Mediodía en la provincia de Jaén

David Avilés

Democracia, autocracia, cacocracia

La opinión de David Avilés


Andamos estos días los jiennenses bastante indignados, como casi siempre, a cuenta de nuestro olivar y de su preciado fruto. Este pasado año agrícola ha sido, climatológicamente, muy bueno y nuestro preciado árbol ha respondido con extraordinaria generosidad. Una gran cosecha pero con sabor agridulce para el olivarero: más aceituna, sí, pero ¿más ingresos, más rentabilidad?

Mientras encontramos a los culpables de nuestras desgracias que, por cierto, nunca somos nosotros mismos, el mapa político mundial está cambiando a pasos agigantados y nos asomamos a unos nuevos tiempos en los que ideologías ciertamente antiguas y que tanto dolor causaron en tiempos pasados, están calando con fuerza en nuestra sociedad. Y digo bien: son las mismas de hace un siglo, las que dieron origen a los fascismos.



Hoy, los ideales que encarnan las democracias europeas, a pesar de haber proporcionado un largo periodo de paz, libertad, tolerancia y bienestar, están siendo seriamente cuestionados.
Apoyados en las redes sociales, como hace un siglo en la radio, están proliferando por doquier, una serie de individuos que no dudan en sembrar el odio y llegar a la violencia con tal de conseguir el poder para defender sus intereses y lucrarse personalmente. Algún articulista ha desempolvado estos días de la Francia del siglo XVII, un término que los define: Cacócratas. Son “los cacos”, “los malos”, los delincuentes, ostentando el poder.

Hemos de estar muy atentos y discernir con claridad. También los olivareros, tan propensos a buscar culpables, porque el dilema ya no es democracia o autocracia, sino democracia o cacocracia.