El Parador alberga la cita anual de los Premios Literarios Jaén

El periodista Iñaki Gabilondo pronunció la conferencia "Reflexiones de un lector raso", reivindicando el papel de los libros como fuente de belleza y placer

 El Parador alberga la cita anual de los Premios Literarios Jaén

Foto: E.P.

Gala de los Premios Literarios Jaén

Carlos Dávalos, Javier Lasheras y Paula Praes recibieron este viernes los 40 Premios Literarios Jaén en las modalidades de Novela, Poesía y Narrativa Juvenil, respectivamente, en un acto en el que el periodista Iñaki Gabilondo realizó un alegato en favor de la lectura como herramienta de libertad.

'La pólvora y los inocentes', 'Una noche o la mecánica corrosiva de los cuerpos celestes' y 'Libre' son las obras ganadoras de este certamen, organizado por CajaGranada Fundación y CaixaBank y que, como cada otoño, desde 1985 culmina con una "fiesta de las letras" con el acto de entrega de los galardones.

Esta velada, celebrada en el Parador de Santa Catalina, contó con la presidenta de CajaGranada Fundación, María Elena Martín-Vivaldi Caballero, y los tres premiados, además de "numerosas personalidades de la cultura y la sociedad andaluzas", según informó en una nota la citada entidad. Entre otros, asistieron el director comercial de CaixaBank en Granada y Jaén, Amador Carmona; el alcalde de la capital jiennense, Agustín González; la diputada de Fondos Europeos y Geolit, Lourdes Martínez Gómez; la delegada territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Ana Belén Mata, o el rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz.

En este acto, Iñaki Gabilondo pronunció "un encendido alegato en favor de la lectura", construido a través de sus experiencias, sensaciones y reflexiones, en el que se  confesó como un lector de "a pie", pero profundamente perseverante. A lo largo de su conferencia, titulada 'Reflexiones de un lector raso', desgranó los motivos de su pasión lectora, su encuentro con la literatura, el descubrimiento de los distintos géneros y como estos ha influido en su recorrido vital y profesional; todo ello desde el prisma de una visión personal que se vuelve universal.

En la cercanía de la narración en primera persona, el periodista hizo participe a los asistentes de cómo su antigua afición a la lectura cobró sentido en los primeros años de universidad, coincidentes con el franquismo, y de cómo los libros se convirtieron, "para siempre, en puertas de acceso a la libertad", marcando el fin de su infancia y su emancipación del influjo de la dictadura.



Asimismo, manifestó su visión de la cultura que, "como conocimiento socialmente reconocido, adquirido y compartido, es semilla que solo germina si ha hecho cuerpo en la mente de los seres humanos y afecta a su comportamiento". "De lo contrario no es sino puro barniz, sofisticado y elegante, pellizco sentimental, pluma de pavo real en el escaparate de la sociedad", añadió.

Cuajada de referencias a escritores clásicos y contemporáneos,  se sumergió en su relación con la ficción, en la que la "literatura alcanza su plenitud, y en la que el ser humano se enfrenta con su profunda complejidad". Un género que "permite penetrar e integrarnos en otros mundos", pero no se debe vincular con la evasión "si esto significa huida". Del mismo modo, Gabilondo glosó su encuentro con la poesía. Un encuentro tardío, pero que ha afinado sus sentidos para llevarlo entender la lírica como algo mágico que desborda los márgenes de cualquier clasificación.

Junto a ello, aludió al valor de los clásicos como "luces que iluminan la oscuridad", referentes imperturbables que permanecen cuando todo se hunde, así como el poder de la literatura como brújula de "todos los planos, éticos y estéticos, tanto confirmando como demoliendo certezas, e incluso ampliando el perímetro de las dudas, algo de lo más saludable", que permite ensanchar puntos de vista.

El periodista reivindicó el papel de los libros como fuente de belleza y placer, a la vez que se erigen como una poderosa herramienta contra el individualismo y el consumismo que no deja de acentuarse en la sociedad contemporánea, convirtiéndose en "un pecado mortal de nuestro tiempo y un error gravísimo, origen de los mayores extravíos, porque nadie es tan solo un individuo". Finalizó con una reflexión acerca del futuro. "No sabemos lo que va a pasar, pero tendremos que determinar lo que vamos a hacer ante cada reto y "los libros nos ayudarán decidir", ha concluido.

381 manuscritos

Un total de 381 manuscritos inéditos concurrieron a los 40 Premios Literarios Jaén. En la modalidad de Novela, dotada con 16.000 euros y a la que se presentaron 139 obras, el jurado reconoció por unanimidad a Carlos Dávalos Guevara por 'La pólvora y los inocentes'. Premió esta obra por desgranar con ambición y pulso narrativo los orígenes de Sendero Luminoso en el Perú de los años 80 en un fenómeno de fanatización que sigue proyectando su sombra hasta la actualidad, mediante un certero retrato de personajes que combina sabiamente lo documental con lo puramente imaginativo.

Dávalos nació en Lima, Perú. Estudió Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Universidad de Lima y después cursó estudios de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado el libro de relatos 'Nadie sabe adónde ir' y la novela 'La furia del silencio'. Colabora con 'El País' y 'El Asombrario' del diario 'Público'. Ha escrito para medios de diversos países y, actualmente, escribe para 'Homo Faber Guide', de la Michelangelo Foundation For Creativity & Craftsmanship, especializada en artesanía.

Sólida unidad

Por su parte, el jurado de Poesía decidió por mayoría premiar la obra titulada 'Una noche o la mecánica corrosiva de los cuerpos celestes' de Javier Lasheras Mayo. Esta modalidad está dotada con 10.000 euros y se presentaron 152 originales. El jurado subrayó la "sólida unidad de los poemas" de este libro que incorpora referencias a la literatura clásica, detallando un amor que va de lo místico a lo carnal, repleto de momentos cotidianos, con una interpretación personal de la métrica tradicional.

Javier Lasheras (Don Benito, Badajoz, 1963) ha publicado hasta la fecha cuatro libros de poemas --'Poemas', 'La paz definitiva de la nada de Martín Huarte', 'Fundición' y 'El cielo desnudo'-- y tres novelas ('El amor inútil', 'Las mujeres de la calle Luna' y 'Entra sin miedo en la luz más antigua'), siendo premiados varios de ellos.

Fue coordinador y autor de la publicación 'Ulises Redux'. Ha colaborado en libros de relatos y escrito reseñas y artículos literarios, participando asimismo en diversos encuentros, lecturas poéticas, exposiciones bibliográficas y coordinación de catálogos. Como funcionario público, dirigió y coordinó el programa de promoción y difusión de autores denominado 'Literástura'.

En la categoría de Narrativa Juvenil, dotada con 10.000 euros y a la que optaron 90 obras, el jurado por unanimidad proclamó ganadora la obra 'Libre', de Paula Praes González. Destaca la narración de "una historia muy inspiradora para los jóvenes que trata temas de relevancia social como el 'bullying', el racismo y la importancia de la amistad", con "un lenguaje directo y honesto y con unos personajes muy reales con los que te puedes identificar".

Paula Praes González (Alicante, 1979) es una trabajadora social enamorada de su profesión que compagina su empleo con la pasión por escribir. En sus libros plasma la realidad social que vive en su día a día, así como su experiencia personal viviendo diez años en Asia. Autora de novela juvenil, 'new-adult' y 'chick-lit', le gusta combinar en sus historias el realismo con dosis de humor y romance.