Cáritas aloja a catorce reclusos en su servicio de acogida

Cáritas, a través de su casa de acogida Nazaret ha facilitado en lo que va de año alojamiento y acompañamiento a 14 personas reclusas que han podido disfrutar de 40 permisos ordinarios gracias a contar con este nuevo recurso.

Para el responsable del Programa de Personas privadas de libertad, Exreclusas y TBC de Cáritas, Francisco Javier Cruz, estos datos evidencian que la casa de acogida "se consolida como un instrumento útil para la reinserción de personas privadas de libertad".

Así lo ha asegurado, en vísperas de la celebración de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias. Este recurso cubre un hueco largamente demandado, ya que estas personas -- internos de segundo grado que carecen de una red de apoyo-- no habrían podido beneficiarse de esos permisos.

Para este perfil cuenta con tres plazas, mientras que una cuarta plaza está destinada a una persona beneficiaria del tercer grado, lo que le facilita un lugar de residencia estable una vez que abandona la prisión. "Para ello, se firma un acuerdo en el que se ofrece un lugar de estancia por tiempo determinado, asumiendo las normas establecidas", ha concretado Cruz.

La casa de acogida, gestionada por la Iglesia de Jaén, a través de Cáritas y de la Delegación de Pastoral Penitenciaria se puso en marcha en 2023. "Estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos durante este tiempo y se han cumplido con creces los objetivos que nos marcamos", ha manifestado el responsable de Cáritas.

Cada salida se organiza de tal modo que la persona acompañada aproveche al máximo el tiempo del permiso. Eso es posible gracias al equipo de personas voluntarias que se implican en el acompañamiento durante los permisos ordinarios.

El sostenimiento del recurso se apoya en la donación solidaria del uso del piso gracias a la solidaridad de sus propietarios y a fondos propios de Cáritas Diocesana de Jaén, sin que haya aportación alguna de fondos públicos.

Francisco Javier Cruz ha explicado que el grueso del trabajo de este programa de Cáritas se desarrolla en el interior del centro penitenciario. En lo que va de año, se ha dado respuesta a 180 instancias presentadas por las personas privadas de libertad, lo que se traduce en unas 250 intervenciones, diez de ellas con familiares.

"Todas las necesidades se van cubriendo en la medida de las posibilidades de Cáritas", ha dicho, al tiempo que ha subrayado el trabajo desempeñado por el equipo de voluntarios, una docena de jóvenes que, dentro y fuera de la prisión, se centran principalmente en la escucha y el acompañamiento. Con el voluntariado se realiza, paralelamente, una labor formativa continua para optimizar los resultados de su desempeño.