Virus del Nilo: los expertos dicen que, por ahora, "no hay que tener miedo"
A día de hoy no se ha registrado ningún caso en la provincia de Jaén durante 2025

Virus del Nilo.
En los últimos años, al llegar las buenas temperaturas, el calor, se empieza a hablar también de llamado Virus del Nilo Occidental (VNO o Virus West Nile). Durante las últimas semanas este tema ha ocupado parte de la actualidad social y política, con cruce de acusaciones incluidas entre diversas administraciones, sobre las medias a llevar a cabo para la prevención en los municipios jiennenses así como el presupuesto destinado para ello.
A pesar de la alarma que se ha creado, los expertos trasmiten un mensaje de tranquilidad ya que a día de hoy no se ha detectado ningún caso en humanos en la provincia de Jaén. Sin embargo, insisten en la necesidad de tomar medidas preventivas. “No tenemos ningún caso en 2025 pero la distribución del virus en 2024, junto con el número de casos humanos, indica que la enfermedad se encuentra en expansión y hay que aumentar los esfuerzos destinados a la vigilancia y control del vector y comunicación y sensibilización a la ciudadanía”, explica Rafael Martínez, jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital de Jaén.
Coincide en esta afirmación el catedrático del departamento de Biología animal y Biología vegetal y ecología de la Universidad de Jaén, Francisco José Márquez. “El mensaje es de tranquilidad porque ya estamos advertidos. Cuando no hay medios diagnósticos no se pude abordar la enfermedad pero actualmente hay estudios, hay investigaciones, hay técnicas diagnósticas precisas y las autoridades médicas están alertadas y en disposición de que este problema pueda abordarse”, destaca el experto.
Prevención
La prevención de la infección en humanos está basada en evitar las picaduras de mosquitos y en aumentar la seguridad en las transfusiones y trasplantes. “Estas medidas deben integrarse en los planes de preparación y respuesta frente a enfermedades transmitidas por vectores que se desarrollen en los distintos niveles”. Así lo indica Rafael Martínez quien resalta que “dado que es una enfermedad emergente, es muy importante la sensibilización tanto de la población general como de los profesionales sanitarios. Todos los sectores de la comunidad deben implicarse en las acciones para su prevención y control: educativos, sanitarios, ambientales, infraestructuras, etc”.
Como medidas de protección individual, los expertos recomiendan el uso de mosquiteras en puertas y ventanas para disminuir la población de mosquitos en el interior de las viviendas, sobre todo durante el día manteniéndolas cerradas; el uso de manga larga y de repelentes eficaces; utilización de repelentes tópicos en las partes descubiertas del cuerpo y sobre la ropa.
Algunos de eficacia probada son los repelentes a base de DEET (N, N-dietil-m-toluamida), permitido en niños mayores de 2 años y en embarazadas en concentraciones inferiores al 10%. También se puede utilizar otros con diferentes principios activos como Icaridina y citrodiol.
Otra forma de controlar la expansión de la enfermedad sería con la destrucción de la fase de desarrollo de los ciclos acuáticos del mosquito. Porque su hábitat suele ser cerca de zonas húmedas aunque algunas especies requieren más masa de agua y otras “se conforman con un sumidero de un desagüe o incluso con el plato debajo de una maceta. Incluso hay algunas especies que requieren espacios más extensos y otros más pequeños”, detalla Francisco José Márquez, catedrático de la UJA.
Cómo se expande el virus
El Virus del Nilo (VNO) fue aislado por primera vez en 1937 en el distrito West Nile de Uganda. “Hasta el año 99 había poco conocimiento de esta enfermedad, había casos puntuales, y en un momento dado la infección se pone de manifiesto cuando es esa década empieza a haber casos en Nueva York que hasta entonces había estado libre de la enfermedad”, cuenta el catedrático quien afirma que los mosquitos pudieron llegar a noteamérica por medio aéreo, por ejemplo, en un avión, “y empiezan a picar a aves y se empieza a trasmitir la enfermedad con algunos casos graves de encefalitis”.
En las últimas décadas, van surgiendo brotes y epidemias en zonas de Europa convirtiéndose en una amenaza de salud pública humana y animal. Llega entonces a la zona de Andalucía donde se detenta “la línea 1 que es la que se desarrolla en África y fue detectada en el bajo Guadalquivir. Se descubre que ese virus se desarrolla donde hay un contacto de mosquitos y vertebrados y además en esa zona se produce una cadena de trasmisión desde las aves, normalmente acuáticas, a mamíferos, sobre todo en la zona de Doñana. Pasa a caballos y después a humanos. Ahí se encontraría el grueso de la trasmisión, siempre pensando que el transmisor sería el mosquito”, afirma Márquez.
“En 2010 en Andalucía, tras la detección de VNO en varias explotaciones de équidos en las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga, se puso en marcha la vigilancia activa de meningoencefalitis en humanos, lo que permitió identificar 2 casos humanos de encefalitis por VNO, dos hombres de 60 y 77 años residentes en la provincia de Cádiz”, cuenta Rafael Martínez, de la Unidad de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Desde entonces desde las consejerías con competencias en agricultura, medio ambiente y salud se realizan trabajos coordinados para el control y vigilancia de las aves y equinos en la comunidad.
En cuanto a los antecedentes en la provincia de Jaén, la presencia del Virus del Nilo se detecta en la temporada de 2020 en Andújar. “Se detectó en una perdiz roja a través de la vigilancia pasiva en aves silvestres. También ese mismo año se aisló el virus en Lopera en un caballo con sintomatología compatible y en 2023, en agosto, se dio un caso positivo en un águila imperial en La Carolina”, afirma Rafael Martínez.
En 2024 fue cuando se detectan cuatro casos en humanos en Jaén. Uno de ellos en Barcelona en una persona que había residido durante el periodo de exposición en Lopera y el resto en Ibros, Linares y Villanueva de la Reina.
Síntomas en humanos
La mayoría de las infecciones en humanos son asintomáticas, “cerca del 80%”. “El 20% de los afectados tiene síntomas con un cuadro similar al de una gripe con fiebre, cafalea, fatiga, mialgias y malestar general. Menos del 1% de los infectados enferman de forma grave con afectación neurológica (meningitis, encefalitis, o parálisis flácida). Aproximadamente un 10% de las formas neurológicas pueden ser mortales y existe mayor riesgo a mayor edad, personas con cáncer o inmunosupresión”, destaca Rafael Martínez.
En cuanto al tratamiento para las personas infectadas, sería para los síntomas y de apoyo ya que no existen vacunas ni medicamentos antivirales específicos para humanos. A pesar de ello, los expertos insisten en transmitir un mensaje de tranquilidad a la población jiennense.