Jaén mantiene sepultado uno de los dólmenes más importantes de España
Es del neolítico, fue descubierto en la balsa de Cadimo a las afueras de la capital hace 14 años y aún continúa sin ponerse en valor
Zona de la balsa de Cadimo donde se halló el dolmen.
Ni riego, ni patrimonio. Quince años después de que la balsa de Cadimo para riego comenzara a construirse sigue sin entrar en funcionamiento. La búsqueda de un gran proyecto hidráulico en la cuenca jiennense del Guadalquivir que permitiera el regadío de 70.000 ha de olivar llevó al Ministerio de Medio Ambiente a ofrecer en su Plan Hidrológico Nacional a finales del siglo XX la alternativa de construir la presa de Úbeda la Vieja. Sin embargo, el proyecto fue rechazado por su impacto ambiental negativo. Después, el Ministerio propuso la construcción de una presa de recrecimiento junto a la ya existente en el río Jándula, en la Sierra de Andújar. Si se hubiese llevado a cabo habría sido el embalse más grande de Jaén y el segundo de Andalucía tras el de Iznájar. Pero también se descartó.
Como alternativa de riego se planteó el proyecto de la balsa del Cadimo, que se encuentra a las afueras de la capital, pero quince años después sigue sin estar en funcionamiento.
Sin embargo hay un hecho que pocas veces se recuerda. En 2011, en la zona aparecieron restos del Neolítico, el Imperio Romano o la Edad Media. El hallazgo más destacado fue el de un dolmen, con forma de cámara sepulcral, el tercero que se encuentra en la provincia, junto al del paraje de Otíñar y el de Úbeda y que fue considerado como uno de los más importantes de la península ibérica.
En 2011, cuando apareció, el entonces director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, destacó la importancia del hallazgo, ya que demostraba que este tipo de enterramientos, a modo de cámara sepulcral, característica del bronce, el cobre, incluso del neolítico, estaba en esta zona de Jaén
El dolmen volvió a ser enterrado a la espera de un proyecto de recuperación por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. A parte de la infraestructura de riego, se pretendía recuperar los hallazgos y convertirlos en un reclamo turístico. Catorce años después sigue sepultado. Ni siquiera han trascendido las imágenes que los arqueólogos hicieron.