Ramón Figueroa expone '20 monas. Veinte a verlas'

El pintor y escultor jiennense ha contado con la colaboración del artista Tomás Fernández.

 Ramón Figueroa expone '20 monas. Veinte a verlas'

Foto: EXTRA JAÉN

Escultura del artista jiennense Ramón Figueroa.

El patio del Salón Mudéjar acoge desde hoy y hasta el próximo 29 de abril la exposición ´20 monas. Veinte a verlas´, del artista, pintor y escultor jiennense Ramón Figueroa, quien además ha contado con la colaboración del también artista, Tomás Fernández. El concejal de Cultura, Turismo y Patrimonio, José Manuel Higueras, ha asistido a la inauguración de esta muestra que supone el broche de oro a un proceso creativo que se inició hace ya un año con la celebración de la exposición colectiva en el Museo Provincial de Jaén que llevó por título ‘Nueve tributos, nueve artistas. La mona de la Catedral’, donde se interpretó desde distintos prismas la Mona de la Catedral.
“A través de esta pequeña escultura que se encuentra en el friso gótico de la Catedral y que representa lo que cada uno quiera imaginar y con varias interpretaciones, se nos invita a seguir disfrutando de la historia y el arte que encierra la catedral de Catedral de Jaén”, ha destacado Higueras.

Por su parte, Figueroa ha recordado que tras la exposición en el Museo Provincial, surgió un nuevo proyecto Mone@ando Jaén, una ruta turística de arte en la calle, donde las esculturas ‘Mon@s’ llenaron de leyendas las calles más antiguas de Jaén. Un proyecto donde se interactuaba buscando sus detalles escondidos y sus leyendas QR, y donde se dieron a conocer muchas cosas más. “Ahora ponemos el colofón a un proceso final donde las Monas han evolucionado con veinte réplicas de esta figura original que está situada en el friso gótico de la Catedral, y que constituye una representación de un ser humano sentado al modo oriental con rasgos grotescos y extraños”, ha subrayado el artista.

En la antigüedad, se tuvo la costumbre de tirar piedras a la Mona hasta quedar desfigurada. Posteriormente se extendería entre los habitantes el temor de que a la Mona se le achacaban maleficios sobre todo aquel que le tirara piedras. En la actualidad es todo un símbolo local, hasta haber sido protagonista de portadas y publicaciones sobre leyendas e, incluso, dando nombre a alguna carta gastronómica.



Estas Monas han evolucionado con distintos puntos y personalidades. Hechas en un material terracota original, representan algunas situaciones de la vida cotidiana como fumando, leyendo un periódico, con un micrófono, e incluso otras que representan el Espinario de Jabalcuz o El niño y el perro de San Bartolomé, e incluso El Pensador. Figueroa les ha dado una personalidad a todas ellas, dando color a la mirada de cada una, lo que les confiere un dinamismo particular que provoca un estilo original y una atracción abrumadora para quien se acerca a contemplarlas.