Se conoce por “ciencia infusa” una serie de conocimientos adquiridos sin haberlos aprendido, concepto que se encuentra estrechamente ligado al de “generación espontánea” que dicho en román paladino defiende la creación de las cosas porque sí, porque yo lo valgo. Un axioma (si tal término se puede aplicar a la filosofía) del pensamiento nos dice que la nada no puede producir algo. Ustedes, y con razón, dirán que todas estas cosas se encuentran ya superadas en pleno siglo XXI pero aún quedan brasas donde ante hubo fuego. Yo he tenido alumnos en los exámenes de septiembre (cuando había exámenes de Septiembre, claro, ahora en la E.S.O. han desaparecido no sea que traumaticemos al chaval. Aviso, estamos a un paso de dar títulos como si fueran folletos de “COMPRO ORO”) que se quedaban una hora mirando la hoja sin responder. Terminaba acercándome y les decía “Pero a ver, Menganito… ¿tú has estudiado?” y me respondían adustamente “No, maestro…pero estoy a ver si se me ocurre algo”. Lo dicho, ciencia infusa, generación espontánea o intercesión de la Virgen de Lourdes. Esto también se da en la mal llamada “alta política” donde a uno y otro lado hemos visto aparecer cosas que no existían. Para el P.P., tras no darle los números para gobernar, “ese tal Sánchez” al que poco faltaba para que lo tildaran de Anticristo se convierte en un presidente respetable al que los cuernos se le han metido para dentro y el rabo con punta sagital se ha retraído a la rabadilla. Es ahora cuando se proponen una serie de pactos de estado de los cuales nadie tenía noticia hasta entonces. Siempre he pensado que un acuerdo entre las dos grandes fuerzas políticas “a priori” suele ser positivo aunque los hechos sean tozudos y sólo se pongan de acuerdo para subirse los sueldos y poco más. Y por el otro lado tenemos el truco de prestidigitación del año. Nada por aquí, nada por allá…TACHÁN ¡UNA AMNISTÍA PARA PUIGDEMONT Y COMPAÑÍA! Es cierto que no se ha producido todavía pero está claro que el tema está sobre el tapete y algo que ni aparecía en el programa ni se aludió en mítines ha surgido de la nada. De repente el cansino prófugo ninguneado por la Unión Europea, cuando ya empezábamos a olvidarlo, resurge de sus cenizas (y del maletero) y nuestro presidente ejerciendo de bombero pirómano hace suya aquella máxima de que “nadie mejor para resolver un problema que quien lo ha creado”. Aunque lo que más me molesta de este asunto es que algunos periodistas que nunca habían sacado tal tema a la palestra comienzan a enseñar la patita y con sus eufemismos, circunloquios, sofismas y cuestiones bizantinas van dorando la píldora. Lo mejor es la excusa que se cierne en el horizonte: por la concordia. Sinceramente no creo que contribuya a la concordia que presuntos delincuentes salga de rositas por un puñado de votos mientras los demás acatamos la ley. Más bien lo contrario. Pero ya lo decía Orwell: “Todos somos iguales pero algunos somos más iguales que otros”.
Carlos Oya
La chapaCiencia infusa
Siempre he pensado que un acuerdo entre las dos grandes fuerzas políticas “a priori” suele ser positivo aunque los hechos sean tozudos