Jesús Estrella visita la intervención en la cámara de Toya
La actuación aborda las humedades, un problema estructural según los registros históricos que requería una actuación desde 2013.
Foto: EXTRA JAÉN
El delegado del Gobierno en funciones, Jesús Estrella, en su visita a la Cámara de Toya
El delegado del Gobierno en funciones, Jesús Estrella, ha visitado la Cámara Sepulcral de Toya en Peal de Becerro con objeto de encauzar y supervisar los trabajos que la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha adjudicado para mejorar el estado de este bien de interés cultural que registra un problema estructural de humedades, según los registros históricos, que requería una actuación desde el año 2013.
Los trabajos consisten, por un lado, en una intervención arqueológica necesaria para la excavación de toda la superficie movida con anterioridad en el entorno inmediato al hipogeo y la rampa de acceso, así como del canal de desagüe. Por otro lado, se aborda un proyecto de conservación redactado por un equipo multidisciplinar para sentar las bases de las necesarias obras de conservación y restauración que solucionen la problemática.
La intervención aborda un problema de humedades que aparecen en el interior de la Cámara y ha sido objeto de estudio por parte del personal técnico de la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico. Según se deprende la investigación, la causa es la acumulación de aguas de lluvia en un terreno que, por sus características, es incapaz de evacuarlas de forma natural, y a la ausencia de soluciones, ya que las aplicadas históricamente (hace 50 años) han quedado obsoletas. Para ello, es necesario realizar una intervención arqueológica, primero, para acceder al sistema de drenaje y ventilación, y después, para recabar datos con el fin de reconstruir el acceso y el túmulo original. Así, los técnicos señalaron la necesidad de redactar un proyecto con líneas de actuación arqueológica, de conservación y restauración.
La Cámara ha sido objeto de diferentes actuaciones de restauración e intervención desde 1927. Entre ellas, destaca la realizada por Luis Berges en 1971 para eliminar las humedades. La estrategia de Luis Berges fue trazar una zanja perimetral y un canal de salida de las aguas. Además, inventó un sistema de acceso, en rampa curva, sin apoyo en documentación arqueológica. Esto dio lugar al hallazgo fortuito de las ruedas de un carro, vinculado a un ritual principesco de enterramiento que fue publicado por Fernández Miranda y Olmos en 1986. Tras sucesivas intervenciones por parte de diferentes administraciones públicas, en 2013 el Ayuntamiento de Peal de Becerro solicitó información a la Junta de Andalucía sobre las patologías en la cámara, a cuyo oficio se contestó que era necesario realizar una actuación a ejecutar por la Administración General del Estado, como titular del BIC, aunque en realidad las funciones de conservación del bien habían sido transferidas a la administración autonómica en 1984, por lo que nunca llegó a realizarse, hasta hoy.
La cámara se construyó para servir de panteón funerario a un linaje principesco del oppidum ibero de Tugia a principios del siglo IV a.C. con piedra procedente de una cantera localizada detrás del cerro del Castillo de Toya. En ella se enterraron varias generaciones ya que las cerámicas se fechan en el siglo IV y III a.C. Se trata de una cámara sepulcral única en su género, tanto por su estado como por el resto de los caracteres que ofrece. En el interior aparecen numerosos estantes de hornacinas sobre las que se situaban las urnas cinerarias y los ajuares, entre los que destaca un amplio conjunto de cerámicas griegas y de bronces (restos de un carro). La cámara tiene planta rectangular, con unas dimensiones de 4,5 por 4,6 metros y se divide en tres naves rectangulares, una central y dos laterales, que a su vez se distribuyen en dos estancias, con lo que la compartimentación total es de cinco espacios. Hoy el recinto, situado en el Cerro de la Horca, se encuentra delimitado por un vallado con zócalo de mampostería, coronado por malla metálica de simple torsión, en una morfología muy modificada artificialmente por las distintas actuaciones realizadas.