Respirar por la herida.
Nunca llueve a gusto de todos, especialmente si empieza a hacerlo cuando iban a abrir generalizadamente las almazaras y la cosecha por recoger se traduciría en los primeros ingresos para infinidad de temporeros africanos que arribaron a estos pagos en busca de la mera subsistencia. Es verdad que el agua de hoy representa la esperanza del mañana, apaciguando mínimamente el estrés hídrico que sufre el olivar de secano, pero después de ver a tantos migrantes deambulando por la provincia desde finales de octubre sin perro que les ladre, con los albergues desperezándose timoratamente, como es costumbre por culpa del equilibro imposible en la reñida cofinanciación Junta/ayuntamientos, tampoco hubiera estado mal unos cuantos días de jornales ininterrumpidos antes del primer parón por las borrascas del otoño-invierno. La estabilidad anticiclónica llegará, no obstante, en apenas unas horas, acompañada del frío propio de este tiempo de aceituna y fogata. El viernes, 14, se había fijado en muchos municipios olivareros para universalizar la recolección, por más que el incremento exponencial en la producción de aceites tempranos favorezca cada vez más una molturación, en línea continua, sin recesos. El cálculo especulativo, apriorístico, señala que el volumen será menor que el anterior, ya lo avanzaba el aforo autonómico, aunque con ligera subida -1 o 2 puntos- del rendimiento graso, por lo que comparativamente la caída en producción de aceite de oliva no debería superar los 10-15 puntos. La clave, en estos primeros compases de la campaña de comercialización, así las cosas, pasa por aguantar y no malbaratar aoves a menos de 5€/kilo. El dispositivo de acogida de Jaén capital se desborda, mientras otros ayuntamientos fuerzan, parsimoniosa e insolidariamente, hasta agotar los plazos recomendados por el foro provincial, entre el 17 y el 21 de noviembre, o incluso más tarde. Curiosa paradoja en un ámbito rural lastrado por la alta tasa de paro y la sangría poblacional, donde debieran rifarse/mimarse en estas fechas los extranjeros demandantes de empleo. Cada noviembre se echa en falta más personal que engrose las plantillas oleícolas, tanto en los tajos como en los molinos. Respiramos por la herida.
La proyectada implantación en la geografía provincial de una veintena de plantas de biometano/biogás, el boom de la descarbonización impulsada por Bruselas, nos trae a mal traer. La sucesión de autorizaciones ambientales integradas expedidas por la Junta, el plácet preceptivo del Gobierno andaluz, colaborador necesario, recuérdese la rimbombante ‘Alianza Andaluza por el Biogás’, acuñada, en Jaén, 10 meses atrás, por Juanma Moreno Bonilla, contrasta con la oposición creciente, pie en pared, de las comunidades locales, respaldada, a rebufo, con mayor o menor entusiasmo, por sus ayuntamientos. Prevenciones, en exigencia de mayor rigor por parte de la administración autonómica. Quien más, quien menos, duda, recula. La predisposición primigenia de la primera avanzadilla de consistorios concernidos, a un tris de conceder e ingresar licencias urbanísticas, se torna en recelo. Ruedas de prensa sucesivas de los regidores, en demanda de “las máximas garantías ambientales, sociales y sanitarias, revisando los criterios de evaluación ambiental e incorporando la medición obligatoria de todos los parámetros de impacto, incluyendo los olores y las emisiones difusas, además de valorar la suspensión temporal de las tramitaciones en curso”. Si, en un primer momento, PP y PSOE, de arriba abajo, parecían comulgar, caminar en la misma dirección, en pos de la materialización rápida de estas iniciativas de energías renovables/limpias que favorecerían la solución, a corto-medio plazo, al problema crónico del tratamiento de residuos agrícolas y animales como el alperujo y los purines, ahora se impone la cautela. Declaraciones institucionales y modificaciones puntuales del planeamiento urbanístico para que los emplazamientos finales de las factorías se alejen de los cascos urbanos, plantean terminantemente los regidores socialistas de Martos y Úbeda, y los populares de Andújar y Alcalá La Real. Negativa