Los asesores políticos siempre anduvieron, prestos y sutiles, en las entretelas de poder de las administraciones públicas, desde el tiempo en que la democracia de nuevo cuño en este país se convirtió en oro de primera ley. Discretamente, en segunda o tercera fila, en todas y cada una de ellas, de los ayuntamientos al Gobierno de España, trasiegan por los vericuetos del posibilismo hasta engarzar, cual puntillosos orfebres, favores y adhesiones. Grietas, goteras, fisuras del sistema, vías de urgencia, letra pequeña del contrato y la adjudicación cuasi directos que cuidadosamente revisan para que nada, ni nadie, se saliera del guion establecido. El joven Estado de derecho podía disponer de las mayores salvaguardas ético-jurídicas, pero la anuencia y el visto bueno de un asesor, o asesora, en cualesquiera de los casos, era la puerta entreabierta para las más llamativas prerrogativas. Eso lo sabe hasta el que asó la manteca. El asesor no tenía que pertenecer al partido, aunque, si ya tenía el carné o se lo sacaba en plena eclosión de su influencia, generaba menos recelos entre la dirigencia. La agria inaccesibilidad del líder se dulcificaba merced a la facilidad con que se contactaba con su mano derecha. Era el camino más corto, la fase previa para conseguir el objetivo perseguido, que no era otro que la atención puntual del ocupadísimo mandamás, a propósito del asunto que el pedigüeño se traía entre manos. Dicho y hecho: la petición ya estaba convenientemente cursada por la puerta de atrás. El asesor profesional hace discursos, maneja la agenda y cierra reuniones, pero el asesor amateur puede ser un completo zoquete en esas materias para centrarse en aspectos exclusivamente vinculados al ámbito escatológico de los más bajos instintos de la política. Ahí, ni que decir tiene, se mueve como pez en el agua turbia. En la historia reciente de la Jaén oficial, vi manejarse, con mejor o peor desenvoltura, a una variada fauna de asesores políticos: todos vestían mal -entiéndaseme el símil- y, sin embargo, alardeaban de estar a la última. Nunca les reí la gracia.
La irrupción escandalosa del affaire 'Koldo García', u 'Operación Delorme', conviene ser analizada profilácticamente con mascarilla FPP3 o N95 no quirúrgica para no caer en malsanas equidistancias, ni dejarse llevar por campañas de desprestigio amplificadas hasta el paroxismo por el PP y sus aliados mediáticos (“El Ministerio Fiscal abrió una investigación en abril de 2022 contra ‘Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, SL’ -Grupo Cueto, Juan Carlos Cueto-, la firma beneficiaria de los contratos a raíz de una denuncia interpuesta por el PP de Madrid de Isabel Díaz Ayuso. Lleva la causa el Juzgado Central de Instrucción nº 2 de la Audiencia Nacional, liderada por la Fiscalía Anticorrupción y la UCO de la Guardia Civil. Anteriormente, en 2020, el abogado Ramiro Grau, había alertado en seis ocasiones a Moncloa, a través de cartas de correo ordinario sobre la sorprendente situación de la empresa ‘Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, SL’, que parecía haberse convertido en proveedor exclusivo de material sanitario del Ministerio de Transportes, pese a no tener experiencia. La investigación constató que ‘Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, SL’ firmó seis contratos: el primero -21-03-2020-, adjudicado por ‘Puertos del Estado’, del Ministerio de Transportes, 24,2 millones de euros, 8 millones de mascarillas; el segundo -27-03-2020-, adjudicado por ‘Adif’, adscrita asimismo a Transportes, por 12,5 millones de euros, 5 millones de mascarillas”).
El 'Tú, más', recurrentemente en boga, aflora por doquier. El PP, con su retahíla de ex ministros de Aznar y Rajoy, actualmente en la cárcel o en el banquillo por corrupción, difícilmente puede dar lecciones de moralidad a un PSOE en inextinguible crucifixión judicial desde el advenimiento de la trama de los EREs de Andalucía. Aun así, para eso se alinea en el establo a los medios pesebreros, la tormenta perfecta anti-PSOE de la semana se llama 'Koldo García' y, precisa el sumario de la investigación, pasó por Jaén, acompañando a José Luis Ábalos, allá por 2020, cuando el entonces ministro de Transportes se reunió con el alcalde de Jaén, Julio Millán, y el presidente de la Diputación, Paco Reyes, mientras el asesor de autos se hospedaba en un hotel capitalino donde habría coincidido con el comisionista de la trama, Víctor de Aldama (presidente del Zamora CF) y uno de los dos hermanos Corvillo, Cristian, militantes socialistas ambos (el otro se llama Rubén Jonás y trasladó su residencia precisamente a Zamora por estrictos motivos profesionales), oriundos de Peñarroya-Pueblonuevo (Supuesto intento de despatrimonialización de Aldama cediendo un chalé de su titularidad en La Moraleja madrileña a uno de los Corvillo). "Analizado el círculo -familiar, social y profesional- de aquellas personas físicas de mayor interés para esta investigación, entre ellas Koldo y Aldama, se tiene constancia de la conexión indirecta entre ambos a través de los hermanos Corvillo", precisa un informe de la Guardia Civil que obra en el sumario. ¿Y qué? ¿Desde cuándo el registro de una simple pernoctación en un hotel jiennense puede tener mayor recorrido que el meramente tangencial o anecdótico? En una campaña orquestada, cuidado, el ventilador esparce inmundicia indiscriminadamente.
