Hoy, honestamente, podríamos ahorrarnos esta cita presurosa de noche del domingo o mañana de lunes, a la mayor gloria de san Lucas. Nada nuevo bajo el sol de la feria más larga de la historia. El puente del Pilar llenó de autocaravanas las carreteras jiennenses, camino de la sierra, sobre todo hacia Cazorla, en tanto Úbeda y Jaén volvieron a completar la terna de destinos predilectos en la provincia. Mucha feria, mucho puente, mucho estreno y mucha mierda. El “Somos Jaén, Jaén”, que tan bien sonaba fuera y dentro de Jaén, desapareció de la publicidad institucional del Ayuntamiento, tal y como se constató fehacientemente en la reciente edición de ‘Tierra Adentro’. “El PSOE se lo apropió y tuvimos que prescindir de un eslogan que personalmente me gustaba”, confesaba en Ifeja, desde un estand diáfano y minimalista en cuyo mostrador podía leerse la escueta obviedad de “Jaén capital”, el concejal que arma/desarma el andamiaje jurídico del discurso gubernamental, Vicente Oya, responsable municipal de Turismo, Agricultura, Asesoría Jurídica, Mercados y Concesionarias, y no precisamente por ese orden. Oya defendía el compás de espera, el receso para un estudio detenido del caso, este viernes, en el pleno extraordinario convocado a petición del PSOE, a resultas de la suspensión de los dos procedimientos judiciales abiertos contra la concesionaria Aqualia, de los 63 millones de euros que podrían entrar si se gana, y de los gastos añadidos en costas si se pierde. El munícipe Oya, que ha desarrollado una amplia actividad en Derecho Administrativo y Contencioso-Administrativo, prometió empaparse los trescientos y pico folios del primer caso que ya estaba visto para sentencia y, sumido en la primera fase de reflexión, me ponía sobre aviso a propósito del concepto jurídico que considera clave en este litigio: Lesividad. Ostras, lesividad, es decir, “Suficiencia de una conducta para lesionar el bien jurídico protegido, en términos tales que la intervención del derecho penal se encuentre legitimada”. Lesividad sí, lesividad no, 63 millones aquí, 63 millones allá. “Hay mecanismos establecidos para el control de los procedimientos administrativos”, recordaba Vicente Oya. “Adulteración de la oferta económica y de los precios, así como imposición de tipos de interés excesivos”, reiteraba Francisco Lechuga. De estrictos mecanismos de control a aquella recomposición facial que musicó Mecano media un abismo de laxitud y disimulo: “Sombra aquí, sombra allá, maquíllate, maquíllate”. La solicitud del PSOE para el levantamiento de la suspensión de los juicios contra Aqualia fue rechazada con los votos, otra vez el tridente, de PP, JM+ y Vox.
4 años, menos 4 meses, es demasiado tiempo para trazar cualquier proyección en torno al futuro político del ex alcalde y líder del partido más votado el pasado 28 de mayo. Julio Millán, visitando los barrios, desprovisto del pedigrí protocolario de los que mandan, o presidiendo la recepción del PSOE local en la caseta de feria “Somos Jaén, Jaén”, se antoja irremediablemente el proyecto varado de un triunfo amargo al estilo Núñez Feijóo. En cambio, Agustín González Romo, sin otro mérito añadido que el de la práctica ansiosa del posibilismo, se va asemejando en aplomo y convicción, cada día más, genio y figura, al Pedro Sánchez de la segunda investidura. Ahormó su mayoría, reconfigurando sobre la marcha una estructura de poder donde Mónica Moreno y Curro Martínez mandan en la cocina, en tanto en cuanto Vicente Oya se las apaña para que el nuevo menú sea recibido de buena gana en las mejores mesas, de la del socio de gobierno -empezando por el portavoz y primer teniente-alcalde, Manuel Carlos Vallejo, el primero en ser informado- a la de FCC, entre otras. Cocineros antes que frailes. No es tanto rezar como predicar, que diría un opusdeísta. En “Las uvas de la ira” de John Steinbeck, el protagonista, Tom Joad, proclama: “Las oraciones nunca han traído tocino. Hace falta un puerco para tener carne de cerdo”. La derecha jaenera, pues, se aferra a la costumbre medieval del marrano de san Antón y lo versiona cual que el puerco de san Lucas. Todos, cristianos, Erik al margen. Todos lo ceban. Y ya veremos dentro de cuatro años, menos cuatro meses, quién se queda con la mayor parte de la carne. Hablando de comer y de toda la carne en el asador. El centro de la guerra jaenita por la hamburguesa de moda. Casco urbano, en apenas 200 metros, de Virgen de la Capilla a Tablerón, tres locales competirán por hacerse con el favor del soberano público jaenero, en pos de la hamburguesa-gourmet más demandada: del éxito de Goiko (franquicia en liza en España desde que la implantara en nuestro país, 2013, el vasco-venezolano Andoni Goikoechea) a las aspiraciones de Jartá (merced al tándem conformado por Alberto Fernández, Casa Herminia, y David Pascual, finalista de Masterchef) y al tercero en discordia, McDonald’s, en los antiguos almacenes Cubero (McDonald’s Jaén, es decir, los Pablo de la Morena, senior y junior, se reubica al tiempo que se reinventa).
Esta semana, si el tiempo no lo impide, reabrirán muchas almazaras en nuestra tierra. No sólo serán las que molturen la aceituna verde, en busca de los AOVEs tempranos que se mostrarán en Linares en la X Fiesta del Primer Aceite, el primer fin de semana de noviembre, con el actor Javier Gutiérrez, de pregonero, y el cocinero linarense, afincado en Mallorca, dos estrellas Michelín, Álvaro Salazar, de embajador. El resto de modernos molinos oleícolas se desperezan esta campaña mucho antes. Con semejante escasez y a estos precios, quien dé primero, dará dos veces. El oro verde, oro de ley, se cotiza como nunca. Compensa más, a la delincuencia, robar aceituna en lugar de cable. Los fondos de inversión se apoderan del sector. El gigante Deóleo, antiguo SOS-Cuétara, cuyo máximo accionista es el fondo británico CVC, ficha a Lazard, asesor financiero, para negociar una venta inminente, que no tiene necesariamente que ser al grupo emiratí Iffco, como viene rumoreándose por 400 millones de euros, ni a varias compañías aceiteras españolas interesadas que se apartan, a la hora de la verdad, por su alto precio. Balam Agriculture, en colaboración con la Universidad de Córdoba, acaba de presentar en la Ciudad de la Mezquita ‘Sultana’, “la aceituna del futuro”, afirman sus apologetas y distribuidores exclusivos para Europa. Una aceituna “resultado del cruzamiento de arbosana, sikitita, parenal femenino y masculino, respectivamente, que son fruto a su vez del cruce de las variedades picual y arbequina”. Una variedad para olivar en seto, alta densidad o superintensivo, que “madura antes, resistente al frío, posee mayor rendimiento graso y produce un aceite de excelente calidad a bajo coste. Al cuarto año, 2.000 kilos de aceite por hectárea”. Balam Agriculture suscribió recientemente una alianza estratégica en Jaén con Grupo Interóleo. Otra fiesta odiosa que actualmente, ¡Viva san Lucas!, se alienta, se engorda y se alimenta. Si lo sé, no vengo.