Mediodía en la provincia de Jaén

Juan Carlos Ruiz

Electricidad

La opinión de Juan Carlos Ruiz


Aunque las fuentes oficiales aún no han sido capaces de dar una explicación de las causas que provocaron el apagón general del pasado 28 de abril, lo que parece haber quedado claro es la vulnerabilidad del sistema eléctrico español. Sean las causas que sean, lo que parece evidente es que se requerirán inversiones para evitar que estos acontecimientos vuelvan a suceder.

Estas inversiones que, en principio, deberían ser motivo de alegría para el conjunto del país, podría darse el caso de que fueran perjudiciales para los que habitamos en la provincia de Jaén ya que pudiera ser que al tener que destinar fuertes sumas de dinero a la mejora general del sistema, esto
redundara en el retraso en la construcción de las infraestructuras eléctricas que nuestra provincia lleva años demandando.



Al aislamiento, digital y ferroviario que Jaén sufre, hay que sumar lo que se está dando en llamar “el desierto eléctrico de Jaén”. Muchas instituciones como el Consejo Económico y Social de la provincia, presidido por el catedrático Manuel Parras, lleva años clamando por inversiones en las comunicaciones eléctricas de nuestra provincia que son especialmente deficientes en la mitad oriental de esta y que dificultan el emplazamiento en ella de un tejido industrial fuerte. Esto también vendría a explicar el porqué de que nuestra provincia fuera de las últimas de toda
España en reestablecer el servicio eléctrico tras el apagón de la semana pasada.

La inversión reclamada rondaría los 600 millones de euros que se emplearían en la instalación de una línea de alta tensión que entrara por el este de la provincia, llegara hasta la capital y descendiera hasta el sur. Además, se utilizarían para la construcción de las dos subestaciones precisas para la distribución de la energía aportada por esta línea. Una en la comarca de la Loma junto a Úbeda y la otra en la Sierra Sur junto a Alcalá la Real.

Estas infraestructuras resultan imprescindibles para alimentar los proyectos industriales previstos para nuestra tierra; la posible revitalización industrial de Linares y la instalación del CETEDEX de Jaén, además de facilitar la vía de evacuación eléctrica si al final se llevan a cabo los polémicos
proyectos de plantas solares de la comarca de la campiña.

La luz siempre ha sido el símbolo de la esperanza, la de una provincia que se niega a ser arrinconada una vez más y condenada a la oscuridad.