El Expositor: Vuelva usted en septiembre, si eso

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

 El Expositor: Vuelva usted en septiembre, si eso

Jaén es estrella.

Nada nuevo bajo el sol inclemente de la canícula. Los estertores de julio escupen fuego atrasado. La EPA del segundo trimestre del año subraya la creación de empleo en el conjunto estatal, con deshonrosas excepciones que confirman la regla como es el caso de la provincia de Jaén: crece la tasa de desempleo un 4,5 %, o lo que es lo mismo, 14.900 parados más. El seguimiento exhaustivo de la sostenibilidad de los 22 consistorios, con población superior a 20.000 habitantes, más entrampados del país (Informe de Ejecución Presupuestaria de las Corporaciones Locales), que realiza la AIREF, Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, alerta sobre la situación “especialmente preocupante” de los ayuntamientos de Jaén y Jerez de la Frontera, donde “el riesgo empeora año a año”. Jaén, advierte la AIREF, “desde 2012 no ha liquidado ningún año con superávit, salvo 2021, lo que ha incidido negativamente en su situación, sin que las políticas de gastos e ingresos acometidas se hayan orientado a revertir la tendencia apuntada”. Nadie se atreve a meter mano a la sangrante sobredimensión de la plantilla de personal, 1.300 empleados, a partir de una revalorización realista de la relación de puestos de trabajo, sobre todo si tenemos en cuenta que los servicios básicos de competencia municipal se hallan externalizados: agua, limpieza viaria, recogida de basura, autobuses urbanos...  En ello inciden, por lo bajini, distintos responsables de la Junta consultados. ¿Entienden ahora por qué Carolina España, consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, se salió por la tangente, o se fue por los cerros de Úbeda, si lo prefieren, cuando le preguntaron, aquí, en el Museo Íbero, hace unos días, por lo que podría hacer la Junta de Andalucía en la refinanciación de la deuda del Ayuntamiento de Jaén? "Nosotros no tenemos competencias, no podemos hacer absolutamente nada", sentenciaba, categórica, antes de cambiar de calzas y tomar a toda prisa las de Villadiego. Apenas algún discreto y recentísimo brindis al sol por parte del actual equipo de Gobierno, junio pasado, como la suspensión temporal (durante 6 meses) del pago de productividades, “con el fin de ajustarlo a la normativa jurídica y a la disponibilidad presupuestaria del Ayuntamiento”, que, en casos puntuales y concretos, como el de la policía local, infradotada crónicamente por culpa de las bajas laborales (3 más, en las últimas horas, por accidente de coche-patrulla), clama al cielo.

