Mediodía en la provincia de Jaén

Marián Adán

De secano

La opinión de Marián Adán


Cuando el enemigo se confunde, no hay que distraerlo; y eso pensarán el sector socialista y el resto de "quesitos" a la siniestra del arco político de nuestra provincia.

Se extiende el torrente de desbarajustes que se trabaja aquí la Junta. Trayendo la cosa a términos olivareros, y sin que nos aporree la breva, piensa mantener de secano la aceituna arrugada y encharcar las provincias que son de riego.



Exterminan hectáreas de olivar en plena producción, allá por la campiña, optando por segar zonas productivas, y no usar zonas desertificadas, para que al menos el sol engendre algo. Bonilla no se plantea instalar placas solares en los cultivos super intensivos cordobeses o en los primorosos campos de golf malagueños. Aquí siempre nos toca la china. No siendo el PP pro-renovables de Aldeaquemada para arriba, han visto en Jaén un vergel solar, tan hodierno como infecundo.

Allá por Donde Nace el Guadalquivir, la cosa también se las trae. Cabeza hay que tener poca, para situar el centro médico a dos kilómetros del núcleo urbano de Cazorla, te juegas los pies y el resto del soma, caminando entre coches, por un arcén impracticable, para ir al médico de familia. Han dejado en gayumbos a un santo, para vestir de mala manera otro. Tardaron menos las obras del Escorial, para que ahora lo que iba a ser un hospital comarcal sea un dispensario local.

No le deben salir las cuentas al Señor Domínguez, que usa las diez uñas para echarle cuentas a Diputación, y le van faltando Diputados de Cazorla, Martos... Pero él siempre podrá decir que quienes quieren ir al centro médico sin hacerse seguro de vida, seguir cultivando la tierra, o ir de Jaén a Córdoba por autovía, no son jienenses, son votantes del capullo.

A dedo llegó el Señor Domínguez, no hubo cónclave que lo creyese apto para dirigir la madriguera de San Clemente, y sigue sin poder sacar cabeza. Sus pocos logros ni son suyos, son los de unos alcaldes que guardan sapos en el estómago, a la espera de poder decir de una vez y después de casi 8 años, sí 8:
"Habemus Praesidens"