
Mover las emociones.
Mover las emociones. Sacarlas a la calle. Integrarlas icónicamente en la fe de una feligresía cada día más renuente al recogimiento de la oración y más proclive a la expresividad bullanguera. Llevarlas al pueblo. Imbuirlas de un halo de renovación, confirmación, consagración, proclamación. La política, como la religión, necesita periódicamente autoafirmarse dándose baños de masas. Retahíla de ilusión en una llama que, lejos de extinguirse, se expande, se propaga, gracias a esos “chiflados de amor” de los que tanto, y tan bien, hablaba el recordado papa Francisco, auténtico artífice de la iniciativa que convertirá a la ciudad de Jaén, este sábado, 4 de octubre, en el escenario del Magnum Rosarium Spei, o Rosario Magno del Jubileo de la Esperanza, uniendo a toda la diócesis de Jaén en la presencia viva del Evangelio, a través de “cada uno de los misterios del Rosario —gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos— representado por una imagen titular procedente de distintas parroquias y localidades de nuestra diócesis, reflejando la riqueza y diversidad de nuestra tradición devocional. Cofradías, hermandades, comunidades religiosas y fieles laicos se unirán en un mismo espíritu de oración, contemplación y misión”: 40.000 almas congregadas en torno a una convocatoria de nacionalcatolicismo renovado, actualizado, vivificado, que pondrá a cada cual en su sitio. Me reconocen, a la par, un expresidente de agrupación cofrade y un cura recién jubilado, el respeto que les merece una iniciativa que, sin embargo, no comparten en su forma, ni en su trasfondo, “La cercanía es otra cosa”, aunque la Magna de Jaén solo sea una réplica más de esas puestas en escena de devoción pública multitudinarias, prototípicamente latinoamericanas, a las que el pontífice Mario Bergoglio era muy aficionado.
Un símbolo intergeneracional, legado, heredado, imperecedero, que mueve montañas. Mahoma y la montaña. Sócrates y el más bello canto del cisne antes de morir. La clase política jiennense que toca pelo, en tanto que poder real, César y sus adláteres, besó el anillo de monseñor Sebastián Chico en el marco de los preparativos del esplendoroso 4 de octubre. Un espectacular dispositivo especial, de la Avenida de la Virgen de la Cabeza a la Plaza de Santa María, con la Custodia en la explanada de El Corte Inglés, ‘El Día sin IVA’, y sin pecado concebido/concebida, dada la infinidad de confesonarios habilitados en derredor. El que no se confiese, y obtenga su absolución, esto es, será porque no quiera. Jaén, en su conjunto, se erigirá en un gran templo con 112.074 lugareños (INE 2024) en su interior, y una población flotante/creyente/practicante/participante de 40.000, entre propios y comprovincianos, yendo y viniendo, subiendo y bajando el Vía Crucis insufrible de las cuestas capitalinas, portando y procesionando sus cruces, sus cristos, sus vírgenes y sus patronos y patronas. El sábado, pues, ningún jaenero ni jaenera, nadie, en definitiva, debiera de huir de sí sin involucrarse -siquiera sea testimonialmente- en esta expresión colectiva de fe en un mañana mejor. Se trata de un compromiso laical para cambiar el mundo, soñaba Francisco, para parar de una vez la guerra, para llamar genocidio sin titubeos a la masacre de Palestina, para solidarizarse con los damnificados de Ucrania, para dar voz a los que no votan jamás, para ahondar en las dudas y las certezas de una justicia de parte que condena a cadena perpetua, comulgando con ruedas de molino, a la humanidad víctima de crímenes de lesa humanidad.
Olvidémonos por una semana del informe del CES que recomienda unánimemente -por mero interés- la gestión de la Recaudación del Ayuntamiento de Jaén por parte de la Diputación; de los agravios que denuncia el PP en las subvenciones que otorga la corporación provincial, precisamente, privilegiando a los consistorios gobernados por el PSOE -en proporción 1/6-, en detrimento de los suyos; de la ratio, instaurada ya por la Junta de Juanma en ESO y Bachilleratos púdicos/públicos, que alcanza/supera los 30 alumnos por aula; de la prometida ahora -a pocos meses de las elecciones autonómicas- prolongación de la Autovía del Olivar desde Martos; de la infame batalla propagandística del tranvía más lento de la historia; de la fantasmagórica competencia Jaén/Linares por una reindustrialización que agota etapas y paciencias, a partes iguales, en medio de unas naves prefabricadas todavía vacías; del antiguo contratista de obras y canteras -fijo discontinuo- del Palacio de San Francisco que, después de arruinarse en la encomienda del barquito solar del Pantano del Tranco, se retrata hoy ostentosamente con Vox, enfundado en toda su carga de hiel y memorias explicativas… Aparquemos el ‘pim, pam, pum’ de a diario y recemos cuanto sepamos. El cielo no puede esperar. Respeten por un día a nuestros santos y confórmense, si acaso, con disparar a las peanas. No nos bendice el destino todos los años con la gracia indulgente de un jubileo, como el de este sábado, 4 de octubre, que hasta mueve ‘Tierra Adentro’, Magno/Magna entre los magnos/magnas, a Dios gracias.