El Expositor: Deliberadamente falso
Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno
Deliberadamente falso.
Las veladas de Santiago, inauguradas con sentido de antelación en plena ola de calor, este fin de semana, previas a la renuncia definitiva de Joe Biden y a las ferias y fiestas en honor al apóstol compostelano, están infectadas de algoritmos podridos de mentira. ¿Qué hechos están contrastados y cuáles/cuántos, deliberadamente manipulados? Desde las temperaturas máximas previstas para dentro de un rato en el Valle del Guadalquivir hasta el origen de las causas generales prospectivas que hundieron al PSOE en Andalucía (a partir de la gota alaya/malaya de los EREs) o que traen a mal traer al presidente Pedro Sánchez y a su mujer, Begoña Gómez, codirectora de unos másteres/#malditasealahora en la Complutense. En Facebook, red dominada por las noticias falsas que propala el populismo conservador, según el estudio elaborado por un grupo de expertos de la Universidad de Pensilvania, el 97 por ciento de las fake news tenían un sesgo de derecha y ultraderecha y, aunque estuvieran etiquetadas como tales, el consumidor habitual se relamería alborozado de todas formas al toparse con ellas: ese clickeo compulsivo, tan en boga, basado en ver/leer/escuchar sólo y exclusivamente lo que quieres ver/leer/escuchar. Se lo leo a Hernández Rodicio, hoy colaborador de Joly, y recuerdo, como si fuera ayer, ambos entonces en Prisa, cuando Janli, Juan Luis Cebrián, articulista de The Objective en la actualidad, le impelía, cansina y apremiantemente, acerca de la era digital del nuevo periodismo. ¿El cambio de trinchera, forzado o interesado, exigirá siempre una redefinición conceptual de la verdad?
¿Qué es verdad y qué es mentira respecto al escándalo de los EREs? El pleno del Tribunal Constitucional completaba, esta semana, sus dictámenes sobre los recursos de amparo interpuestos por los condenados por prevaricación de los EREs de Andalucía estimando parcialmente las peticiones de dos ex altos cargos jiennenses de la Junta, el ex consejero de Presidencia Gaspar Zarrías y el ex director general de Presupuestos Antonio Vicente Lozano, como ya sucediera en la víspera con los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, “por considerar que se vulneró su derecho a la legalidad penal”. Pleno con pleno de revocaciones. Retrotráigase el proceso, devolviendo las actuaciones a la Audiencia Provincial de Sevilla “para que dicte un nuevo fallo que excluya los hechos relacionados con la aprobación de los anteproyectos de ley de Presupuestos y de las modificaciones presupuestarias amparadas por dicha ley en los años 2002 a 2009”. “La elaboración y aprobación de una ley como la de Presupuestos no pueden ser constitutivas de un delito de prevaricación, porque son actos del Poder Ejecutivo”. El TC ha explicado el distingo sustancial entre las actuaciones cometidas entre 2000 y 2001 y las relativas al periodo 2002 y 2009. A diferencia de las del primer tramo, las últimas contaron con el paraguas legal de los anteproyectos y proyectos de ley de presupuestos que se aprobaron en el Parlamento de Andalucía.
Aun así, el PP entiende que se trata de un borrado completo del escándalo, en tanto el Gobierno pide respeto a la decisión del TC. Pero quizá lo que haya soliviantado en mayor medida a propios y extraños fue la reacción inmediata, furibunda por exculpatoria, tanto de Chaves (“El montaje de los EREs ha quedado al descubierto”) como Zarrías (“Sólo hubo un montaje del PP para una cacería infame”). Montaje, montaje. ¿Todo fue un burdo montaje del PP? ¿Ni un ápice de autocrítica? Bien es cierto que el monto defraudado no fue ni muchísimo menos de 680 millones de euros, como aireó machaconamente el PP, pero la mera concepción de un procedimiento de concesión de ayudas sociolaborales presuroso y sin el control debido, so pretexto de que la muerte (de empresas y de puestos de trabajo) no entiende de lentas revisiones y tortuosos aplazamientos, visto el papel que jugaron, a la postre, conseguidores e intrusos, resulta inadmisible. Juan Espadas abre sus brazos a la readmisión inmediata de los ex presidentes condenados. ¿Retornarán, asimismo, Gaspar Zarrías y Paco Vallejo, siquiera sea formalmente, a la vida orgánica del PSOE de Jaén?
“No puede haber tapaderas en la Casa Blanca”, afirmó Richard Nixon cuando estalló el caso Watergate. Pedro Sánchez, sobre la imputación de Begoña Gómez: “No hay absolutamente nada”, descartando que exista alguna “irregularidad, aunque no sea constitutiva de delito” en el comportamiento profesional de su esposa. Begoña Gómez, el viernes, se negó a declarar ante el juez “por recomendación de su abogado”. Los estercoleros digitales, a propósito del amparo del Tribunal Constitucional a los condenados por los EREs y las derivadas delirantes de la imputación a la inquilina de la Moncloa, despidieron mierda en cantidades industriales durante el asfixiante fin de semana. ¿Ultraprotección legal contra la radiación de la mentira de un sol que nunca calentará a todos por igual? ¿Cómo se protegerá, en adelante, el derecho constitucional al acceso a una información veraz entre tanta inmundicia que ahonda en la polarización? La lucha contra la desinformación no puede terminar siendo un cínico ardid para meter el dedo en el ojo del otro. En Jaén, afortunadamente, el frentismo autóctono, referido a asuntos propios, se antoja naíf y torpón, de una agresividad muy relativa, y por mucho que sea de general conocimiento que Paco Reyes y Erik Domínguez se tienen ganas, se desprecian, hasta ahora no supieron poner en serios aprietos el prestigio de su rival. Inofensivos favoritismos entrecruzados. Miguel Moreno, alcalde de Porcuna, antes de su puesta en servicio, califica de “chapuza” el arreglo del tramo provincial de la A-306, exigiendo la construcción, de una vez por todas, de la autovía Torredonjimeno-El Carpio. Los alcaldes del PSOE le respaldan y los del PP no se sumarán a las protestas. La estrategia del PP en la provincia, sustentada en la influencia de la Junta, pretende dejar meridianamente claro al PSOE que no va a hacer dejación de funciones, por ejemplo, a la hora de organizar hasta el más ínfimo detalle Expoliva’2025, empezando por su nueva imagen de marca que busca romper -a la vez- con el pasado y con el casero, o en la designación de los máximos responsables del centro asociado de la UNED en la provincia, que parte de su patronato -cuyo principal contribuyente es la Diputación-, por más que los representantes de la institución sean funcionarios educativos de la Junta. Imposición u obstrucción ante un consenso imposible.
Llega la fecha prometida, finales de julio, para la remodelación del Gobierno de Juanma Moreno Bonilla. Precisamente los consejeros que encabezaban las quinielas de potenciales damnificados, Lina García y Arturo Bernal, mayormente, se sobreexponían en las últimas horas a través de repetitivos foros y entrevistas (de pago) donde alababan la virtualidad de sus respectivas ejecutorias. Los cambios podrían alcanzar, asimismo, a los titulares de Industria, Educación y Universidad, e incluso a la administración periférica provincial, sin incrementar el número de delegados territoriales. Y la inmensidad de agosto, espejismo estival, para hacerse a la idea de que el gatopardismo funciona aparentemente cuando ningún dato objetivable presagia que las cosas irán a mejor.