El Expositor: Julio sin alma, ni presupuestos

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

 El Expositor: Julio sin alma, ni presupuestos

Juanma Moreno y Paco Reyes, este viernes, en San Telmo.

Estertores de julio. El curso político, por estos pagos (quien paga, manda), se cierra, con más miedo que vergüenza. El miedo, mayormente, al qué dirán, al soberano examen de la opinión pública. Quien más, quien menos, tiene miedo al presupuesto. ‘Presupuesto’: Motivo, causa o pretexto con que se ejecuta algo. El que no se aprueba conforme a lo comprometido, el que no se desarrolla en su máxima y convenida extensión. JM+ recrimina al PSOE la falta de un presupuesto municipal 2025 en Jaén capital. Replantearse el pacto. Y el que avisa no es traidor, sino solo provindencialista, asido a la divina providencia, es decir, consecuente con sus antecedentes. Ya retiraron su apoyo al PP y podrían repetir la ecuación con los socialistas. “Aunque el borrador quedó hecho en marzo, tras 8 años de inacción de los distintos Gobiernos del PP y del PSOE, las modificaciones obligadas precisamente por el cumplimiento del Gobierno (central) en medidas con mejoras económicas pactadas para Jaén, han provocado que aún no exista un informe de Intervención”. “Y Madrid ya ha recibido la seria advertencia de que vamos a hacer un replanteamiento para que se cumpla con celeridad, porque el tiempo es finito, y somos capaces de todo, como ya comprobó el PP. Todo es posible, de nuevo”, advierte el partido provincialista.

Todo está concatenado, de principio a fin, de arriba abajo. El problema se focaliza/localiza en la Villa y Corte, donde el Ejecutivo de coalición progresista fue incapaz de sacar adelante, el martes pasado, el decreto ‘antiapagones’. Para la rentrée, erre que erre, el PSOE federal se marca como prioridad absoluta la concreción de un proyecto viable de Presupuestos Generales del Estado 2026. Consumado ese más difícil todavía, de la financiación singular al café para todos, las mentes más calenturientas del posibilismo psoístico elucubran acerca de una suerte de operación sucesoria ‘Caballo de Troya’. Conjetura el provisionalismo monclovita, sesos achicharrados de finales de julio, a partir de la aprobación presupuestaria, cuentas para agotar la legislatura, alfombra roja/salida digna para Pedro Sánchez y un presidente de transición, año y medio, ¿ZP, otra vez?, que refuerce el pacto de investidura, la moral de las izquierdas desunidas, hasta la consulta con las urnas. Nunca segundas partes fueron nuevas. Sujétame el cubata.



Moreno Bonilla hizo del último lunes un san viernes en Jaén, sin solución de continuidad: agenda de azúcar en la peña marteña, chupa que chupa, del liderazgo incontrovertible de Valeo en el resurgimiento de la industria de la automoción eléctrica al papel femenino clave en la dinamización del asociacionismo empresarial, en el seno de Asem. Juanma, a menos de un año de la reválida autonómica, más consciente hoy que nunca de que su gestión deficiente de la sanidad pública puede pasarle factura, ‘Cazorla, todos a una’, redobla esfuerzos mediante una sobreexposición mediática poco meditada, como se puso de manifiesto en sus declaraciones a ‘La Vanguardia’ sobre la insostenibilidad a corto plazo del sistema público de salud o a propósito de las explicaciones que dio, entre pasillos, el jueves, en el Parlamento, a las madres de altos dependientes, necesitados de cuidados paliativos ‘24/7’, prometidos para el primer trimestre de 2024 por la entonces consejera del ramo, Catalina García, y que, al no atenderse en plazos, justificó el relevo de la jiennense, según la versión subrayada, a viva voz y sin paños calientes, por el propio presidente: “No cumplió y hubo cambios”. En las postrimerías de la semana laboral y del curso político, Juanma Moreno recibía en San Telmo, recién superado el ecuador del mandato municipal, mejor tarde que nunca, al presidente de la Diputación de Jaén, Paco Reyes. “Sentimiento de agravio”, reprochaba el responsable de la institución provincial, en contraste con la “respuesta favorable del Gobierno de España a proyectos que han estado durante muchos años anclados en la provincia jiennense”. Puso de relieve, asimismo, incomprensibles disfunciones procedimentales, evidencia de comunicación no fluida entre administraciones, como el hecho de que sean trabajadoras de la Diputación quienes tramiten directamente las solicitudes de atención a la dependencia en municipios de menos de 20.000 habitantes y que, paradójicamente, éstas no tengan acceso a la respuesta de la Consejería de Inclusión Social a las familias. Juanma Moreno, por su parte, recapitulaba en cifras su apuesta por esta tierra: “Estamos volcados en Jaén. El Gobierno andaluz ha activado 2.500 millones de euros para provincia desde 2.019”. Una retahíla de equipamientos en expectativa, sobre todo, sanitarias, relacionaba, el mandatario, en resumidas cuentas, así como el desbloqueo del tranvía, la reindustrialización de Linares o la estrategia autonómica milmillonaria del olivar. “He mantenido una reunión cordial con el presidente de la Diputación de Jaén. Animo a seguir colaborando en la mejora de infraestructuras, servicios públicos y resurgimiento industrial de la provincia”, concluía. “Aun en el trono más alto, solo estamos sentados sobre nuestro culo”, sentenciaba descarnadamente Montaigne. Una colaboración desleal, diplomáticamente edulcorada de cara a la galería. Esto es.

Agoniza julio. Entre el bochorno y la indignación, retornamos a la génesis del mundo civilizado, es decir, a la incivilización. Mueren decenas de niños en Gaza de inanición, que pronto serán centenares, ante la mirada hipócrita de una comunidad internacional incapaz de meter en vereda a los genocidas y sus cómplices. Ellos mandan y nosotros, cínicos hasta el tuétano, compungidamente inermes, solidariamente papanatas, obedecemos y nos vamos de vacaciones. No hay Dios. Resulta imposible, así las cosas, creer en Dios. En el juego Ignis fatuus, o juego educativo para un solo jugador, “a lo largo del cual se suceden repetidamente diversas posibilidades de elección”, de la fascinante novela ‘Un lugar llamado Antaño’, obra de la Premio Nobel polaca Olga Tokarczuk, al describir el primer mundo (1 de 8 en la ingeniosa estructura del pasatiempo) señala: “En el principio no existía Dios alguno. No había ni tiempo ni espacio. Solo había luz y oscuridad. Era perfecto”. Sería perfecto, hoy por hoy, alinearse en la defensa de los derechos humanos, con todas sus consecuencias, sin reparar en indescifrables componendas en el orden macroeconómico y geoestratégico, sabiéndonos en el lado correcto de la Historia, junto a esa inmensa mayoría de gentes de buena voluntad con la que compartimos un irrenunciable anhelo de justicia y paz. Pero, hoy más que nunca, se impone el cruel relato del más poderoso, dispuesto a extirpar de raíz las flores de su mal a costa de la vida de miles de inocentes, y casualmente, haciendo causa común con el desalmado exterminador, está nuestro hermano mayor, nuestro modelo a imitar, el mismo que ahora exige a Europa primar el gasto en defensa, en detrimento severo de las ayudas agroganaderas para nuestro campo. Urge, pues, abstraerse, mirar para otro lado, zambullirse en la ejemplaridad democrática del Tío Sam y darse otro chapuzón…