Cervantes, en un lugar de Jaén

En días como éstos, hace 431 años que Miguel de Cervantes pasó su estancia más larga en la ciudad de Jaén

 Cervantes, en un lugar de Jaén

Uno de los documentos que se conservan de Cervantes en el Archivo Histórico Provincial.

Estos días, previos a la celebración del Día del Libro, se cumplen 431 años de una de las estancias más largas de Miguel de Cervantes en la capital, si bien fueron frecuentes sus viajes a tierras jiennenses en más de una ocasión.

Miguel de Cervantes Saavedra estuvo en Jaén como comisario de galeras con encomienda del Proveedor General de las Galeras de España para poder comprar trigo y cebada en las tierras del reino jienense. Con esos cereales se elaboraba en el Puerto de Santa María y en Antequera un bizcocho que era alimento fundamental para los marinos embarcados en galeras y galeones españoles, en tiempos en los que no había posibilidad de conservación frigorífica.




En el Archivo Histórico Provincial se conservan varios documentos firmados por Cervantes a lo largo del mes de marzo y hasta el 1 de abril de 1592, entre ellos el que ilustra esta información.

Sin embargo, esta no fue la única estancia de Cervantes en Jaén. El libro “La Fiesta de Nuestra Señora de la Cabeza según Miguel de Cervantes (Persiles, III, VI) de José Carlos de Torres, investigador del Instituto de la Lengua Española y consejero del Instituto de Estudios Giennenses, recoge que el autor de El Quijote, por mandato de su superior, Pedro de Isunza Lequeitio, estuvo en la romería más antigua de España.

Así lo atestigua también el catedrático de Historia de la UJA, Luis Coronas Tejada, en su artículo “Cervantes en Jaén, según documentos hasta ahora inéditos”, donde defiende que Cervantes conoció personalmente la Romería de la Virgen de la Cabeza.

En este sentido, Coronas Tejada escribe: “Recordemos cómo Cervantes en los trabajos de Persiles y Sigismunda trata dos hechos religiosos del reino de Jaén: la Santa Verónica y La fiesta de Nuestra Señora de la Cabeza. La descripción de la romería nos lleva al convencimiento de que estuvo presente en ella y su presencia debió tener lugar el último domingo de abril de 1592; la veneración del Santo Rostro debió hacerla algún viernes de la segunda quincena de marzo del mismo año”.

Fecha errónea del Día del Libro
A día de hoy, los expertos coinciden en que Cervantes murió, en realidad, en la noche del viernes 22 de abril, en la más absoluta pobreza a causa de su diabetes. Todo el mundo creyó que fue el 23 por ser el día en que fue enterrado, tal y como figura en su sepultura, que pasó a ser el único documento que trascendió de su óbito.

En cuanto a William Shakespeare, es cierto que falleció un 23 de abril, pero del calendario juliano, es decir, el anterior a la reforma llevada a cabo en 1582 por una comisión científica y pontificia dirigida por Gregorio XIII, que adelantó 10 días todas las fechas para corregir los errores del calendario juliano.

Por tanto, la celebración del Día del Libro cada 23 de abril está basada en dos errores históricos, algo anecdótico, ya que cualquier día sería bueno para celebrarlo.