestro equipo, que conocían experiencias similares de otros centros andaluces. Su motivación y su impulso ha hecho que nos iniciemos en una iniciativa, voluntaria tanto para las familias como para los profesionales que lo desarrollan, que pretende ofrecer mayor calidez, cercanía y humanización a la asistencia sanitaria que prestamos”.
La técnica utilizada se llama imprimación, que es el recubrimiento previo que se aplica sobre la superficie que se va a pintar para prepararla para el proceso posterior. Tras el alumbramiento, las matronas involucradas en el proyecto -María José Flores, María del Mar García y Genoveva Fernández- limpian la placenta de los restos de sangre y la pintan con distintos colores. Luego la colocan sobre un papel absorbente de acuarela sobre el que queda grabada la imagen de la placenta junto al cordón umbilical. Para completar la obra, se pone el nombre, el peso, la talla del bebé y el día de nacimiento. Incluso, si los padres quieren, también sus nombres y el de la matrona que asistió el parto. Hasta el momento se han llevado a cabo nueve impresiones de placentas. Para hacerlo es necesario que concurran tres circunstancias fundamentales: que la familia dé su aprobación, que la matrona que le atienda forme parte de este grupo voluntario y que las necesidades del servicio lo permitan.
El parto tiene tres fases: dilatación, expulsivo y alumbramiento. En la primera, la mujer tiene que dilatar hasta estar preparada para que el niño avance por el canal del parto. El expulsivo propiamente dicho es el periodo en que el bebé sale, por fin, al exterior. Por su parte, el alumbramiento es el momento en que la placenta es expulsada gracias a algunas contracciones. “La placenta es un órgano que se desarrolla en el vientre durante el embarazo, el cual tras el alumbramiento se desecha, pero ha sido fundamental durante esos nueve meses para garantizar oxígeno y nutrición al bebé, eliminando además los desechos. Podemos afirmar que es una obra de arte única, ya que pertenece sólo y exclusivamente a una madre y al bebé que ha gestado en su vientre”, han explicado las matronas que lo realizan.
La impresión de la placenta no conlleva ningún riesgo. No hay peligro ni para las madres ni para el bebé recién nacido y, suele llevarse a cabo fuera del Paritorio. Tampoco influye en el corte del cordón. Una vez hecha la impresión, la placenta se desecha, a no ser que haya que hacer una serología.
Según explican las matronas, “la impresión de la placenta puede hacerse por sus dos caras. En el caso de que se haga por la cara materna, el dibujo que se sobreimpresiona simula pequeños algodones. En el caso de que se haga por la cara fetal, parece un árbol con sus raíces, un símbolo del auténtico ‘árbol de la vida’ que ha albergado, alimentado y resguardado al bebé durante nueve meses”. “Las familias que se han llevado esta obra de arte tan especial a casa han mostrado su emoción y su alegría ante la iniciativa”, han asegurado estas profesionales.