El Expositor

Manuel Expósito

De la OCM a las tractoradas, un cuarto de siglo en Jaén

Crónica política de la semana de Manuel Expósito Moreno

Monumento a la Constitución, en Úbeda.

La procesión de tractores obró el milagro y trajo, al fin, la lluvia. Bendita sea. Ni el Abuelo ni el Carnaval. El detonante de este fin de semana de charcos, estoy convencido, fueron las tractoradas. La fuerza telúrica e incontenible de una movilización que corta carreteras, con la esperanza de colapsar la cadena de suministro, de ponernos -a todos- las peras a cuarto, merecía la respuesta inmediata de un cielo que condena a los pusilánimes a la miseria de la sequía extrema. El cielo nunca espera a los cobardes, a los acomodados, a los traidores, a los desnaturalizados, sobre todo si le urge dictar sentencia sobre un lamento sempiterno del campo que Jaén, tantas veces, desoye. Truhanes y señores, entidades financieras y proveedores, intermediarios y distribuidores, vienen quedándose con la mayor parte del beneficio, estrujando al sector primario, forzando a agricultores y ganaderos por mera subsistencia a reclamar para sí más ayudas y exenciones públicas. La pescadilla que se muerde la cola siempre termina arrimada a la misma ascua. Son los gobiernos, la ineptitud personificada, los peores negociadores en Bruselas, cómplices necesarios para que la Unión Europea, garante del libre mercado, no sobreprotegiera en mayor medida nuestra producción agroalimentaria, a costa de limitar las importaciones extracomunitarias -cláusulas espejo- de los gigantes del comercio de primera necesidad. “Los proveedores de Mercadona logran récord de ventas, pero ganan la mitad” (‘El Economista’). Los quince principales interproveedores de Juan Roig facturan un 10 por ciento más, en contraste con el descenso de su tasa de rentabilidad, del 2% al 0,9%. Siempre pierden los mismos. Producir más, llevándose menos, endeudándose hasta las cejas, para arder irremisiblemente en la pira de la huida hacia delante, a la mayor gloria del sistema. A la postre, cubriendo el presupuesto público los desequilibrios sangrantes que provocan las fluctuaciones inflacionistas de nuestro modelo económico, ganan la banca y los especuladores. Y todos tan contentos. El sector primario, que seguirá protestando en los próximos días, se limita a poner bajo el foco al poder político, mientras prefiere obviar la mala praxis de los grandes suministradores y los clientes preferentes que sistemáticamente le esquilman y empequeñecen. Incluso algunos alcaldes y militantes del PSOE del ámbito rural jiennense han respaldado una contestación a la que se suman, este san Valentín, las tres organizaciones agrarias representativas, Asaja, Upa y Coag. Ellas, que comunicaron en tiempo y forma su primera convocatoria a Subdelegación, llegan tarde, varias yardas después de que la plataforma ‘6-F’ capitalizara la revuelta de la España despoblada.

¿Que Vox y el sindicato minoritario de transportistas están detrás? Delante, sin máscara ni disfraz, nadie se opone políticamente por estos pagos a la evidencia del malestar generalizado e inaplazable del campo, del olivar, de nuestros adentros. Tal cual sucediera un cuarto de siglo atrás, en 1998, cuando Jaén fue una sola voz en contra de la OCM del aceite de oliva que impulsara torpemente, y peor aconsejado, el austriaco Franz Fischler. Esa movilización transversal y unitaria en defensa de lo nuestro constituyó uno de los últimos frentes de oposición cívica que lideró el editor de prensa, sociólogo y sacerdote, Esteban Ramírez Martínez. 25 años más tarde, el contrapoder -información veraz y opinión plural- es más necesario que nunca en Jaén. Hoy, como ayer, nos repugna el seguidismo mendicante de determinados medios de comunicación. Se ‘mojan’, apuestan, confunden la línea editorial con la caja registradora. ‘Bandazos’ interesados que ponen a cada cual en su sitio. Es, precisamente en tesituras de este tipo, cuando resurge esplendorosa la ética perseverante, comprometida, respetuosa con la diversidad, que recordados pioneros del periodismo democrático jiennense como Esteban Ramírez trazaron, estoicos, sobreponiéndose a presiones de uno y otro signo. Usufructuarios de aquellas conquistas permanentemente amenazadas, algunos nos permitimos practicar la crítica librepensadora sin el recelo certero a la represalia, asidos al sosiego, asqueados por la actitud servil de los mercenarios de la profesión. Loas, alabanzas, campañas de imagen de foto fija y desayuno mediterráneo. Ojalá jamás nos falte esta isla. Grupo Multimedia Jiennense, la editora de este diario digital, conmemora el 25 aniversario de su creación, el tiempo transcurrido desde que el sueño de Esteban de vertebrar mediáticamente la provincia empezó a tomar forma, a materializarse, de Úbeda a Alcaudete, de Andújar a Cazorla, de Villacarrillo a Martos, de Jaén a Linares.



1999-2024. Si quieres descubrir nuevos horizontes, busca en tu interior. El soniquete proviene de aquel tiempo en que todo se hacía por primera vez. Una propuesta seductora: explorar y penetrar en las entrañas de tu propia memoria. Repararás en matices y detalles inadvertidos hasta entonces; cosas sin importancia que, quién sabe, hoy adquieran una dimensión distinta. Las vías abiertas hacia el caos o la esperanza, huyendo de la tácita sentencia de un destino opuesto al deseo. La doctrina acerca de la libertad de expresión, del imperio de la verdad, del afán de entendimiento entre diferentes -que dejaron de ser enemigos- bajo el signo del coraje democrático. De los pueblos a las ciudades, de lo rural a lo urbanita. Tan vivo, tan vigente, tan exigible a cuantos sostenemos aún la luz de la razón de un proyecto inmarcesible. “Detesto lo que piensas, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Frase de la escritora británica Evelyn Beatrice Hall, extraída de su obra “Los amigos de Voltaire” (1906). El legado del fundador, un personaje irrepetible. El patrimonio de un cuarto de siglo de trayectoria abnegada y apasionante. Estamos, todos, pues, como el primer día, concernidos y de enhorabuena.