Pedro Sánchez principió una iniciática peregrinación, cuando lo descabalgaron de la secretaría general del PSOE, en octubre de 2016. En la búsqueda de esa nueva mayoría interna, terminó engrosando en sus filas a infinidad de versos sueltos, pequeños caudillos defenestrados en sus respectivas territoriales y, a la vista está, algún que otro indeseable. ¿Recuerdan cuán usual fue en los primeros días de la pandemia, marzo de 2020, la súbita aparición por todas partes de intermediarios dispuestos a vender mascarillas, procedentes de China, a cualquier cargo público de nuestra tierra, sálvese quien pueda? Eran tales los márgenes, beneficios y plusvalías, que el producto final podía incorporar caprichosa y deferencialmente hasta escudos, acrónimos y banderitas. Bajo el boom solidario y altruista del voluntariado que elaboraba desmesuradamente protecciones no homologables en cualquier asociación u hogar del pensionista, por repugnante contraste, subyacían los espurios tejemanejes de sociedades mercantiles, muchas de ellas prácticamente sin actividad hasta ese momento, que, al socaire de la emergencia, de la noche a la mañana, comenzaron a dedicarse con frenesí a la importación y venta de todo tipo de material sanitario a las administraciones públicas. Del hijo del duque de Feria al hermano de la presidenta Díaz Ayuso -llámenle coloquialmente Tomás-, del ex asesor del consejero andaluz de los ‘culillos’ de las vacunas a personajes cercanos a ministerios estratégicos en un estado de alarma, como Sanidad, Transportes o Interior. Ahí surge la figura, tan traída y llevada durante la última semana, del tal Koldo García, asesor y protegido del entonces súper-ministro y secretario de organización socialista José Luis Ábalos. El mismo Ábalos que vino a Jaén a prometer inversiones compensatorias al fiasco COLCE. 28-04-2021. "El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha anunciado la creación de un Centro de Competencias Digitales de Renfe en Linares que dará empleo directo y de calidad a 125 profesionales especializados y que comenzará a operar el próximo verano. Este centro se ocupará del diseño y aplicación de las tecnologías digitales más avanzadas para mejorar la experiencia de sus clientes y el conocimiento de las necesidades de cada uno de ellos". En aquellas fechas, Koldo, nombrado por Ábalos, ocupaba el puesto de consejero de ‘Renfe Mercancías’ y era vocal del consejo rector de ‘Puertos del Estado’.
Hoy, Ábalos, refugiado en el grupo mixto del Congreso, es un apestado político, un cadáver que todavía camina dando cuartos al pregonero; su asesor, Koldo, una versión navarra actualizada y engordada de Luis Roldán; y el sanchismo, por elevación exagerada de la oposición y su fachosfera, un coloso-trampantojo con pies de barro. ('El Mundo', 02-03-2024. La ex mujer de Ábalos avisó al PSOE cuando todavía era ministro: "Koldo lo llevará a la ruina"). El avaro e insaciable ciclo electoral de 2024, activado con los recientes comicios gallegos, nos conducirá inexorablemente a las autonómicas vascas y, muy poco después, a las elecciones europeas. Este jueves, el laberinto catalán amplificará hasta hacer ensordecedor el guirigay sobre la amnistía: La Comisión de Venecia, órgano del Consejo de Europa, avala los argumentos de la ley de amnistía –“la reconciliación social y política son objetivos legítimos de una medida de gracia de estas características”-, pero critica que se tramite de urgencia.
A propósito del dictamen de la Comisión de Venecia, los asesores construyen el relato y se lo venden a la prensa. He conocido a un buen número de asesores, consejeros áulicos de los principales líderes de la política provincial y regional. Salvo en contadas excepciones, destilan exceso de suficiencia, que tampoco me atrevería a confundir con superioridad o soberbia. Una tarde húmeda de campanillazos, no obstante, el rumor de la cabaña anunciará, nítido y claro, que el altanero asesor, el mismo que revisaba meticulosamente el dietario del prócer -un decir-, es pasado en toda regla, haya caído o no en desgracia. Bajará a tu nivel, bromeará rememorando viejas andanzas y se negará a reconocer que su cercanía de antaño a la nomenclatura le hizo bordear demasiadas veces el endiosamiento y la detestación. El ex asesor convendrá en confesión que cuando fue mandarín llevaba a un conseguidor dentro. RIP.