Defectos tengo, no tantos como el presidente del Gobierno, pero tengo. Tampoco muchos, no se vayan a pensar, me sobra una mano y parte de la otra, luego te lo miro. Uno, que ya no sé si es defecto o virtud, es que nunca me ha gustado que me ordenen cosas y menos ya con la huevada caoba. No es que esté en contra de la disciplina porque la disciplina bien entendida emana de uno mismo, no es una imposición externa y desde ese punto de vista aunque no lo parezca soy disciplinado. En el VI volumen de la Enciclopedia Oya de “Cosas que odio” se encuentran los uniformes escolares, de niño me negaba a ponerme esa mierda llamada “baby” ,del que aborrecía hasta el nombre, consciente a mis cortas luces de que nos uniformaba a todos, y esto, 15 años antes de leer a Orwell y Huxley. Un día “el Gran Hermano” de preescolar como humillación me hizo ponerme tal adefesio, pero encima, de niña. Huelga mencionar que en el recreo el uniforme femenino fue a la papelera. Con esto sólo los pongo en antecedentes. Razón por la cual me enerva en especial que me digan lo que debo o no escribir. La semana pasada dediqué unas rimas a vuela pluma a Ayuso y su no-complemento: el pinganillo. Bien, pues después de recibir las ya consabidas acusaciones de redomado “sanchista” (cuando critico a Pedro Sánchez, o a su gobierno por extensión, me convierto por arte de birlibirloque en “facha”, soy un ser proteico al parecer); no se queda ahí la cosa, sino que me impelen a emborronar cuartillas sobre los chanchullos de la otra parte llevando a gala un aroma a imperativo moral kantiano necesario para equilibrar la balanza del cosmos. A lo que contesto siempre lo mismo: “Escríbelo tú”. Nuestra sociedad ha erradicado el analfabetismo, hay libertad de expresión, multitud de canales gratuitos en internet…de “estados” (calamitosos) a “historias” (efímeras). Vuelca toda tu indignación en un “blog” o aún mejor, un “podcast” (si al parecer ya hay más mascotas que niños yo creo que también hay más podcast que personas). Escribe, tío… y déjame en paz.

Carlos Oya
La chapaEscribe, tío
Nunca me ha gustado que me ordenen cosas y menos ya con la huevada caoba