La dimisión del sufrido concejal de Hacienda, Francisco Joaquín Martínez Garvín, alter ego, colega y conmilitón del alcalde Agustín González Romo desde que ambos compartieran preparador en las oposiciones de acceso al cuerpo de funcionarios de la Seguridad Social, demuestra la facilidad con que se agranda y alimenta esa vieja leyenda del lagarto de la Malena que, en la cueva de Santa María, en un pispas, come la moral, mina psicosomáticamente, a los más templados responsables políticos del área de Hacienda, de Francisco Tudela a Gustavo Martínez, de Manuel Fernández Palomino a Miguel Contreras. Nadie se libra. Ni siquiera un ex alcalde, elevado a la categoría de secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, logró desde ‘Alcalá 9’ avances satisfactorios al respecto. Acaso, aplazamientos misericordiosos. Deuda total en torno a 600 millones de euros de los que 500 están suscritos con la administración estatal, refinanciados hasta 2050. A la postre, en un año de mandato, el PP gobernante sufrió las deserciones de Erik Domínguez y Francisco Martínez Garvín, corriendo sin más la lista para que dos féminas procedentes de Nuevas Generaciones, Elena Araque y Ana Núñez, suplan, con entusiasmo juvenil, el derrotismo de los que hacen mutis por el foro. ¿Que quién se queda con el marrón de Hacienda? Por lo pronto, que no se diga, el propio alcalde se presenta voluntario. Las cuentas de la lechera. Se complejiza, pues, así las cosas, la aprobación de un presupuesto municipal 7 años después del último. Hacer planes en el Ayuntamiento de Jaén se antoja, en cualesquiera de los supuestos, quimérico. Todo se tuerce mefistofélicamente. Viernes. Comisión mixta de seguimiento del ‘Acuerdo por Jaén, 100 + 1’. La licitación de la lavandería de la futura Ciudad Sanitaria se avanza oficialmente para mediados de este mes de agosto y ya se ha presentado el proyecto de nodo de emprendimiento digital en el Banco de España. Y sólo es el comienzo. En Jaén, siempre estamos, pachorrientamente, empezando. Tras el enésimo encuentro de redefinición, el PP espera “poder anunciar importantes avances en septiembre”, en tanto JM+ resalta la singularidad de que el prometido ‘project manager’ para la Unidad Aceleradora de Proyectos (UAP) ya tenga nombre y apellido, Rafael Ortega, dedicado en exclusiva a la provincia, en pos de la captación de inversiones y de agilizar los proyectos de la Junta”. Los consejeros Antonio Sanz y Lina García templaban gaitas ante la impaciencia controlada de JM+. Habrá que acostumbrarse, como el que oye hoy las alertas de la AEMET, verbigracia, a los reiterados episodios de desencuentro entre la ciclónica María Espejo y el gabinete de alcaldía, ya sea en la primerísima instancia del regidor o mediante otros rostros superpuestos como Vicente Oya y Chema Álvarez. ¿A vueltas con el riesgo de ruptura? ¿El fantasma de la moción de censura? ¡Hasta ahí podríamos llegar! Nada más lejos de la realidad. Ambos son plenamente conscientes de las reducidas dimensiones de su terreno de juego, mientras el PSOE fantasea en el campo ilimitado de lo probabilístico con tal de no aburrirse una enormidad en la bancada de los que nunca tocan bola.  



Remodelación, este martes, del Gobierno de la Junta. Filtración interesada. Los cambios que introducirá Juanma Moreno Bonilla en su Ejecutivo podrían limitarse al reajuste de competencias entre departamentos. 13 consejerías, 12 consejeros, en la actualidad. Recomponer, reequilibrar, reajustar. No descarten que Ramón Fernández-Pacheco, delfín indiscutible, mantenga unida, ¿por qué no?, la macroestructura de Agricultura y Desarrollo Sostenible que dirige desde principios de mayo cuando la ex consejera del campo, Carmen Crespo, renunciara al cargo en aras de su ascendiente carrera política en el Europarlamento. La paisana Lina García, titular de Salud, achicharrada pero familiarizada con ese sinvivir, ahora que el plan de choque para la reducción de las listas de espera arroja los primeros resultados alentadores y que el equipo de dirección de la Consejería confía en reconducir hacia derroteros más plausibles y conciliadores el Pacto por la Atención Primaria, suscrito hace 13 meses, estaría en condiciones de permanecer. Incluso el tecnócrata Arturo Bernal, asimismo, al frente de Turismo y Deporte, aunque quizá sin Cultura, autónoma de nuevo y en manos de una mujer (¿María Esperanza Macarena O'Neill? La ‘2’ de Patricia del Pozo, tanto en Cultura, hasta mediados de 2022, como ahora en la viceconsejería de Desarrollo Educativo). Bizcochables y a punto de caramelo, oiga. Luego, la publicación del decreto de reestructuración de consejerías, previa a la gran estampida de agosto: interregno, compás de espera, intermedio, descanso del guerrero… ¿Y de lo mío? ¿Y de lo suyo? ¿Qué hay de lo nuestro? Se baja el telón. Vuelva usted en septiembre, si eso.