rotunda, en este punto del proceso, de sus homólogos de Mengíbar y Villanueva del Arzobispo. Aventum, que promueve 7 plantas en la provincia, todas alimentadas exclusivamente de alperujo, asegura que su actividad no generará emisiones. “Una compañía especializada como Prodeval perfecciona la técnica incorporando las bacterias metanogénicas, cruciales para la generación de biometano, ya que son las responsables de producir metano a partir de la materia orgánica en un proceso de digestión anaerobia”. El problema es que no existen en la península ibérica industrias de biometano a partir solo de alperujo, por lo que los afectados, que tienen que meter el dedo en la llaga para superar sus miedos, tendrían que viajar a Italia, hasta Andria, región de Apulia, entre su costa y la meseta de las Murge, a unos 50 kilómetros de Bari. Fábrica de biometano, en territorio jiennense, bien vehiculizada, cuya única materia prima sería el alperujo, a 7-8 kilómetros de núcleos residenciales, hoy por hoy, que se sepa, solo una, en la Arjona de Juan Latorre, líder provincial del PSOE. Acaso, también, gestación algo más rezagada, en la Torredonjimeno del popular Enrique Castro, carretera de Jamilena. Recuérdese, en idéntico contexto, la unidad de acción de los grupos Interóleo, Dcoop y Jaéncoop, a favor de la biometanización a través de sendas plantas en Baños y Martos, incentivadas por la Junta con una subvención de 11 millones de euros. El espaldarazo del sector cooperativo autóctono, en cualesquiera de los casos, resulta proverbial, toda vez que se desharía del engorroso residuo a una cotización relativamente estable, a diferencia de lo que viene sucediendo en su histórico trato/maltrato con las orujeras. Las fábricas mixtas de biogás que se habían esbozado en Mengíbar y Villanueva del Arzobispo, por su parte, procesarían una combinación de desechos orgánicos, predominantemente procedentes del estiércol animal, con humos y olores inevitables, como pudo comprobar in situ el alcalde villanovense, Jorge Martínez, en Casasbuenas, Toledo. Percatarse de las diferencias entre uno y otro modelo se erige en cuestión básica antes de que sesudos expertos del CSIC y del Instituto de la Grasa vengan, más pronto que tarde, a mostrarnos el camino. A golpes de diferenciación picual, por cierto, la semana por delante consumará el viejo sueño de la constitución de la Asociación Española del Olivar Tradicional, que auspicia, entre otros, Pepe Gilabert, flamante presidente de la IGP ‘Aceite de Jaén’, primer directivo de la laureada cooperativa San Vicente de Mogón.
Fueron a por lana y salieron escaldados, los populares jiennenses que ocuparon cargos de responsabilidad en la Consejería de Salud: mal pagados, a raíz del cese; desprestigiados, en cierta medida. Lina García (actualmente, vida regalada, placenteramente instalada en la Consejería de Medio Ambiente), José Antonio Miranda (en el ojo del huracán por la adjudicación a dedo de contratos de urgencia propios de la pandemia, superada ya la urgencia de la pandemia) y María Luisa del Moral (El nombre que más ha sonado, de un tiempo a esta parte, para liderar la reconquista del Ayuntamiento de Jaén capital, acaba como chivo expiatorio, tras conocerse los fallos en la comunicación de resultados de mamografías, sustituida en la viceconsejería por Nicolás Navarro, concejal motrileño, vicepresidente primero de la Diputación de Granada, jefe de las Urgencias del Hospital HLA Inmaculada, tan privado como el destino concertado de los últimos 553 millones de euros adjudicados por la Junta a ASISA, Vithas, Quirón y Pascual). El consejero de Presidencia, Emergencias y Sanidad, Antonio Sanz, acentúa su complicidad con el presidente de su comisión parlamentaria, Erik Domínguez. Hoy por ti, mañana por mí. El pragmatismo de la decepción, sostenido en el principio de que todos los hombres y las mujeres se compran y se venden, renace ahora en el 50 aniversario de la muerte del dictador. 20-N. “¿Para qué celebrar 50 años de la muerte de Franco, cuando Franco aún está vivo en Jaén?”, proclama, en la soledad de la zozobra, a propósito de fosas e hitos, el simpar Santiago de Córdoba.