“La rebaja de penas es un problema de interpretación”

El fiscal jefe de Jaén entiende que se pueden mantener las penas de la Ley del ‘solo sí es sí’ y señala el caso Matinsreg como uno de los más complicados

 “La rebaja de penas es un problema de interpretación”

Foto: E. P.

El fiscal jefe de Jaén, Carlos Rueda.

El fiscal jefe de Jaén, Carlos Rueda, que se jubila el próximo viernes, ha asegurado en una entrevista a Europa Press que la Ley del 'solo sí es sí', tiene un único "conflicto" a su parecer, y es que al bajar los mínimos en algunos tipos penales, manteniendo los máximos iguales, "al revisar las sentencias cuando antes se había aplicado el mínimo, ahora los tribunales están entendiendo mayoritariamente que hay bajarlos a los nuevos mínimos".

En este sentido, asegura en que se trata de un problema de interpretación y recuerda que Fiscalía entiende que se podrían mantener las mismas penas. En el caso de Jaén, Rueda explica que Fiscalía ha emitido diez informes oponiéndose a la revisión a la baja de penas. De esas diez, ya se ha resuelto tres, "dos dándonos la razón y no dando lugar a la baja y una tercera que sí ha aplicado a la baja" y que el Ministerio Fiscal ya ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía después de que la condena haya bajado de ocho a seis.




En 44 años de ejercicio apunta a la causa de Matinsreg como uno de los momentos más "complicados" en su carrera profesional y en la que ha sentido "la soledad del jefe". "Nos ha costado críticas por todos lados, algunos no han entendido nuestra postura, pero siempre todo se analiza desde el punto de vista político, no jurídico y si uno no acusa a determinada persona ya se cree que uno es de un determinado partido político", afirma Rueda, en alusión directa a la decisión de Fiscalía de no acusar en dicha causa al exalcalde de Jaén y exsecretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya.

También se ha referido a las dos denuncias que interpusieron familiares de personas fallecidas en residencias de mayores durante la pandemia y que Fiscalía archivó en la vía penal, no sin antes reunirse personalmente con los familiares que así lo quisieron para explicarles que "en el derecho penal es muy, muy difícil, si no imposible, poder probar caso por caso la existencia de una imprudencia que hubiera llevado a la muerte de su familiar".
Rueda comparte que la situación en determinadas residencias de España y de Jaén pudo ser "un caos" en la pandemia y también lo lamentable de que las personas mayores murieran en soledad, pero en "derecho penal se exige una acreditación que en estos casos era imposible poder probar", aunque "sí había recorrido en otras jurisdicciones que no fueran la penal".

Toda una vida en Fiscalía
A sus 70 años y 44 de fiscal, diez de ellos como fiscal jefe en Jaén, Rueda cuelga esta semana la toga y lo hace convencido de que, si se cubre desde Jaén, "por fin" será una mujer la que le sucederá en el cargo porque es "lo lógico" y "ya toca", máxime en una Fiscalía como Jaén conformada a día de hoy por 34 fiscales de las que 24 son mujeres.

Rueda, en declaraciones a Europa Press, ha señalado que se va "tranquilo", con "cierta pena" por lo que deja, pero también con ganas de comenzar una nueva etapa en su vida en la que dejar paso a sus aficiones, como son la fotografía, la ópera o la lectura, y en la que poder dedicar más tiempo a su familia.

Entre sus asignaturas pendientes, Rueda ha apuntado que se va con "la espinita" de que la Fiscalía "sigue siendo una gran desconocida por la sociedad en general y también dentro de la Administración de Justicia". "He intentado dar a conocer la Fiscalía y no lo he conseguido, sigue siendo un órgano desconocido desde dentro y desde fuera", ha señalado Rueda. En este punto, ha manifestado que la ciudadanía sigue sin conocer los múltiples servicios que presta la Fiscalía y que van más allá del papel acusador en los procesos.

Reconoce que en los diez años en los que ha estado al frente de la Fiscalía "se ha avanzado bastante en medios tecnológicos, ahora tenemos una serie de aplicaciones informáticas que facilitan bastante el trabajo", pero afirma que deja pendiente "el haber podido mejorar esas aplicaciones informáticas".

Para Rueda es necesario que la Junta de Andalucía "sepa, entienda y comprenda cuál es nuestro trabajo, que es muy distinto al de los órganos judiciales y que el servicio que nos presta se ajuste a la Fiscalía". "Las necesidades nuestras no tienen nada que ver con los órganos judiciales, son distintas. Siguen sin saber que un fiscal hoy en día su trabajo de despacho es esencialmente a través de las aplicaciones informáticas", ha dicho Rueda.
La plantilla de la Fiscalía en Jaén es, según Rueda, "ajustado y proporcionado" para la labor que se desempeñan y el volumen de trabajo que hay en la provincia. Son 31 fiscales, que recientemente han pasado a 34 con la incorporación de tres más que se encuentran pendientes de destino. De los 31 fiscales, cinco están asignados a Úbeda, cinco a Linares, tres a menores y el resto corresponde a Jaén. De los 31, 15 comparten despacho por los problemas de espacio, otra de las asignaturas que siguen pendientes y que Rueda apunta directamente como otro de los problemas con los que cuentan en el día a día.

El que cada uno de los fiscales no cuenten con despacho propio es para Rueda, "una discriminación respecto de los órganos judiciales que es difícilmente sostenible, porque deberíamos tener cada uno nuestro despacho donde poder atender a los profesionales y a las víctimas, con la intimidad que ello requiere".

"Que no se nos entiendan todavía nuestras necesidades, que no se nos faciliten los medios que nosotros necesitaríamos, que no es de recibo la diferenciación que sigue existiendo entre los órganos judiciales y la Fiscalía, no haber conseguido transmitirlo es otra de las espinitas", ha dicho Rueda.

Sobre el proyecto de la Ciudad de la Justicia, Rueda se declara abiertamente "escéptico". "Me voy de aquí como vine", ha dicho sobre un proyecto del que se lleva hablando casi dos décadas y que a día de hoy sigue sin ser una realidad, pese a ser una necesidad tanto para todo el personal que trabaja en la Administración de justicia, como para la ciudadanía.