Los días de Julio César en Obulco (Porcuna): la batalla de Munda

Julio César preparó la batalla contra los hijos de Pompeyo desde Obulco, que a final del siglo I a. n. e. era la mayor ciudad de Hispania con cien hectáreas

En las próximas semanas ya podrá visitarse el anfiteatro romano de Obulco (Porcuna), que data del siglo I antes de nuestra era (a.n.e.), con una capacidad estimada de 15.000 a 17.000 espectadores, similar a otros de la Hispania de esa época como el de Mérida o Tarragona. Después de dos siglos sepultado bajo la localidad, ahora, emerge alrededor de un 30 por ciento de su construcción, ya que el resto se encuentra aún debajo de las viviendas. El anfiteatro medía 150 metros de ancho en el semicírculo, 90 de largo y alcanzaba una altura de unos 20 metros.

Sí puede visitarse desde el año pasado la cisterna romana de “La Calderona”, un depósito de agua romano del mismo siglo, el I a.n.e., que se presupone vinculado a una infraestructura hídrica de Obulco (parte del municipium, con sus casas y mercado también puede visitarse).



Ambos hallazgos formaban parte de una de las ciudades romanas más importantes de la Hispania Ulterior, que había abandonado los cerros de Alcores y de Albalate, que se alzaban entre la depresión del entonces río Salado (en aquella época navegable) y que formaban la bípolis túrdula de Ipolca, para desplazarse hacia la zona menos agreste y escarpada que hoy ocupa Porcuna. Obulco fue la ciudad romana más grande de Hispania en la época Augusta, alcanzando las 100 hectáreas de extensión. Sólo en el siglo II después de nuestra era (d .n. e.) fue superada por Corduba (Córdoba) con 120 hectáreas.

Julio César en Obulco

No es peregrino, por tanto, que Julio Cesar eligiera Obulco para preparar la batalla de Munda, que pondría fin a las guerras civiles y la época de la República y daría paso al Imperio.

Según explica el historiador Fran Navarro, en el año 45 a.n.e., las campiñas del sur de España se convirtieron en el escenario de este enfrentamiento crucial. “Este choque armado fue el clímax de la segunda guerra civil romana, en la que se enfrentaron Julio César contra las fuerzas pompeyanas lideradas por los hijos de Pompeyo el Grande. La importancia de Munda trasciende el mero conflicto militar; su resultado aseguró a César el dominio absoluto sobre Roma y allanó su camino hacia el título de dictador perpetuo, marcando un antes y un después en la transición de la República al Imperio romano”.

El blog Legion Novena Hispania de Javier Nero relata con precisión los detalles de la guerra y la estancia de César en Obulco. Hay que recordar que en Hispania César sólo controlaba la zona norte y algunas ciudades en el sur, como era el caso de Obulco donde decide establecer el castrum de campaña para el inicio de sus operaciones. “De nuevo los dos factores más importantes de esta zona inclinaron la balanza, en la decisión del dictador, a la hora de escoger al viejo oppidum como puesto base: su magnífica situación estratégica y los abundantes recursos para el avituallamiento de sus hombres”, explica Javier Nero en su trabajo.

De Roma a Obulco en 27 días

El historiador griego Estrabón escribió cómo César viajó desde Roma a Obulco en el año 45 a. n. e., en tan sólo veintisiete días. “El Senado romano envió al dictador con el encargo de pacificar la zona y acabar con los herederos de Pompeyo. Para completar en poco tiempo tan largo recorrido, y teniendo en cuenta el cierre de los mares por el estacionamiento invernal, César utilizó el viejo Camino de Herakles para alcanzar el Levante. Para ello, invirtió una media de noventa kilómetros diarios cabalgando casi sin descanso. Cuando retomó el Júcar, lugar donde se hirió un pie, continuó de nuevo su viaje por el Camino de Aníbal hasta llegar a Cástulo y, desde allí, a Obulco en un recorrido de cincuenta y cinco kilómetros diarios”.

Desde Obulco Julio César envió parte de sus legiones como ayuda al sitio que Cneo Pompello estaba realizando sobre el oppidum de Ulia (Montemayor, Córdoba). El resto de su contingente, comandado por él mismo, marchó hacia Corduba en un primer intento por tomarla, que no resultó.

Según Javier Nero, “tras la victoria en la batalla de Munda (cuyo lugar aún no se ha localizado), quiso Julio César reconocer la lealtad de la población indígena de Obulco y los méritos a su contingente militar. De esta forma, la ciudad túrdula obtendría el estatuto municipal de derecho latino, concediéndosele el título de Municipium Pontificiensis Obulco junto a la fórmula Urbs Victrix Nobilis (Ciudad Vencedora y Noble). Con este nuevo rango cívico se le permitió mantener su derecho a emitir monedas”.