Rodríguez Arévalo recupera 404 leyendas en su nuevo libro
El escritor e investigador jiennense está inmerso en la promoción de ‘Nuevas leyendas del Santo Reino de Jaén’, que se presentará en la capital el día 24
Foto: EXTRA JAÉN
Manuel Rodríguez Arévalo muestra su libro, en la plaza de Santa María de la capital jiennense.
El escritor Manuel Rodríguez Arévalo (Villanueva de la Reina, 1963) está inmerso en la promoción de su nuevo trabajo literario, el libro ‘Nuevas leyendas del Santo Reino de Jaén’, que se presentará en la capital el próximo 24 de octubre, en el Salón Mudéjar.
La publicación, autoeditada por este incansable investigador, recoge 404 leyendas y, como el escrito en 2011, todos los municipios de la provincia están representados. “No queda ningún municipio sin su leyenda. El 90% son leyendas nuevas, respecto al primer libro”, explica a EXTRA Jaén.
Rodríguez Arévalo vuelve a la autoedición porque es como mejor “funciona”, ya que acerca ejemplares a colaboradores y en cada una de las presentaciones, donde asegura, “siempre” obtiene “más información” para futuros trabajos.
Ha tardado un par de años en darle forma a ‘Nuevas leyendas del Santo Reino de Jaén’, con tapa dura e ilustración en portada de Tania Ávila.
El trabajo de recopilación ha sido fruto de “todas las salidas a la provincia” desde que en 2011 finalizó su primer libro de leyendas. Igualmente, confiesa que, del libro ‘Tabernas, mesones, posadas y ventas de Jaén’, el décimo de su prolífica carrera investigadora, obtuvo numeroso material gracias a las 150 entrevistas que realizó.
“El libro de las tabernas fue un caldo de cultivo para conseguir leyendas. Para este último libro también he citado publicaciones locales que ya recogían leyendas. Las leyendas están contadas, no noveladas”, explica sobre el proceso.
Pero por qué Jaén es tierra de leyendas. A esta pregunta, contesta: “Jaén, al ser tierra de frontera, generó muchas leyendas”.
En municipios como Alcalá la Real se mantienen vivas numerosas leyendas. También Andújar y en Baños de la Encina. “En este último municipio tuve la suerte de entrevistar a una persona muy mayor, con una capacidad exagerada para recordar las leyendas que le había contado su abuela”, explica.
El autor también destaca el peso de Cazorla, Huelma y Jaén capital. Sobre ésta última, aparece la leyenda del lagarto de La Magdalena, indispensable en toda publicación, pero este capítulo incluye nuevas como la que ocurre en la calle del pozo, haciendo referencia al agua que emanaba del mismo.
Igualmente, recoge dos romances que hablan de dos bandoleros (Francisco Esteban y Pedro Salinas) e incorpora una leyenda sobre un bosque encantado, otra del padre Francisco Morales y la del tesoro de la Ermita de San Lázaro, entre otras. Tampoco ha dudado en incluir la leyenda de la mona de la Catedral y los misterios que envuelven un lugar cercano a la ciudad como Otíñar.
Como novedad, en este segundo libro de leyendas, Rodríguez Arévalo ha incorporado romances del siglo XVII y XVIII que narraban los ciegos y que “en realidad eran leyendas”. Han sido extraídos de su libro ‘Jaén en romance’.
En cuanto a los elementos comunes entre las leyendas de la provincia de Jaén, el autor señala que prevalecen las que se refieren a ‘tesoros’. “Hemos sido tierra de frontera. Cuando los árabes fueron expulsados, tenían la esperanza de volver y muchos escondieron sus riquezas y esa situación provocó que se generaran leyendas sobre tesoros”, apunta.
Las de zonas ‘encantadas’ y los ‘minguillos’, estos son, personajes que hacen diabluras en las casas, son comunes en la provincia, al igual que las referidas a apariciones marianas y fantasmagóricas.
El libro ya se ha presentado en Huelma y en Linares. El 27 de octubre llegará a Andújar y el día 30, a Cabra del Santo Cristo. El próximo 18 de octubre lo presentará en Barcelona.
Rodríguez Arévalo defiende la “necesidad de recopilar y publicar leyendas”, ya que son fruto de la “tradición oral” y si no es así, “acabarán perdiéndose”. De hecho, alerta de que ya hay generaciones que no conocen leyendas de sus municipios. “En algunos pueblos, los jóvenes no asumen el término de leyenda. Hay generaciones que las desconocen. Las leyendas son una aportación a la historia de los pueblos. Si no las recogemos, se olvidarán por completo”, termina el autor.