Ruiz Amezcua, el poeta silenciado que se lee en mil idiomas
Manuel Ruiz Amezcua (Jódar, Jaén, 1952) fue invitado recientemente por la Embajada Española de Emiratos Árabes a difundir su poesía y el legado andalusí
Foto: EXTRA JAÉN
Manuel Ruiz Amezcua, tercero por la izquierda en Dubai.
“Entre la poesía árabe, la poesía arábigo-andaluza y la poesía española no hay eso que se llama choque de civilizaciones. Al-Ándalus y Andalucía son una realidad histórica y son un gran símbolo para musulmanes y para españoles, como ha escrito un gran arabista español de nuestro tiempo, fallecido hace unos días, el amigo y paisano Pedro Martínez Montávez”, decía hace unos días Manuel Ruiz Amezcua en Zenda Libros.
Lo hacía después de volver como invitado de la Embajada Española de Emiratos Árabes a Abu-Dabi y a Dubai para hablar sobre su poesía y leer algunos de sus poemas y el legado andalusí en la literatura española.
Cada vez son más los hispanistas que descubren la obra de Manuel Ruiz Amezcua, un poeta silenciado por la oficialidad, cuya obra ha sido traducida a decenas de idiomas de todo el mundo. “Hay que airearse fuera. Aquí huele a cerrado y sacristanía ideológica con el firme propósito del engaño”, asegura Ruiz Amezcua.
En los peores días de la pandemia, su poema “Enterrrad bien a nuestros muertos” fue traducido y publicado en 12 lenguas con la editorial Comares: Inglés, Alemán, Francés, Italiano, Hebreo, Árabe, Neerlandés, Portugués, Catalán, Rumano, Serbio y Griego moderno.
Ahora ha vuelvo a llevar el nombre de Jaén fuera de sus fronteras, recitanto algunos de sus poemas, el de Vandelvira, el de La FuenyMayor de Mágina o algunos otros sobre Jódar y Úbeda.
La Biblioteca Nacional Mohammed Bin Rashid de Dubai disfrutó de la obra del poeta jiennense y de otros como Federico García-Lorca, del que leyó “Canción de jinete”, porque para Ruiz Amezcua, “García Lorca es nuestro poeta más universal, y también el poeta más apreciado por los árabes. Los poetas árabes lo valoran como uno de los suyos”.
Sobre el poeta jiennense dijo Fernando Fernán Gómez en 2005: “Ruiz Amezcua, poeta auténtico, poeta irremediable, dispuesto a luchar incluso contra sí mismo, no ha tenido en cuenta la moda al escribir sus versos. Voluntariamente ajeno a las urgencias de esa moda, no abandona al viejo rencor social, sino que lo sitúa en la más candente y esperpéntica actualidad”.
En su caso, podría decirse, también, que nadie es poeta en su tierra a pesar de que sea ella la que hilvane su poesía.