Cierran todos los albergues de temporeros de la provincia
El albergue de temporeros de Torredonjimeno ha sido el último en cerrar sus puertas, mientras que el primero en hacerlo fue el de Ibros
Foto: EXTRA JAÉN
Interior del albergue de temporeros abierto en Torredonjimeno .
La red pública de albergues destinada a acoger a las personas llegadas a la provincia de Jaén para trabajar en los tajos se encuentra desactivada en la provincia de Jaén. Ya han cerrado los 15 albergues integrados, ante la clausura el pasado sábado del de Torredonjimeno, el último en cerrar sus puertas.
Ibros, Alcaudete, Andújar, Baeza, Mancha Real, Villacarrillo, Villatorres, Jaén capital, Alcalá la Real, Martos, Úbeda, Porcuna, Torredelcampo, Villanueva del Arzobispo y Torredonjimeno han sido los municipios que han abierto sus albergues durante la presente campaña, ofreciendo alrededor de 550 plazas entre todos los centros.
Los ayuntamientos de Beas de Segura, Villanueva de la Reina y Navas de San Juan, al igual que ya hicieron en la pasada campaña, decidieron no abrir sus instalaciones. Este año, a pesar de tener preparado el dispositivo de emergencia, el Ayuntamiento de Jaén no ha tenido que recurrir a la caseta municipal Jaén Arena, donde se tenía previsto habilitar camas si se hubiera llenado el albergue de temporeros, como ya pasó durante la campaña 2020-2021.
El dispositivo de Jaén capital es el de mayor tamaño. Y es que el centro de transeúntes, que está operativo durante todo el año y donde ya se acogía a personas llegadas para la aceituna, se amplió como albergue de temporeros, con 170 plazas. En la capital también se activó el punto de información en la estación de autobuses. El primer albergue en cerrar durante la presente campaña fue el de Ibros, el pasado 15 de diciembre.
A partir de esa fecha, todos los demás han ido secundando la clausura de sus instalaciones argumentando falta de demanda. Las apertura de los mismos se produjo desde mediados de noviembre.
Para esta campaña se planteó una estancia de cinco días y cuatro noches en cada uno de ellos, de modo que se favoreciera la movilidad. Como ya advirtieran desde Cáritas Diocesana, en esta campaña se ha registrado una caída significativa del número de temporeros con respecto a años anteriores. Según apuntaban los técnicos, uno de los motivos para este descenso ha sido el aumento de la necesidad de mano de obra en otros sectores que han posibilitado contratos de mayor duración y mejor pagados, como la construcción.