Tiempos nuevos para los jóvenes rockeros del ayer
La Frontera y Los Ilegales bañaron del mejor rock el Xauen Bull Festival, a pesar de la apatía de una capital que se vanagloria de sus 1.200 años
Foto: Ramón Guirado
Xauen Bull Festival.
Foto: Ramón Guirado
Xauen Bull Festival.
Foto: Ramón Guirado
Xauen Bull Festival.
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Xauen Bull Festival.
Foto: Ramón Guirado
Xauen Bull Festival.
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Xauen Bull Festival.
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Xauen Bull Festival.
Foto: Ramón Guirado
Xauen Bull Festival.
Las bandas no van a ver a las bandas, los músicos no van a ver a los músicos. Salvo honrosas excepciones no son buenos tiempos para el rock, si alguna vez lo fueron en esta capital que se vanagloria de cumplir 1.200 años, cuando los músicos prefieren gastarse casi doscientos pavos en un Estrella Michelin que treinta en un concierto de rock.
Un año una banda se queja de que sus colegas de oficio no acuden a sus bolos. Al año siguiente otra banda hace lo propio y al siguiente otra. Y así, poco a poco van tocando cada uno de los grupos en salas, patios, plazas, calles y festivales, cada uno lamiéndose su cipotico y lamentando lo que todos hacen. Salvo honrosas excepciones. Siempre es mucho mejor ver a buenos grupos en ciudades vecinas y subir una foto a las redes sociales, porque son tiempos nuevos, tiempos modernos, de chirris y pastiras del rock and roll con estrella miguelín en la solapa y un repertorio plañidero que huele a podrido, hace muchos, muchos años. Salvo honrosas excepciones.
El Xauen Bull Festival ha celebrado su tercera edición con una larga tarde noche de rock, algo más de mil personas con Los Ilegales y con claros y nubes en los bolos de La Frontera, que abrió la cita puntualmente a las 18’30 horas, y el resto de grupos de versiones que funcionan cuando el respetable no tiene que rascarse el bolsillo, tales como Los Rudos, Mia Wallace, Top Secret, Panza Invisible, Los Platetes y Asesinos del Amor, todos ellos volcados, con una actitud impecable y espoleados por un gran escenario y dos bandas referentes en la escena.
No obstante, tal vez el modelo sea más sencillo, dos buenas bandas de rock, como fueron el caso de Ilegales y La Frontera, aunque estos últimos hace tiempo que se versionan a sí mismos bolo tras bolo (su último disco es de 2015 y era un recopilatorio), ¡y a disfrutar de la música maestro!
Los primeros en saltar al escenario fueron los de Javier Andreu y Toni Marmota, La Frontera. Aquella banda que se conoció en estudiando Publicidad en la Complutense ha cumplido ya 40 años sobre el escenario y pocas veces alguien podrá ver un repertorio más reconocible de éxitos que sonaron sobre todo en los años ochenta y noventa: ‘El Límite’, ‘Judas El Miserable’, ‘José Antonio Cortés’, ‘Pobre Tahúr’, ‘Cielo Del Sur’, ‘Mi Dulce Tentación’, ‘La Ley De La Horca’, ‘Siete Calaveras’ o ‘Aventuras Del Capitán Achab’.
La banda, a pesar de los años, sigue mostrando su solvencia sobre el escenario, sin alardes, modestos, sencillos, humildes, como es rock and roll clásico de aquellos años. Ni engañan ni tratan de engañar a nadie. La Frontera es una banda de rock y en Jaén dejaron patente su profesionalidad y oficio.
Ilegales
Otro cantar es lo de Ilegales, lo de Jorge Martínez, incombustible, tan joven y arrogante como su carisma le permite, que presentó en el Xauen Bull Festival su último disco, una joya titulada “Joven y arrogante”, que, junto a su anterior trabajo “La lucha por la vida” es un auténtico monumento al noble arte de reinventarse a golpe de realidad y talento. Ya quisieran nuevas bandas emergentes firmar algunos de los temas que recoge este último trabajo y que, acompañado de Willy Vijande al bajo, Jaime Balaustegui a la batería y Toni Tamargo a las guitarras y teclados, hiló con otros cuarenta años de carretera que son ya la banda sonora de toda una generación.
Jorge Ilegal abrió su cuidado espectáculo, que está llenando por todo el país (ya lo hizo a principios de la primavera en La Riviera en Madrid y el próximo fin de semana volverá a colgar en la mítica sala el cartel de todo vendido) con “El fondo de la noche” de su disco “Joven y arrogante”.
Con sus mensajes sarcásticos, irreverentes, arrogantes y siempre evocadores Los Ilegales hilvanaron las viejas canciones con sus nuevas composiciones y así sonaron “Todo lo que digáis que somos”, “Si no luchas te matas”, “El norte está lleno de frío”, “Enamorados de Varsovia”, “Moloko” o el mismísimo “Joven y arrogante”
Con un sonido impecable no faltaron los grandes clásicos ilegales como “Hola mamoncete”, “Yo soy quien espía los juegos de los niños”, “Ángel Exterminador”, “África paga”, “Agotados de esperar el fin”, “Europa ha muerto”, “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, “Destruye” y “Soy un macarra”.
Un verdadero espectáculo ver tras más de cuatro décadas los señores de Ilegales. Larga vida para ellos en estos tiempos nuevos aunque estén envueltos en vicios viejos.