Licitan la intervención en las ruinas de San Miguel con 334.000 euros
Se enmarca dentro de las actuaciones con cargo a la estrategia DUSI cofinanciada con fondos FEDER.
Foto: EXTRA JAÉN
imagen de las ruinas de la iglesia de San Miguel
El Ayuntamiento de Jaén ha informado acerca de la licitación de las obras incluidas en el proyecto de intervención arqueológica y puesta en valor de las ruinas de la iglesia de San Miguel, en la plaza del mismo nombre situada en el casco histórico de la ciudad. El objetivo es frenar el deterioro de este inmueble histórico, fruto del paso del tiempo y de la falta de conservación y convertirlo en una ruina arqueológica visitable.
Las empresas interesadas pueden consultar requisitos en la plataforma de contratación y presentar sus ofertas hasta el próximo 7 de junio. La inversión prevista es de 334.000 euros y el tiempo máximo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses (16 semanas). Los fondos proceden de la Estrategia Europea de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI) cofinanciada con fondos Feder y municipales.
La edil de Presidencia, África Colomo, señala que esta intervención comienza después del "complejo proceso de identificación de los restos del templo que quedaban en el interior de las viviendas que embuten la iglesia, para lo que ha sido necesario un trabajo importante de estos por parte del Patronato de Cultura, que dirige José Manuel Higueras, que a su vez se apoyó en la valoración de un comité de expertos". "De hecho, el proyecto con el que se abre la licitación cuenta con la supervisión de arquitectos, arqueólogos, archiveros e historiadores entre otro personal del Ayuntamiento de Jaén, un equipo interdisciplinar de trabajadores que demuestra la exquisita sensibilidad con la que el Consistorio está tratando esta intervención y lo valioso de sus aportaciones como profesionales", han explicado.
Fruto de este trabajo se localizaron y adquirieron hasta cinco inmuebles en los que se ha constatado la presencia de vestigios importantes de la iglesia, desde pinturas a hornacinas y altares, un proceso administrativo que culminó recientemente. "Se trata, además, de un trabajo de una gran intensidad arqueológica y de documentación histórica que a buen seguro permitirá hallazgos muy interesantes", aseguran. El contrato en licitación contempla la localización mediante demolición controlada de estas viviendas, previa localización y protección de los restos de la iglesia, la documentación de los paramentos interiores y exteriores del inmueble, momento en el que se aprovechará para analizar las distintas etapas por las que pasó el templo, el análisis de los resultados obtenidos a través de sondeos arqueológicos y su valoración, la obtención de muestras para estudio y análisis de las patologías que puedan afectar a los restos del edificio y la elaboración de la propuesta de conservación y puesta en valor de la zona, todo ello supervisado por los técnicos municipales.
La actuación contempla un importante trabajo en lo que se conoce como arqueología de la arquitectura, que es la intervención arqueológica integral de todos los inmuebles que tiene la iglesia, con un estudio de todos los elementos que conforman el entramado de casas que la engloban, desde el subsuelo a las paredes.
La documentación que existe sobre la iglesia de San Miguel la sitúa abierta al culto en el siglo XV, con una influencia gótica notable. Ya en el siglo siguiente se produce su ampliación y se convierte en templo de referencia. En la documentación extensa que acompaña a este proyecto en licitación se detalla que el templo tenía una factura similar a las iglesias de San Bartolomé y San Andrés con planta basilical y tres naves. El templo quedó abierto hasta 1874, fecha en la que se procedió a su posterior venta y demolición parcial, puesto que quedan vestigios de valor en las viviendas del entorno que se salvaron de este proceso. Entre ellos, destacan restos del ábside, el muro de la sacristía, una capilla y cripta laterales y el arranque de una de las torres.